C.M: Estamos con un resultado que en primer lugar las consultoras no habían dado, en especial en lo referido a Bolsonaro y se ha dado una elección muy polarizada con una particularidad que para un segundo turno las cosas aparecen difíciles para los dos en el sentido de ir a buscar votos nuevos ¿no?
F.C: Si, efectivamente. Las encuestas podemos decir que lo pusieron a la mitad porque los guarismos que le dieron a Lula eran más cercanos a lo que indicaban las encuestas. Creo que subestimaron al votante identificado con Bolsonaro o que tenía preferencias con Bolsonaro. El que un 51 millones de brasileros haya votado a Bolsonaro no significa que 51 millones de brasileros sean de extrema derecha o derecha más ultra. Las encuestas no capturaron bien ese votante bolsonarista, se hablaba bastante de ese voto vergüenza que podía ser bastante destinado a Lula o el Partido de los trabajadores, pero termino siendo el voto vergüenza para el lado de Bolsonaro. El nivel de concentración que tuvo el nivel de elección en las dos principales figuras es el más alto en la democracia de Brasil. El 20% del padrón no fue a votar, siempre en Brasil fue a votar menos gente en la segunda vuelta que en la primera, por eso es la bolsa más tentadora pero también la más difícil de movilizar.
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