El Thanksgiving Day (Día de Acción de Gracias) es una festividad celebrada principalmente en Estados Unidos y Canadá. Su origen se remonta a las tradiciones de agradecimiento y celebración por las cosechas abundantes, influidas por prácticas de Europa y los festivales de otoño de las culturas indígenas de América del Norte.
En EEUU es el día de celebración más importante del año, a la par de la mismísima Navidad. El primer Thanksgiving se celebró en noviembre de 1621. Un año antes, los peregrinos puritanos habían llegado a las costas de lo que hoy es el estado norteamericano de Massachusetts a bordo del Mayflower. Los colonos enfrentaron un invierno muy duro pero con la ayuda de los indígenas Wampanoag, aprendieron a cultivar maíz, cazar y pescar.
Tras su primera cosecha exitosa, entonces, los peregrinos organizaron un festín para agradecer a Dios por su supervivencia y abundancia. Este banquete fue compartido con los Wampanoag como símbolo de amistad y cooperación.
Sin embargo, aunque este evento de 1621 se considera el origen del Thanksgiving moderno, no se celebró de manera regular durante los años siguientes. A lo largo del tiempo, varias colonias organizaron días de agradecimiento a Dios por diferentes motivos, como victorias militares o buenas cosechas. Fue recién en 1789 cuando George Washington, el primer presidente de Estados Unidos, proclamó un día nacional de agradecimiento. Pero, a su vez, tuvieron que pasar otros 74 años para que, en 1863, durante la Guerra Civil, Abraham Lincoln lo declarara un feriado nacional anual, fijándolo en el último jueves de noviembre. Esto buscaba unir al país en medio del conflicto.
Oficialmente, el Congreso de los Estados Unidos, en 1941, estableció el cuarto jueves de noviembre como el Día de Acción de Gracias.
A partir de allí la celebración se fue alejando cada vez más de aquella primera intención de agradecer la colaboración de los nativos para que los colonos no murieran de hambre y se vinculó más con aquel segundo sentido de unión familiar y social.
El Thanksgiving moderno incluye un enfoque en la familia, grandes cenas con alimentos como pavo, puré de papas, salsa de arándanos y pastel de calabaza. También es una ocasión para la reflexión, el agradecimiento y, en Estados Unidos, el inicio no oficial de la temporada navideña, marcada por el famoso Black Friday al día siguiente.
En Canadá, el Thanksgiving también tiene raíces en las tradiciones europeas de celebración de las cosechas y agradecimiento.
La primera celebración conocida ocurrió en 1578, cuando el explorador inglés Martin Frobisher organizó una ceremonia en Newfoundland para agradecer por un viaje seguro.
Posteriormente, las tradiciones de Thanksgiving se influenciaron por las prácticas estadounidenses, fijándose oficialmente el segundo lunes de octubre desde 1957.
Las más modernas técnicas de la autoayuda que incursionan en el terreno de los consejos para superarse, prosperar e, incluso, alcanzar la riqueza, no dudan en recomendar el agradecimiento como un primer paso hacia el bienestar: agradecer por lo que uno tiene (material o inmaterial) y no quejarse por lo que le falta, sería, según estas concepciones, el primer paso hacia conseguir lo que no se tiene.
Estas escuelas, también, ven en elagradecimiento una forma de remover las tensiones, los rencores y la mala vibra que pudren los espíritus. Quizás haya sido eso lo que movió a Lincoln a establecer el día de agradecimiento nacional en plena guerra de secesión en donde el país se odiaba por mitades.
De la norteamericanización mundial de las costumbres, la de Thanksgiving es la menos copiada. Los países han ido haciendo suyo el Halloween, el Black Friday y hasta la indumentaria de Papa Noel inventada por Coca Cola, pero no se han aproximado siquiera a ensayar un día de acción de gracias.
Obviamente la crítica fácil a este comentario sería que se trata de un intento para proponer, justamente, esta colonización cultural de la Argentina con costumbres yanquis. Pero mi intención es otra. Es simplemente arrojar un guijarro a una fuente de agua para ver cuántos círculos produce el mero ejercicio de la imaginación..
