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Más del lacayo

El impresentable lacayo que la Argentina se dio el lujo de tener como presidente, ayer, en Tecnópolis (ya nos referimos al tema de la libertad que también tuvo la cara de piedra de tocar allí), con ese tono de taita de cabaret que adopta en ciertas ocasiones cuando se las quiere dar de guapo, dijo que van a avanzar con la declaración de “servicio público” de internet, telefonía celular y tv por cable. “Lo vamos a hacer y que se enoje quien se tenga que enojar” bravuconeó como si fuera un tanguero al que luego no le dan las patas para correr cuando aquel al que amenazó lo enfrenta de verdad.

Como sabemos, este impresentable dictó un decreto el año pasado declarando esos servicios como “públicos” que fue controvertido en la Justicia por la compañía Telecom que espera una decisión de la Corte.

La prestación de internet, telefonía móvil y TV por cable quizás sean, en el mundo de hoy, los negocios que más inversión neta necesitan porque los aggiornamientos tecnológicos son tan veloces que si no se mantiene un ritmo de actualización acorde, muy rápidamente la infraestructura que los sostiene se envilece y se convierte en antigua, sin poder dar las respuestas que la modernidad exige.

Estatizar estos servicios -como de hecho supone el declararlos “servicios públicos”, con la consiguiente imposibilidad para las empresas que los prestan de manejar sus precios que, desde ese momento, se convierten en una “tarifa”- es como pegarse un tiro en un pie.

Al no poder mantener constante el valor de sus ingresos las empresas comienzan a invertir menos y, al invertir menos, los servicios se deterioran y los clientes los terminan perdiendo.

Es decir, detrás de las palabras del ignorante que ocupa el sillón de los presidentes existe una gran contradicción: él habló de que esa declaración haría que los servicios estuvieran disponibles para todos, pero la realidad de su estupidez hará que no los tenga nadie.

El punto es que, lejos de parecer una medida tomada por un idiota, la decisión está en línea con un plan mayor al que siempre adhieren los totalitarismos: la pretensión de cortar las conexiones físicas y virtuales del pueblo sometido al yugo comunista con el mundo exterior. La idea es que el pueblo no tenga manera de establecer una comparación entre la mierda que tiene adentro y cómo se vive en el mundo exterior.

Si uno bien se fija, el mecanismo es una especie de molde, una herramienta que siguen todos los dictadores. Venezuela hace 20 años declaró esos servicios como “públicos” y hoy prácticamente no tiene internet, la telefonía celular es completamente deficitaria y la TV por cable no tiene acceso a los canales internacionales.

Es también una manera de controlar el derecho a la libre expresión de las ideas y a la libertad de pensamiento, en la medida en que el pueblo carece de las herramientas tecnológicas para expresarse por los medios modernos de las redes sociales (que por los mismos mecanismos pasan a ser fácilmente controlables) y las plataformas multisectoriales.

Lo que ocurrió en Cuba hace un par de semanas es otro ejemplo de cómo el control estatal de internet, de la telefonía celular y de la TV por cable, limita -y hasta extingue- el derecho popular a la libre expresión, toda vez que el pueblo no tiene los canales electrónicos que le permitirían dar a conocer al mundo su verdadera condición.

Esta medida es compatible con la que ya se ha puesto en práctica desde que el gobierno kirchnerista asumió, que es la pretensión de cortar la conectividad física del país con el mundo.

Una de las primeras medidas adoptadas por el lacayo, aun antes de la pandemia, fue cerrar los aeropuertos low cost y complicar a tal punto la operación de las líneas aéreas de esa modalidad que la mayoría se fue del país.

Para un gobierno cuyo objetivo es la instauración de una pobreza generalizada en donde nadie pueda asomar la cabeza y en donde el paisaje del país se convierta cada vez más en una gigantesca villa miseria, es absolutamente primordial cortar los lazos visuales del pueblo con el exterior para que los argentinos pierdan la vara comparativa que les permita tener una noción aproximada de dónde están.

La conexión con el mundo exterior funciona, en este sentido, como una enorme brújula que nos indica dónde estamos y hacia dónde vamos. Rota la brújula los viajeros creen que lo que ven es todo lo que pueden tener y todo a lo que pueden aspirar, que no hay más que eso, que ese es “su” mundo y que se deben acostumbrar a él.

Por eso los totalitarismos disfrazan este objetivo vistiéndolo con las ropas de un nacionalismo ramplón para vender lo que en realidad es un arma de esclavitud, como una virtud patriótica: rechazar el mundo exterior no es romper la “brújula” sino una exaltación de la Patria.

Por dónde quiera vérselo lo que hay en ejecución es un plan maestro, de aplicación mundial (en el  que algunos estúpidos caen porque han sido convenientemente idiotizados previamente, porque carecen de educación para notar su imposición a tiempo, porque han sido de tal modo pauperizados que dependen del dictador para vivir) que repite sus modalidades con sistemática semejanza y que está destinado a controlar todos los resortes del poder con el objetivo de enriquecer a una casta privilegiada y minoritaria.

Resulta muy triste que la audiencia del lacayo en Tecnópolis fueran jóvenes a los que en algún paneo de cámara se los vio asentir como si el que hablara fuera el Ravi Shankar. Si ese auditorio cree que el mamusón de Fernández es un “revolucionario” (como él tuvo el tupé de definirse) porque les va a dar internet gratis “para todos” no hay dudas que la Argentina tiene gran parte de su futuro perdido.

Por Carlos Mira
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6 thoughts on “Más del lacayo

  1. marco

    ja ja ja tomate un cafe mira luego continua en el sofa del psico y hace salu mental. je je. yo quiero internet gratis como el agua, y tv paga razonable lo mismo que le telefonia los tres son un robo aceptalo y te hara bien. saludos y recuerdo del lacayo ji ji ji

  2. Anónimo

    Andate a Cuba o Venezuela y despues conta!!! Increible con tal de tener todo gratis perdes la libertad de firigir tu vids!! Trabaja !!! Lo q vale CUESTA

  3. Eliseo Vernet

    Excelente y Real la editorial de Mira. Si este payaso que tenemos a cargo del Ejecutivo cree que internet, telefonía móvil y TV lo va a estatizar transformandolo en servicio esencial nos acercamos a Cuba en donde estos servicios manejados por el estado son un desastre y solo.para algunos. Imposible será mantener las inversiones que requiere estos.

  4. Roberto Luis Hipp

    Pobrecitos los que piensan como Marco !!! Pagina 12 les prohibe mirar al mundo y entonces no reconoce al “presidente” como taita, lacayo e ignorante ( que se escuda como inocente/ sabiondo al mismo tiempo). Pero que es un salame

  5. Eduardo

    El imbécil que tenemos de presindente (sic) y que se dice “profesor” es un mitómano compulsivo a igual nivel que su patrona maloliente.

    Lo que resulta increíble es la mierda que es tan dispuestos a comprar algunos argentinos….

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