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El mensaje encubierto en el “homenaje” a González García

Hay ciertos actos de los que se pueden extraer conclusiones indirectas de enorme fortaleza. En materia de creerse por encima de todos, superior a todos, ajenos a la ley, y por encima de las decisiones de la Justicia, lo que ocurrió ayer en la Casa Rosada con Ginés González García es uno de los ejemplos de mayor potencia de los últimos tiempos en ese sentido .

El gobierno organizó un acto para homenajear al ex ministro y entregarle una placa recordatoria cuyo objeto resulta completamente inútil en el contexto de este comentario.

Lo que aquí nos interesa remarcar es cómo un gobierno cuyo ministro de salud en plena pandemia organizó un vacunatorio especialmente diseñado para administrar vacunas a militantes y figuras emblemáticas del propio gobierno en detrimento de los demás argentinos que desesperadamente esperaban por ese antídoto para lo que en ese momento era un virus letal y desconocido, tuvo el tupé de rendirle un homenaje público.

En ese solo hecho se haya condensado toda la concepción que la idea kirchnerista tiene de la organización social: una estructura estratificada constituída por una nueva nobleza privilegiada y con acceso a todo y un pueblo raso sin derechos sometido a las directivas de una nomenklatura dueña de todo.

Lo que ocurrió ayer define todo. No solo la catadura moral de quienes gobiernan sino sus ideas económicas, sus concepciones sociales y el diseño político que esperan imponer en la Argentina.

Este gobierno mandó a encerrar a todo el país como si en el “quédate en casa” hubiera sido recibido del cielo como un regalo inesperado que le permitía poner en marcha la idea que ellos ya tenían aunque no hubiera habido ninguna pandemia. 

Su esquema social se basa en el encierro, en la limitación de movimientos, en el cercenamiento de las posibilidades de interrelacionarse, de intercambiar bienes y servicios, de viajar, de comerciar libremente, de construir una comunidad a la vez competitiva y colaborativa que en el esfuerzo mancomunado de precisar unos de otros escale umbrales de progreso para llevar a todos (cada uno en su medida) a una posición mejor a la que tenía ayer. Ese es el esquema que el colectivismo kirchnerista y peronista considera un anatema y ese es el modelo que quieren destruir.

La pandemia del coronavirus para ellos fue una especie de laboratorio inesperado de lo que querían imponer: tener a todo el mundo a sus pies, como esclavos a su disposición, mientras ellos accedían a todo aquello que los demás tenían prohibido, fiestas, vacunas, movilidad, riquezas…

Entre esas cosas (y antes que nada, dadas las circunstancias) las vacunas. Primero antepusieron su ideologismo ciego a la salud de la población. Contrariamente a lo que dijo González García (que había buscado vacunas por todo el mundo) el gobierno antepuso a la salud pública sus especulaciones geopolíticas y sus preferencias ideológicas. Entregó la suerte de todos los argentinos a los colectivismos ruso y chino encadenándose a sus vacunas y rechazando las que había producido la inventiva capitalista norteamericana.

Prefirió antídotos débiles como los chinos y estrambóticos (que nunca lograron el endoso de la comunidad científica mundial) como los rusos antes que las probadas vacunas estadounidenses que, de paso, tenían con la Argentina una deuda de honor por haber sido el Hospital Militar Dr. Cosme Argerich el lugar en donde más de 6000 argentinos se habían ofrecido como voluntarios para probarlas.

Solo un conjunto de seres que se ven a sí mismos como iluminados y por encima de todos pueden haber tomado estas decisiones. Es más, al día de hoy, lotes completos de millones de vacunas rusas que la Argentina pagó nunca llegaron al país: así terminan los negocios entre truhanes.

Pero escalar todo este despropósito a una instancia superior de burla proponiendo y ejecutando un homenaje a la persona que fue la cabeza visible (aunque probablemente no la más culpable) de toda esta estafa es como escupirle en la cara al pueblo, como orinarlo desde una Alta Torre para demostrarle cuán inferior es y cuán poco importa a los encumbrados señores feudales que gobiernan.

Por eso el homenaje y “reconocimiento” a Ginés González García vale más por lo que deja traslucir y por las confirmaciones que entrega que por el acto en sí.

