
Si alguna vez soñaste con despertarte frente a ese mar turquesa que parece pintado, quizás sea momento de mirar hacia el Marenas Beach Resort. Este resort se esconde en Sunny Isles Beach, justo en ese tramo privilegiado de Collins Avenue que combina el ritmo vibrante de Miami con la tranquilidad de una playa que todavía sabe guardarse secretos.

Lo primero que enamora es su ubicación: estás a medio camino entre Miami Beach y Fort Lauderdale, así que, según tu humor del día, podés ir a la locura de South Beach o buscar shopping y cultura un poco más al norte. Pero si no querés mover el auto, igual tenés todo a mano: tiendas, cafés, restaurantes y hasta parques para salir a caminar o correr mirando el océano.

El Marenas no es un resort típico de “solo turistas de paso”. Tiene un aire de condominio playero que se agradece. La mayoría de las unidades son suites estilo apartamento, equipadas con cocina completa, living y balcones privados con vistas de postal. No importa si reservás una studio suite o algo más grande: el mar siempre se cuela por alguna ventana. Para familias es perfecto, porque podés resolver desayunos o alguna cena sin depender siempre del restaurante.

Ahora bien, para quienes quieren cero preocupaciones, el restaurante Piacere sirve desayunos, almuerzos y cenas sin complicarse demasiado: buena comida, porciones generosas y vista directa al mar para acompañar. Si un día no tenés ganas de cocinar ni salir a explorar, Piacere te salva.

La playa es uno de sus grandes tesoros. Arena blanca, mar calmo y ese clásico servicio de reposeras y sombrillas que uno agradece cuando el sol de Florida pega fuerte. Hay servicio de bar en la playa, así que podés pedir algo frío sin levantarte de la reposera.

Si preferís pileta, la piscina climatizada con vista al mar es otro rincón favorito. Está rodeada de un deck con reposeras y un acceso directo a la playa, así que podés ir y venir entre agua dulce y salada sin dramas.

Para quienes no sueltan la rutina fitness ni de vacaciones, hay gimnasio con máquinas de cardio y pesas que cumple bien su cometido. Nada espectacular, pero tiene lo básico para sudar un poco mirando el Atlántico.

El estacionamiento es valet, como casi todo por la zona. Es pago, sí, pero funciona rápido y con la amabilidad justa para no volverte loco cuando querés salir corriendo a un paseo.

¿Y qué se puede hacer cerca? Sunny Isles Beach está entre Aventura y Bal Harbour, así que tenés dos de los malls más tentadores del sur de Florida a menos de 15 minutos. También podés dar un paseo por el Oleta River State Park, un pulmón verde perfecto para kayak, picnic o bicicleta. Y si querés una postal bien miamense, cruzá al muelle de Newport Fishing Pier: caminá hasta el final y entendé por qué a veces no hace falta nada más que mirar el mar.

En síntesis, el Marenas Beach Resort es ideal para los que buscan un respiro sin resignar comodidad. No es el mega all-inclusive con entretenimiento las 24 horas, pero sí un rincón donde la playa y la vista son protagonistas. Perfecto para parejas que quieren desconectar, familias que necesitan espacio y amigos que prefieren la comodidad de un apartamento con servicios de hotel.
La próxima vez que busques sol, mar y esa cuota justa de relax sin perderte de todo lo que Miami tiene para ofrecer, ya sabés dónde apuntar: Marenas te espera con la reposera lista y el Atlántico desplegado a tus pies.