
Entre el bullicio musical de Nashville y la energía deportiva de Indianápolis, existe un camino alternativo que se aparta del GPS promedio. Un trayecto que no busca la velocidad, sino el asombro. Es el recorrido que une ambas ciudades por el corazón rural de Kentucky, con una escala imprescindible en Mammoth Cave National Park, hogar del sistema de cavernas más largo del planeta.
De Nashville a lo profundo de la tierra
La salida desde Nashville toma rumbo norte por la US-31W, una ruta menos transitada que la interestatal, donde los campos abiertos y las iglesias de madera blanca pintan un paisaje típicamente sureño. En menos de dos horas, el camino se adentra en el sur de Kentucky, donde la tierra comienza a ondularse y el verde se hace más profundo.
Allí espera Mammoth Cave, una maravilla geológica con más de 650 kilómetros de pasajes subterráneos explorados. Más que un parque, es una experiencia sensorial: tours guiados entre bóvedas oscuras, túneles de piedra caliza tallados por el agua y cámaras naturales que parecen salidas de otro planeta. En la superficie, hay senderos para caminatas entre bosques y ciervos, áreas de picnic y un silencio que reconecta.

Continuar por caminos rurales: Kentucky en su estado puro
Desde Mammoth Cave, en lugar de volver a la interestatal, se puede continuar por la KY-70 East y luego tomar la US-150, una ruta panorámica que atraviesa pequeños pueblos como Hodgenville (lugar de nacimiento de Abraham Lincoln), Bardstown (capital del bourbon) y Perryville, donde se libró una de las batallas más importantes de la Guerra Civil en Kentucky.

Estos pueblos no son simples puntos de paso: son postales vivas. Casas victorianas, estaciones de tren restauradas, almacenes rurales y porches con mecedoras donde el tiempo parece moverse más lento. Si el viajero tiene tiempo, puede desviarse hacia alguna destilería o probar un clásico “hot brown sandwich” en una taberna local.
La entrada a Indiana y la llegada a Indianápolis
El cruce a Indiana se da por la US-31 N, justo cuando los campos se vuelven más planos y aparecen los primeros silos metálicos. A medida que uno se acerca a Indianápolis, el entorno rural va dando paso al desarrollo urbano, pero incluso en los últimos kilómetros es posible evitar las autopistas y entrar por zonas más tranquilas, como Greenwood o Southport, conservando hasta el final esa sensación de viaje íntimo y auténtico.

Indianápolis recibe con su particular mezcla de ciudad del medio oeste: una fuerte cultura deportiva, una creciente escena artística y gastronómica, y una calidez que sorprende a quienes la visitan por primera vez.
Un viaje para saborear
Este trayecto entre Nashville e Indianápolis no es solo una forma de unir dos ciudades, sino una oportunidad para descubrir el alma de dos estados —Tennessee y Kentucky— a través de sus carreteras rurales, sus secretos bajo tierra y sus comunidades que aún conservan el sabor del pasado. Ideal para quienes viajan sin apuro, con los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto a salirse del camino más obvio.
English version
The Most Scenic Route from Nashville to Indianapolis – With a Stop Underground (Nineth installment)

Between the neon lights of Nashville and the sports arenas of Indianapolis lies a quieter, richer road. One that trades speed for beauty, highways for hidden treasures. It winds through Kentucky’s rural heart and includes a stop at one of the planet’s most surreal natural wonders: Mammoth Cave National Park.
From Nashville to the depth of the Earth
Leaving Nashville via US-31W, travelers bypass the fast lanes and dive into rolling hills, weathered barns, and sleepy towns. After about 90 minutes, the landscape deepens into forest—and then underground. Mammoth Cave, the longest known cave system on Earth, offers guided tours through ancient tunnels and vast chambers, alongside trails and peaceful spots above ground.

From there, the journey continues on KY-70 and US-150, through small towns like Hodgenville (Lincoln’s birthplace) and Bardstown (bourbon central). You’ll find Civil War landmarks, Victorian homes, and locals who still wave from their porches.

Crossing into Indiana via US-31 N, the road eventually flows into Indianapolis—still avoiding major highways—offering a soft landing into city life after a soulful ride.

This isn’t just a road trip. It’s a deeper way to travel—through land, time, and even the earth itself.
Proxima entrega: Indianapolis Del basquetbol al Partenon
Coming up next: Indianapolis: from basketball the the Parthenon