El modelo montonero-kirchnerista de sociedad es esto: convertir a la Argentina en un país de la Edad Media en donde todo el poder pertenecía a un grupo de enriquecidos privilegiados que miraban “desde arriba” como el pueblo moría de hambre y de enfermedades cuya cura no tenían ninguna intención de buscar en la medida en que no les tocara a ellos.

No hay nada de nuevo en esas intenciones. El comunismo no es otra cosa que la pretensión de imponer un nuevo régimen de opresión, pobreza y muerte como existía en los años más oscuros del mundo. El modelo ha sido exitoso en Cuba, en Venezuela y en Corea del Norte en donde más del 90% de la población es pobre y donde el ingreso medio mensual no supera una decena de dólares.

Solo una envidia resentida y una bilis atravesada permanentemente en el esternón pueden servir de sustento a modelos como este. Solo sociedades que estén dispuestas a vivir en la mierda con tal de que todos vivan en la mierda pueden prestarse a que solo unos pocos se salven de la mierda. Es triste pero esa es la verdad última que explica que alguna vez sistemas tan retrógrados, inhumanos y asesinos como el comunismo hayan tenido alguna oportunidad en los tiempos modernos.

La nueva nobleza que lo disfruta no se contenta con enrostrar sus privilegios en la cara de aquellos a los que han condenado al barro: necesitan elevar su goce y en su plena cara decirles que les importan un carajo. Ese fue el sentido último del “homenaje” a Gonzáles García.

Era una forma metafórica de decirle a la sociedad que ellos, la privilegiada oligarquía que gobierna, se caga en todos ellos: en sus muertos, en sus penurias, en sus memorias, en su hambre, en sus quiebras, en su dolor…

Solo ellos valen: las vacunas para ellos, los viajes para ellos, la buena ropa para ellos, las tetas de siliconas para ellos, los dólares para ellos, las “inversiones” en EEUU para ellos, las grandes marcas para ellos, las joyas para ellos, los iPhones paras ellos… la vida para ellos.

Ellos se autoperciben como una vanguardia iluminada que puede incluso truncar la vida de los demás (como lo hicieron en los ’70) cuando esas vidas sean un estorbo para sus delirantes objetivos. Lo confesó abiertamente el maoísta Zannini cuando contó que le había dicho al castrista-stalinista Verbitzky que él tenía derecho a vacunarse primero porque era alguien importante para el país.

Lo que ocurrió ayer en la Casa Rosada con Ginés González García es una notificación a todo el país que debe leerse así: “nosotros somos los dueños de esto, hacemos lo que queremos porque no hay nadie que nos pueda controlar ni que esté por encima nuestro; nosotros somos la Argentina, nosotros somos la patria y tenemos derecho a todo: ustedes son solo una bola de nada, útil nada más que para que, con su inexplicado resentimiento, nos sostenga a todos nosotros mientras nosotros nos cagamos en ustedes”.

Por Carlos Mira
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3 thoughts on “El mensaje encubierto en el “homenaje” a González García

  1. Luis

    Estimado Carlos, cuan ciertas son tus palabras!!!!! ¿Cuándo vamos a reaccionar a este atropello y a tantos otros? El plan que siempre tuvieron y que tienen lo desarrollas magníficamente en tu escrito. Vamos en el mismo camino que Venezuela!!!!! Dios nos ampare y libre de estos maquiavélicos seres, porqué veo y siento a la sociedad trabajadora y honesta que no dispone de reacción ante tantos desmanes. Un abrazo.

  2. Anónimo

    De esto se sale así:
    Cinco medidas inmediatas del nuevo gobierno:

    1. Estado de sitio
    2. Restablecer pena de muerte (para pedofilos, traición a la patria y otros
    3. Liberar todos los mercados y controlar
    “los curros de siempre”
    4. E poderse y equipar a todas las FFAA y de Seguridad.
    5. Cortar lazos con los países comunistas de la región y cerrar las fronteras a una inmigración no querida y que luego se torna agentes de la izquierda internacional.

  3. FERNANDO

    FELICITACIONES CARLOS
    IMPECABLE
    LA PURA VERDAD

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