Por Jorge Kersman, especial para The Post
Por supuesto, todos tienen derecho a sus opiniones e ideología (aunque no a “sus hechos” como señalara Pat Moynihan).
Uno PUEDE ser kirchnerista de corazón. Pensar que lo que hace el régimen es lo correcto, que sus motivos, y aún sus procederes apuntan al bien común. Es un poco ingenuo, es “no mirar los hechos”, pero ponele…Hay mucha gente que no entiende, o se maneja “con el corazón peronista”, que se acuerda de la máquina de coser/la bici/la pelota de Eva, o la bajada del cuadrito, de Nestor, y con eso les basta: formaron una opinión y ya no la cambian.
Eso sucede en Argentina (lamentablemente son muchos), y en muchos países.
Pero, para aquellos que conservan la mente abierta, están atentos a los hechos y aún asi, quieren informarse, se informan, leen, puede haber factores de confusión.
Las opiniones, los juicios, los apoyos de algunos sabihondos, no siempre son “desde el corazón”.
Quien aparece en la foto es Joseph Stiglitz, el “profe” del ministro Guzmán. El que se reúne con el gobierno para asesorar y después habla a favor de los pobres países, visita a la Kirchner, explica….
Sus honorarios por charla: 50.000 U$ a 100.000 U$.
https://www.speakerbookingagency.com/talent/joseph-stiglitz?fbclid=IwAR2nR_YeDX3OJ0jRT4pdMBjIAYenMrytUDi55s8hWHllcYvxCLoXzZHEai0
No sabemos si tiene un honorario para el rubro: “gimoteo a favor de acreedores morosos”. Mientras, Loretta Preska espera en Southern District, NY. Stiglitz o no.