
Recorrer en auto el norte de España es una experiencia que combina libertad, paisajes imponentes y una dosis justa de aventura. Si estás pensando en una escapada diferente, el trayecto entre Barcelona y Vitoria-Gasteiz es una invitación abierta a atravesar las montañas, dejar atrás la costa mediterránea y sumergirse en los paisajes verdes del País Vasco.
El viaje comienza en Barcelona, donde se puede alquilar un auto fácilmente a través de Europcar, una de las compañías más confiables de Europa. En Argentina, Vanguard Marketing es su representante oficial, lo que permite gestionar todo con anticipación y sin sorpresas.

La ruta se vuelve más fascinante cuando se decide tomar el camino largo y bello: el que atraviesa la cordillera cantábrica, bordeando los pueblos de La Rioja Alavesa, entre colinas cubiertas de viñedos y pequeñas aldeas medievales. Allí, una parada obligada es la Bodega Baigorri, en Samaniego.
Ubicada en un entorno espectacular, al pie de la Sierra de Cantabria, la Bodega Baigorri no solo impacta por sus vinos, sino por su arquitectura: un edificio de cristal que emerge desde el paisaje como una joya moderna en medio de la tradición. Lo que parece una simple caja de vidrio en la superficie es, en realidad, la entrada a una bodega subterránea de siete niveles que aprovecha la gravedad para mover el vino de forma natural, sin bombas ni procesos forzados.

La propuesta enológica de Baigorri combina respeto por la tierra con innovación. Producen vinos 100% varietales como el Baigorri de Garage (Tempranillo de alta gama), el Baigorri Garnacha, el Blanco Fermentado en Barrica, y ediciones limitadas como el Baigorri Belus, elaborado con Mazuelo y otras uvas autóctonas poco comunes. Todos expresan con fuerza el carácter del terruño riojano-alavés: intensidad, elegancia y autenticidad.
Después de una cata en su mirador con vistas al viñedo o un almuerzo maridado en su restaurante panorámico, el viaje continúa hacia Vitoria-Gasteiz, entrando por el barrio de Zaramaga, una zona menos turística, más auténtica, con murales que cuentan la historia viva de la ciudad y calles que aún conservan ese ritmo pausado que tanto se agradece tras horas al volante.
Este road trip no es solo un traslado: es un viaje hacia lo esencial, entre montañas, vino y ciudades con alma.
La ruta boscosa entre Vitoria-Gasteiz y la Bodega Baigorri: un camino que se respira

Desde Vitoria-Gasteiz hasta la Bodega Baigorri en Samaniego, el camino no es largo —apenas unos 45 minutos en auto—, pero es de esos trayectos que invitan a bajar la velocidad y mirar por la ventanilla.
Saliendo de la ciudad hacia el sur, la ruta serpentea entre colinas y bosques frondosos que parecen diseñados para acompañar el viaje. Primero aparecen los hayedos y robledales del Parque Natural de Izki, un pulmón verde del País Vasco que regala curvas suaves, aromas a tierra húmeda y pequeños claros de luz filtrada por las copas altas. En otoño, los colores del follaje son un espectáculo en sí mismos: ocres, rojos y dorados que tiñen el camino como una pintura viva.
La carretera alterna tramos de asfalto entrelazado con zonas más abiertas donde aparecen las primeras señales de viñedos. A medida que uno se acerca a la Rioja Alavesa, el paisaje se transforma: los árboles ceden paso a hileras interminables de vides perfectamente alineadas, con pueblos de piedra dorada asomando en el horizonte.

Pueblos como Labastida o Laguardia invitan a una breve parada, con sus callecitas empedradas, sus pequeñas iglesias y balcones llenos de flores. La sensación es de estar cruzando una frontera invisible entre lo salvaje y lo cultivado, entre el bosque y la vid.

Finalmente, en un recodo del camino, se abre el acceso a la Bodega Baigorri. El contraste es inmediato: la modernidad del edificio de cristal emerge como una declaración de intenciones, pero se funde con armonía en el entorno natural. Desde allí, se puede mirar hacia atrás y entender que el camino también es parte de la experiencia: un ritual de entrada al corazón de la tierra vasca.