¿Qué pasaría en la Argentina si alguien propusiera designar un día en el año para que el país agradezca por lo que tiene y no se queje por lo que le falta? ¿Se convocarían las buenas energías para empezar a dirigirlo hacia la abundancia que tanto precisa?
¿Y qué pasaría si en los fundamentos del proyecto se dijera que el día no se limita a lo religioso sino que tiene como propósito limar las diferencias odiosas en la sociedad, pero no prohibiendo el odio (como intentó el chavismo kirchnerista reservándose el derecho de decidir quiénes eran los odiosos) sino, repito, agradeciendo la fortuna de haber nacido en una tierra cuyo potencial es enorme? ¿Se aflojarían las tensiones del desacuerdo y del rencor por las diferencias?
El solo hecho de lo que cuesta imaginar a alguien proponiendo un Thanksgiving argento, con la catarata de ironías “nazionalistas” que recibiría, mezcla de verso vernáculo y de patriotismo hueco, sirve para hacernos suponer que la Argentina está muy lejos de ese punto en donde todos bajan la guardia porque todos se han prometido no pegarse: nadie se arriesgaría a prometer “no voy a ser yo quien tire la primera piedra” en una tierra que se ha preocupado por recompensar mejor al que viola las normas (y las promesas) que al que las respeta.
El país no puede lograr que se respete el minuto de silencio en las canchas. O peor aún: lo normal es que se respete según quien sea el muerto. De modo que el cambio cultural que supone el giro copernicano de tener un día de agradecimiento nacional está mucho, pero mucho más lejos que una mera recuperación económica.
De todos modos, a aquellos corazones cándidos que reconocen en el agradecimiento el primer paso para que el karma positivo vuelva hacia uno como un búmeran: ¡Feliz Día de Acción de Gracias!
Carlos, creo que el día que logremos consensuar un día de acción de gracias en Argentina, habremos alcanzado la adultez como país. Esta tarde/noche nos reuniremos con amigos aquí en Texas y, con el afecto de nuestros seres queridos de Argentina en el corazón, daremos gracias a la vida por todo lo que nos ha dado.
👌🤗
Gracias por esta nota tan ilustrativa, conocia el origen del festejo pero no sus detalles y derivaciones, incluso que Canadá también lo celebra. En referencia a estar léjos de algo asi en nuestro país, creo que si, en tanto y en cuanto eso parta de una iniciativa política. Lo bueno es que este tipo de notas se divulguen, la gente conozca el sentimiento tan noble que subyace en la festividad y comience a celebrarlo en su casa con su família y amigos. No esperemos nada de la política. Abrazo y gracias por la nota estimado. Gustavo.
Me encantó la nota! Gracias a ti, finalmente entendí la razón de la trascendencia de esta fiesta tan importante para EEUU.
Un gran abrazo
Estimado Carlos… Ud. lo describió muy bien, fue un proceso gradual y muuuyy largo y con los tiempos actuales de respuestas instantáneas, imposible de asimilar…
Hay mucho cinismo en la sociedad actual, y me refiero en general. En cuanto a nuestro país, recordemos el Indulto o la repatriación de los restos de Rosas por parte de Carlos Menem… o el corto proceso de estabilidad de precios y deflación de los ’90 no bastaron esos años, ni siquiera la caída del muro de Berlín ni el “go west” mientras estén vivos los derrotados en ese efímero proceso, ya lo vemos claramente, el Foro de Sao Pablo “un poquito de inflación no hace mal, esto es “demasiado” liberal p Vladimir Putin contra todo occidente, incluyendo el que ayudó a la transición URSS/Rusia
El necesario largo proceso incluye la extinción natural de los protagonistas, aunque como escribió un gran sanjuanino…. las ideas no se matan
Excelente observación Carlos, como siempre observando la realidad desde un ángulo distinto y muy adecuado, por cierto.
Gracias por hacernos pensar … aunque duela !!