Sobre la costa entrerriana del Río Uruguay, la ciudad de Colón emerge como un destino ideal para sentir el bienestar personal y la armonía espiritual en la conjunción de un paisaje estimulante, con actividades saludables y placenteras. El yoga y la meditación, las afamadas termas, el inconmensurable Parque Nacional El Palmar y el inasible universo natural que se despliega con el río, se conjugan entre sí y convidan opciones ineludibles para encontrarse con uno mismo y con el entorno.
Año tras año cobra valor en Colón la opción de un turismo saludable que, a pocas horas de viaje desde localidades de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y del Litoral Argentino, ofrece un paraíso para el descanso y la tranquilidad, con propuestas que se conjugan en un equilibrio armónico para el bienestar físico, mental y emocional. El singular paisaje de palmeras imprime la característica paleta de verdes que ofrece el monte entrerriano, en una llanura levemente ondulada que se funde con el presuroso Río Uruguay.
Aguas que mejoran la vida
Al norte de la ciudad, a poco más de un kilómetro del centro, con la playa en el frente y escoltado por el campo de golf y la reserva natural “Río de los Pájaros”, el complejo de “Termas Colón” se abre paso como uno de los sitios predilectos para cientos de visitantes que arriban, buscando desenchufarse de la rutina y vivenciar los beneficios físicos que ofrecen.
En cuatro hectáreas, acoge 13 piscinas termales que van desde los 32 a los 40 grados, con sectores destinados a hidromasajes. Sus aguas termales provienen del Acuífero Guaraní, afloran desde 720 metros de profundidad y son mineralizadas, bicarbonatadas, sódicas, cálcicas. Además del aporte a la relajación general que generan en las personas, también ayudan a calmar afecciones reumáticas y respiratorias, y a mejorar la textura de la piel.
Siempre respetando los tiempos de inmersión para priorizar el cuidado de la salud, en las termas, los baños termales comienzan con las piscinas de menor temperatura y ascienden gradualmente hacia los sectores de mayor exposición. En pos de relajar la musculatura y atender contracturas localizadas, también son considerados los sectores de hidromasajes: desde las camillas con hidrojets hasta los “cuellos de cisne” y los hidrojets inmersos en las piscinas, excelentes opciones para salir renovado.
Con el tiempo, esta alternativa ha dejado de ser una opción centrada en los adultos mayores como público objetivo. Año tras año, hombres y mujeres, parejas y familias, encuentran en este complejo una alternativa donde lo recreativo y lo saludable se conjugan armoniosamente en un entorno que complementa las bondades del agua termal con el contacto cercano con la naturaleza.
Conexión con uno y el entorno
Los espacios verdes que abundan en Colón, con sus plazas y principalmente con las reservas naturales ubicadas en los extremos norte y sur de la ciudad, maridan con la propuesta del complejo termal. Centros de tratamientos saludables y estética, hoteles con spa, una oferta gastronómica saludable y actividades de yoga y meditación al aire libre, completan un universo que tiene como punto en común la búsqueda de mayor salud y desconexión con la rutina; muy solicitada por un creciente público viajero que conjuga como nunca antes al turismo con el bienestar.
El yoga es una técnica milenaria que se viene expandiendo universalmente en las últimas décadas y que, por los beneficios que genera lidiando con el estrés cotidiano manteniendo el cuidado físico, mental y emocional, ha sido reconocida por la Organización de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud como un medio para mejorar la salud dentro de su Plan de Acción Mundial sobre Actividad Física 2018 – 2030.
Con la meditación se logra el encuentro con uno mismo, el autorreconocimiento, el registro de cada movimiento y cada sentir profundo. Con ella se logra advertir qué pasa con las propias emociones y con el pensamiento. El físico y la mente se relajan y de esta manera se sueltan tensiones, la respiración consciente se vuelve suave y se genera un armónico ordenamiento general.
En Colón, la práctica del yoga y la meditación al aire libre es un atractivo creciente para aquellos visitantes que arriban buscando paz interior. Adultos mayores, jóvenes, niños, familias completas se animan con entusiasmo a estas prácticas que derriban barreras y abren caminos al descubrimiento de nuevas maneras de afrontar el día-a-día. Espacios abiertos, al aire libre, con el Río Uruguay como testigo abrazador, suelen ser los ámbitos predilectos para estos encuentros saludables. Sólo se requiere una botellita de agua, una manta o colchoneta para disponer en el suelo, elementos de higiene y la voluntad y el deseo de regalarse un momento saludable diferente.
Cambiar de aire
El aire puro y fresco, los rayos del sol amable del litoral argentino irradia su energía en los rostros, la visión enfocada en las distintas tonalidades de verdes que brinda la flora del lugar; conectan la práctica del yoga y la meditación con un cambio de frecuencia y una cercanía entre cada persona, su sentir profundo en sintonía con el entorno. La deseada armonía se alcanza en las termas, en la costa e incluso en las islas que se encuentran a pocos kilómetros de Colón, con el avistamiento de las aves de la región, cuyos sonidos conectan con el paisaje y los diáfanos atardeceres multicolores.
Una estadía en Colón para lograr esta conexión con lo profundo y la naturaleza, y este despegue de la rutina y las responsabilidades; debe contemplar necesariamente una visita por la inmensidad del Parque Nacional El Palmar, donde la naturaleza, abundante y cuidada, pervive desde tiempos ancestrales, componiendo postales imponentes.
Las noches de la ciudad, con sus propuestas recreativas, cierran el círculo perfecto de estos paseos en los que el objetivo final es cambiar de aire y sentirse bien: una imagen tan simple como profunda y transformadora; desde la perspectiva de un turismo seguro y responsable que pone en primer lugar al bienestar y la salud.