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Vuelta la burra al trigo

Parece mentira que una señora cuyos conocimientos en general y económicos en particular son muy escasos y muy limitados tenga, sin embargo, el poder de decidir qué se hace en la Argentina.

Porque es en efecto Cristina Fernández de Kirchner quien gobierna lisa y llanamente el país.

Sergio Massa acaba de subirse a ese tren de atropellos y antigüedades al adelantar que el plan del gobierno contra la inflación será ir contra las empresas como siempre ha sido la aspiración del cristinismo camporista castrochavista.

Para peor (lo que ya entra incluso en el terreno de una “inocente” mala praxis) lo que han hecho es anunciar por anticipado que irán a un congelamiento de precios, dando, de ese modo, la posibilidad de que todo el mundo haga un colchón de seguridad en los precios para estar cubierto al momento que lleguen los candados.

Pero el punto de profunda ignorancia en todo esto sigue siendo la apuesta a un sistema que jamás funcionó en el mundo entero para combatir la inflación.

El congelamiento de precios es un esquema tan viejo como la misma humanidad. Nunca tuvo éxito. En ningún lado.

Sin embargo, presa de un complejo de envidia, inseguridad, resentimiento e inferioridad, Cristina Fernández pretende emprenderla contra los “poderosos” a los que acusa de ser los causantes de las penurias del pueblo.

En realidad el único responsable en ese rubro no es otro que su propio gobierno (el actual y el que la mantuvo a ella y a su familia veinte años en la primera línea del poder en la Argentina, ya sea ejerciéndolo de primera mano o impidiendo que lo ejerzan otros) cuando por la vía de una pésima (cuando no directamente fraudulenta) administración de los recursos genera un despilfarro que produce déficits, deuda y emisión, todo lo cual a su vez desemboca en una inflación descontrolada que está arrojando jirones de argentinos a la pobreza y la indigencia.

La señora cree que hay inflación porque aumentan los precios de modo que hay que ir contra los que ponen los precios. Simple, para una mente tan rudimentaria.

El problema es que no hay inflación porque aumentan los precios sino que aumentan los precios porque hay inflación.

La inflación no es el aumento de los precios sino la pérdida de poder de compra del elemento que se utiliza para comprar.

El elemento que se utiliza para comprar es el dinero. Cuando el dinero pierde su valor de recambio quien lo debe recibir para a su vez entregar a cambio un bien o un servicio pide más unidades monetarias porque las que pedía antes ya no recompensan el valor del bien o del servicio. El “valor” del bien o del servicio sigue siendo el

mismo lo que cambió es el valor del dinero: como ahora vale menos se necesita más para pagar lo mismo.

La pregunta es por qué el dinero perdió su valor. Y la respuesta es lo que no le gusta escuchar a la señora de Kirchner.

El dinero pierde su valor porque hay muchos billetes y, como todo lo que abunda, vale poco. No hay que ser economista para entender esto: el valor es inversamente proporcional a la cantidad. Lo escaso vale mucho, lo abundante vale poco.

Muy bien. ¿Y por qué hay muchos billetes? Porque se imprimen más de lo que la relación con el PIB justifica. ¿Y por qué sucede eso? Porque el gobierno gasta más de lo que recauda entonces, agotadas las vías de más impuestos (la Argentina ésta en el top 5 de países con presión fiscal altísima) y de más deuda (no hay que hacer muchas aclaraciones en este punto, siendo el de Fernández el gobierno el que más endeudó al país en la historia), el gobierno imprime billetes con la esperanza de cerrar las cuentas.

Esa es la verdadera “inflación”. Por esa “inflación” de billetes aumentan los precios.

Pero las responsabilidades del gobierno en el tema aumento de precios no terminan allí.

El gobierno -por su irresponsable maratón de gastos- también creó una interminable cantidad de impuestos que hoy explican más de la mitad de los precios de todo lo que se vende en el país.

En efecto, más del 50% del precio final de un producto o de un servicio en la Argentina de hoy son impuestos que el consumidor le paga al Estado. Así y todo los números no dan, por eso hay que imprimir billetes. Pero el componente impositivo es una explicación adicional a la suba de precios.

Es más, el principal formador de precios del país es el Estado por la vía de las decisiones impositivas que toma el gobierno.

El Estado es el accionista mayoritario de todas las empresas del país y es el primer interesado en que los precios aumenten porque en ello va su propio beneficio toda vez que más de la mitad de todo lo que se cobra le pertenece.

Yo entiendo que una resentida serial como la vicepresidente, que no pierde ocasión ni excusa para poner a unos argentinos contra otros y para desviar hacia otro lado el foco de su exclusiva responsabilidad, quiera vender esta mentira de los “especuladores” y de “las empresas y comerciantes sin alma”. Pero sencillamente no es cierto.

El único responsable de la inflación es el Estado por la vía de las decisiones de administración que toma el gobierno.

Si las decisiones de administración llevan a gastar más de lo que se recauda habrá déficit y con el déficit habrá deuda, aumento impositivo y emisión monetaria. Todo ello provoca la inflación y está a su vez motiva el llamado “aumento” de los precios que, como vimos, no es tal en realidad sino una mera ilusión óptica causada por otra ilusión: la creencia de que los papeles que tenemos en los bolsillos son dinero.

Por Carlos Mira
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2 thoughts on “Vuelta la burra al trigo

  1. Juan

    Ya se toma como normal situaciones
    Anormales como los asesinatos en
    Rosario y la delincuencia avanza a medida
    Q aumenta la Inflacion y no se ve una
    Luz al final de este tunel hiperinflacionario….no se puede sobrevivir en esta situacion..
    Saludos Dr.

  2. Anónimo

    Pare mentira que todavia no nos demos cuenta que esto es parte de un plan siniestro para derrumbar el pais, sucede con la Educacion con la Economia con la Seguridad con l Justicia con la cesion de lugares estrategicos para bases.militares Chinas por ejemplo, con la Energia y tantas cosas mas. Todo eso destruye lasInstituciones del pais. La invasion Mapuche no tiene perdon y ahi se ve claramente la coptacion

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