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Proyección de un escenario

Si uno imaginara la proyección de un escenario argentino para los próximos dos años basándose en los dos años pasados, la imagen no podría ser peor.

Aplicar a la actual situación argentina la misma tasa de deterioro que han tenido todas las variables socioeconómicas desde 2019 hasta aquí, es proyectar una visión dramática del país.

Imaginen ustedes que la Argentina siga fabricando pobres a la misma velocidad que lo viene haciendo en los dos últimos años. ¿Cuántas familias nuevas caerán en esa condición hasta 2023? ¿Cuántos pasarán de la pobreza a la indigencia?

El gobierno rechaza todas y cada una de las condiciones que se precisan para que las condiciones sociales mejoren.

Aumenta impuestos, sujeta la propiedad a más y mayores inseguridades, alienta la fuga de cerebros, promueve la salida de capitales, empuja el exilio de empresas y empresarios, corroe el valor de la seguridad jurídica, estimula un perfil social de vagancia, cumbia y birra, desalienta la vigencia del orden, hunde el valor de la moneda…

En ese sentido, la ignorancia de la vicepresidente francamente abruma: en el sectario acto del 10 de diciembre -que de celebración democrática no tuvo nada- exigió al FMI soluciones para la economía “bimonetaria”, al tiempo que elogiaba (delante de Lula) a los comerciantes e inmobiliarios brasileños “porque rechazan los dólares”.

A Cristina Fernández de Kirchner quizás se le olvidaron varias cosas en su arenga de barricada. Tal vez se le escaparon las imágenes de su marido pateando los bolsos de las coimas cuando éstas se le pagaban en pesos; o las de la caja de seguridad de su hija donde había más de 5 millones de dólares; o el baúl de “Lopecito” lleno de 9 millones de billetes norteamericanos; o los “cuentaplatita” de La Rosadita contando “Franklines” a destajo en una noche a puro whiskey y habanos.

Quizás también olvide que la gente (ella y su familia antes que nadie) sustituye la moneda mala por la buena cuando un gobierno ha envilecido la soberanía de su propio circulante imprimiéndolo, por orden de ella, día y noche como si fueran billetes de El Estanciero.

Quizás la señora sueñe con un escenario en donde los pesos sean de uso obligatorio para la plebe, mientras la realeza que ella preside mantenga el privilegio de manejarse con dólares.

Hagan el ejercicio de proyectar otros dos años de estos privilegios feudales para la ignominiosa casta que integran los Fernández y de estas carencias medievales para el resto de la sociedad.

Vean cómo siguen multiplicándose como hongos las villas miseria; cómo declina aún más la cultura y las normas de convivencia; vean cómo se consolida un modelo en donde la fuerza bruta te pasa por encima, en donde, como diría Dostoyevsky, “los inteligentes deben callarse para no ofender a los imbéciles”.

Este proceso debe ser detenido ya mismo, de lo contrario lo que llegará de la Argentina a 2023 serán los jirones de un país.

El nuevo Congreso y la Justicia deben recuperar el sentido de poderes de control que les ha dado la Constitución. Cuando me refiero al Congreso hablo de la oposición, naturalmente. Y dentro de ella a Juntos por el Cambio, a los Libertarios y a las fuerzas federales de las provincias. De

lo demás (los legisladores del gobierno y de la izquierda) no puede esperarse otra cosa más que mierda.

Y cuando hablo de la “Justicia” me refiero básicamente a la Corte y a la Cámara de Casación Penal. A la primera para que acelere todas las declaraciones de inconstitucionalidad que debería haber resuelto ya hace rato y que aún tiene pendientes. 

¿Cómo puede ser, por ejemplo, que ese tribunal se haya tomado seis años para verificar que una mayoría de 7 miembros del estamento político en un Consejo de la Magistratura de 13 miembros constituye un “desequilibrio” en los términos que la reforma del ‘94 mandó interpretar la integración de los distintos estamentos que forman ese cuerpo? ¿Cuánto más de 15 minutos se necesitan para saber que 7 sobre 13 es una mayoría desequilibrante?

¡Basta por favor de estas lentitudes que atentan contra el balance del poder! ¡Basta de esta corrección política inaguantable que pone en peligro las libertades públicas de los ciudadanos!

Y a la segunda para que ordene la realización de todos los juicios orales que debe enfrentar la vicepresidente; que no sea más cómplice de su estrategia de pérdida de tiempo y de inacción procesal con la que especula la gobernante más corrupta que ha conocido la historia de esta tierra. 

La sociedad debe saber cómo fue robada tanto en la magnitud como en sus modalidades.

De lo contrario la Argentina se parecerá mucho a ese panfleto comunista disfrazado de serie de Netflix -La Casa de Papel- en donde quienes se roban para sí mismos toda la reserva de oro de España son apoyados por un conjunto de pelotudos que, con los ladrones, no tendrán otro parecido más que ese ridículo overall rojo y esas caretas propias de una pantomima borgiana.

El país agotó su tiempo útil. Todo lo que queda es el tiempo de descuento, ese adicional dramático que tienen todos los partidos en el que se debe hacer todo lo que no se hizo en el tiempo reglamentario.

Si la sociedad y las fuerzas vivas de los poderes de control constitucional no actúan decididamente y rápido, el país se encaminará, alegremente, a ser gobernado hasta la eternidad por una nobleza rapaz que vivirá de la sangre de una sociedad esclava a la que solo le quedará aplaudir al amo que la alimenta. Pero no para que viva en desarrollo, sino para que no mueran los siervos  a quienes explotan hasta que ya no sirvan más.

Por Carlos Mira
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