Por Camila Ainchil para LN
Continúa el proceso de restauración del Pabellón del Centenario, rodeado de andamios que cubren su histórica fachada. El emblemático inmueble, construido en 1910 para los festejos de los 100 años de la Revolución de Mayo, está en plena etapa de recuperación tras décadas de abandono. La empresa Cencosud, encargada de las obras bajo la supervisión de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, tiene como objetivo devolverle su esplendor original. Se prevé que los trabajos finalicen aproximadamente el año próximo.
El Pabellón del Centenario, situado en el predio delimitado por la avenida Bullrich, la calle Cerviño y las vías del ferrocarril Mitre, en el barrio de Palermo, se encontraba en un estado crítico de deterioro, lo que finalmente llevó a que la Corte Suprema de Justicia ordenara su recuperación. El proyecto de restauración comenzó formalmente en 2022, luego del fallo judicial que obligó a Cencosud a cumplir con las condiciones establecidas en el contrato de concesión firmado en 1994. Este acuerdo estipulaba que la empresa debía encargarse de la conservación del pabellón, incluyendo la restauración de sus fachadas, ornamentos y dispositivos conexos.
El plan está dividido en varias etapas. La primera fase incluyó un relevamiento exhaustivo del estado estructural del pabellón, junto con la limpieza y el reacondicionamiento de sus interiores. “La primera etapa fue crítica para entender cómo había cambiado el pabellón con los años. Fue un trabajo de documentación y análisis que nos permitió reconstruir su historia”, comentó Jessica Pascual, gerenta de Obras, Proyectos y Mantenimiento de Cencosud, a este medio.
Actualmente, el proyecto atraviesa la segunda etapa, que se centra en la adecuación estructural y la puesta en valor patrimonial del pabellón. A simple vista, la estructura se encuentra rodeada de andamios que cubren sus fachadas, mientras que chapas de metal protegen los trabajos de restauración. En su interior, los andamios ocupan gran parte del espacio central y se elevan hasta los niveles superiores, donde se están restaurando paredes y techos. Estas áreas presentan capas de pintura que reflejan los distintos momentos históricos del pabellón y algunos grafitis, remanentes de su época de abandono, aún son visibles.
La restauración del Pabellón del Centenario ha presentado múltiples desafíos, desde la falta de documentación original hasta la necesidad de replicar materiales que ya no están disponibles. Uno de los aspectos más complicados fue la restauración de las ventanas originales. Jorge Gazaneo, el arquitecto contratado para hacerse cargo del proyecto, explicó a LA NACION: “El vidrio primitivo del edificio era un martelé con las dos caras con textura. Hoy no existe eso, entonces lo que se está haciendo es incorporar un vidrio de segunda forma”. El objetivo es preservar la autenticidad del diseño original tanto como sea posible, respetando los materiales y técnicas de la época.
La intervención también requirió la participación de un equipo multidisciplinario de especialistas en conservación histórica, ingenieros y arquitectos, quienes trabajan juntos para asegurar que la restauración mantenga la fidelidad histórica del pabellón. El proceso reveló además algunos hallazgos interesantes en la parte inferior de la galería, como restos de los arcos originales y otros elementos arquitectónicos que estaban ocultos bajo capas de modificaciones posteriores. Estos descubrimientos fueron claves para guiar los esfuerzos de restauración y permitir que el pabellón recupere su aspecto original. Pascual agregó: “Se van a reponer aquellos elementos que tengamos documentación para reconstruir”.
El rol del Ejército en la historia del pabellón
El Ejército Argentino, que ocupó el pabellón durante gran parte del siglo XX, tuvo un papel central tanto en su deterioro como en los esfuerzos de restauración. Durante décadas, el pabellón fue utilizado por esa fuerza como oficinas y consultorios médicos; por la falta de mantenimiento durante ese tiempo, el edificio se deterioró significativamente. Así lo expresó Gazaneo: “Lejos de conservar y mantener el edificio, el Ejército durante muchos años no lo mantuvo”.
