C.M: Hubo comentarios en el fin de semana en el sentido de que los grandes capitostes del sector privado de la Argentina medio como que se han amoldado a las formas que el  país tomo para manejarse y dan por sentado que esas son las formas y que más vale amoldarse a tomar un riesgo y reclamar un cambio ¿vos como lo vivís en el día a día?

G.L: Yo realmente siempre tengo una gran admiración por tu capacidad de observación, porque primero son los temas que vengo trabajando en mi cabeza el último mes, mes y medio. Doy charlas en donde me llamen, y uno de los puntos que hablo es como Argentina llego a donde está. Argentina no se estropeo por una bomba atómica ni porque los peronista les declararon la guerra, lo cual parece cierto, sino porque hemos dejado pasar. Hago un gran mea culpa del sector privado, fundamentalmente el sector empresario. Las empresas tienen una responsabilidad adicional porque contratamos gente, tenemos la visión de invertir y ver un poco más adelante. Hemos dejado pasar un sinfín de cosas pequeñas que individualmente son imperceptibles pero que la sumatoria es inviable. El sector privado hemos dejado pasar estupideces, en base a dos principios: uno es imperceptible no jode, y el otro es la apatía racional.