
Si alguna imagen faltaba para terminar de tener la sensación de un país acabado, sin futuro, moralmente descompuesto y políticamente invertebrado era el espectáculo que dieron los diputados el martes con su vergonzante ceremonia de jura. Una estudiantina imberbe en medio de una asamblea universitaria habría transmitido una imagen más adulta y edificante.
La gran mayoría de esos discursos -que en algunos casos duraron más de medio minuto- pertenecieron a diputados de izquierda y a delirantes kirchneristas que si no estuvieran infiltrados en el peronismo sacarían aún menos votos que Del Caño.
Es más, dio la sensación de que esas parrafadas sin sentido, antiguas y fracasadas tenían una duración inversamente proporcional a la cantidad de votos obtenidos: cuantos más flaca haya sido la cosecha electoral, más largos los discursos.
El bloque de izquierda, que juró junto, resultó francamente imperdible por lo ridículo. El ya mencionado Del Caño, “juró” para que el Fondo Monetario se vaya de la Argentina y para desconocer la “deuda fraudulenta”. Cuando de no haber sido por el dinero del Fondo las huestes callejeras de Del Caño no habrían podido cobrar los planes con los que luego financian sus fuerzas de choque. En cuanto a la deuda, está claro que este iletrado aún no se dio cuenta que la deuda es la consecuencia del déficit, entre otras cosas generado por la enorme masa de apretadores profesionales que integran sus filas y que el bolsillo de todos los argentinos debe sostener. Cuando esos bolsillos no dan más, no queda otra más que pedir plata prestada, con lo cual, debemos caer en la conclusión de que gran parte del “fraude” lo constituye él y sus ideas.
Otra ridícula fue su compañera Romina del Pla que dijo: “Por les trabajadores de la Salud, héroes contra la pandemia. Por la docencia, que tuvo el peso de garantizar la educación que los gobiernos no. Por les jubilades, que son las víctimas de todos los ajustes. Por la absolución de (César) Arakaki y (Daniel) Ruiz. A cien años de las huelgas patagónicas, contra el pacto con el FMI y por el gobierno de los trabajadores en Argentina y en todo el mundo. Sí, juro”.
Esta payasada duró medio minuto en un lugar donde solo se precisaba decir las dos palabras que dijo al final. Recordemos que la pregunta del presidente de la cámara es si el diputado o la diputada jura “por la Constitución”. Es a eso que hay que responder “si” o “no”.
Retrotraer el país a las “huelgas patagónicas” cuando lo que la Argentina necesita es, justamente, un clima de paz y de concordia para llamar al dinero grande del mundo a que venga a generar trabajo, es de una obcecación que a uno no le queda otro camino que concluir que la tarea de estos personajes está dirigida a terminar de poner de rodillas a la república.
Otro ridículo, guerrillero de escritorio, el diputado por Jujuy Alejandro Vilca dijo: “Por el sacrificado y combativo pueblo jujeño, por la rebelión de los oprimidos contra el sistema capitalista y por la resistencia de más de 500 años de nuestros pueblos originarios. Sí, juro”.
De nuevo la incitación al combate y a la rebelión, cuando si alguna rebelión en la Argentina debería haber es la de los que están pagando la fiesta de la cual viven personajes siniestros como Vilca.
Otra pieza para el recuerdo del grotesco la protagonizó Miriam Bregman cuando dijo: “Por los 30 mil detenidos desaparecidos. Por los desaparecidos bajo gobiernos constitucionales. Por la lucha de las mujeres y la diversidad. Por los pueblos que enfrentan la destrucción del planeta. Por los trabajadores y trabajadoras que se organizan para terminar con la barbarie capitalista, porque no puede haber libertad sin terminar con la explotación y la opresión. Sí, juro”.
Más allá de que estas arengas se parecen al lenguaje que estos mismos crustáceos utilizan en sus spots publicitarios de campaña, lo de Bregman supera la imaginación de la hipocresía.
Ataviada con un vestido rojo (seguramente en alusión a la bandera comunista) y emperifoliada como si estuviera en una fiesta soltó su vómito contra el capitalismo cuando todo lo que tenía encima es un producto del capitalismo que condena. Y lo es porque hubo un señor que detectó la su necesidad de indumentaria, de que esas ropas fueran rojas, de que no superaran un determinado precio y de que pudiera ser distribuida en una determinada geografía para que finalmente Bregman pudiera usarla. Si toda esa maquinaria mágicamente invisible y cuyos secretos están más allá de la pobre mentalidad de estos diputados no existiera y se dependiera del elefantiásico Estado que Bregman defiende, todos estaríamos vestidos con bolsas de arpillera.
Es más, esta gente, para ser coherente con sus discursos paleolíticos debería ir por la vida ataviada así para que los demás pudieran ver cuál sería la apariencia general de la sociedad si las ideas de ellos fueran las que gobernaran el país.
Esta misma impresentable, lo mismo que el diputado Hugo Yaski, también hizo mención a la estafa moral de los 30000 desaparecidos, cuando todo el mundo ya está advertido de semejante mentira, confesada públicamente, además, por sus propios inventores. Está claro que un solo desaparecido en un país es un drama. Pero más drama es aún, el configurar una historieta completamente falsa para construir un relato que persigue conseguir la adhesión de los incautos.
Y finalmente, para completar el cuadro, en el ámbito de la Legislatura porteña otra delirante, la kirchnerista Berenice Iañez juró así: “Por la gloriosa JP (Juventud Peronista). Por Juan Perón. Por Eva Perón. Por Néstor Kirchner. Lealtad absoluta a Cristina. Viva la santa federación. Gracias Diego. Sí, juro”. Cuesta creer tanta ignorancia, tanta provocación gratuita y tanta alusión a un grupo violento -la JP-, a un déspota como Perón, a una resentida social como Eva, a un corrupto como Kirchner, a una sociópata como Cristina Fernández, a una regresión como la “Santa Federación” (faltó que dijera “mueran los salvajes unitarios” y “que regrese la Mazorca”) y a un delirante como Maradona, que habrá sido el mejor jugador de fútbol de su época pero que siempre contribuyó al incendio nacional cuando abrió la boca.
En fin, si los argentinos esperan que salga algo bueno de esta payasada hay que admirarles su esperanza. Pero lo cierto es que lo visto antes de ayer tanto en el Congreso como en la Legislatura de la Ciudad, hace dudar del estado mental medio no solo de los que deben dirigir el país, sino de aquellos que los votan.
Me encantó lo de crustáceos.
Ahí está el kid de la cuestión Carlos, es como dice Willy Kohan “somos nosotros”, décadas gobernados por lo peor de lo peor, que están ahí porque un pueblo ignorante y analfabeto los vota masivamente, jamás esa masa amorfa de impensantes usó esa arma poderosísima que la constitución puso en sus manos, EL VOTO, para borrar del mapas a esos miserables, todo lo contrario, a los que borra es a los pocos bien nacidos que esporádicamente aparecen por ahí, ahora tenemos un grupito muy interesante de esos BIEN NACIDOS en el congreso, pero dudo que la próxima los votemos masivamente, nos encantan aquellos que nos meten el dedo en el tuje, y si no, como explicar que después de toda el agua que corrió bajo el puente hallamos votado nuevamente y masivamente populismo?
Estan evadiendo el concepto del juramento. Es su minuto (o mas) de mediaticos. Aportes concretos y serios no han tenido, no tienen ni tendran. Son puro slogan, de una ignorancia absoluta.