A pesar de este pasado, el Ejército asumió un rol activo en el proceso de recuperación, colaborando con Cencosud y otras instituciones para garantizar que el pabellón sea restaurado siguiendo los lineamientos establecidos por la Comisión Nacional de Monumentos y la Corte Suprema. Fuentes del Ejército explicaron a LA NACION: “Con la sentencia de la Corte Suprema, se pudo regularizar la situación y dar inicio a las tareas que permitirán recuperar el patrimonio histórico a su estado original”. Además, subrayaron que la coordinación entre el Ejército, el Ministerio de Defensa, Cencosud y la Comisión Nacional de Monumentos fue fundamental para el avance del proyecto.
El futuro del pabellón
Una de las grandes incógnitas que rodean al Pabellón del Centenario es cuál será su uso una vez que finalicen las obras de restauración. Por el momento, el destino no ha sido definido de manera oficial. Gazaneo afirmó: “El pabellón aún no tiene función definida; el usuario del edificio no va a ser la empresa Cencosud, sino que probablemente va a ser el Ejército y el Ejército va a ser quien defina el uso”. Sin embargo, entre las opciones que se barajan está la posibilidad de convertir el inmueble en un museo o en un espacio destinado a exposiciones históricas y culturales.
Fuentes de esa fuerza armada indicaron que aún se están evaluando varias alternativas para el futuro del pabellón. “Se analizan varias opciones, principalmente para funcionamiento de exposiciones de tipo histórico y cultural abiertas al público, tanto de carácter permanente como temporario”, explicaron a LA NACION. La intención es que el pabellón pueda servir como un espacio cultural que no solo celebre su propia historia, sino también la de Buenos Aires y de la Argentina en general.
Otro de los aspectos que se analiza es cómo se organizará el acceso al pabellón una vez finalizada la restauración. “Estamos en proceso de concretarlo entre los actores involucrados. Siendo que hay aspectos parcelarios e interferencias con las obras circundantes existentes, aún está en estudio y definición cómo se resolverá el cerramiento del pabellón y por dónde se materializará una entrada a pie para llevar adelante las visitas de forma cotidiana”, indicaron desde el Ejército.
Un monumento en vías de recuperación
Gazaneo compartió las anécdotas y desafíos que implica la restauración de una estructura tan emblemática y, a la vez, deteriorada. Entre los elementos que más impactan en la reconstrucción está la desaparición de piezas icónicas, como el globo del planeta sostenido por figuras femeninas que alguna vez coronó la estructura principal. “Cuando iniciamos el proceso, nos dimos cuenta de que había más piezas desaparecidas de lo que esperábamos. El globo y las figuras, que eran el símbolo del pabellón, se perdieron con el tiempo. Sin embargo, gracias a fotografías antiguas, pudimos recrearlas con gran precisión”, explicó el arquitecto.
También relató cómo, al estudiar las imágenes históricas, encontraron detalles que nunca imaginaron: “Es increíble cómo en las fotos se notan pequeños elementos decorativos que no habían sido documentados. Estamos trabajando con orfebres y artistas para recrearlos tal como fueron en 1910. No es solo una cuestión de restaurar, sino de devolverle al pabellón su alma, aquello que lo hacía único”.
Más allá de lo ornamental, también aparecieron desafíos estructurales. “Las columnas y arcos que sostienen el pabellón se encontraban en muy mal estado. Hubo que hacer un trabajo minucioso para reforzarlas sin alterar su diseño. Estamos logrando un equilibrio entre lo antiguo y lo nuevo”, dijo Gazaneo.
El futuro del Pabellón del Centenario sigue siendo incierto, pero con las obras en marcha y la colaboración entre las distintas instituciones la expectativa es, informó Gazaneo, que para 2025 el emblemático edificio vuelva a ocupar un lugar destacado en el paisaje histórico y cultural de la ciudad de Buenos Aires.