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Pesca como filosofía: Una nueva manera de viajar

Por Carlos Mira paa The Post, un medio del Grupo FMGN Press (*)

Pescar es un acto de espera. Una forma de estar en silencio, con la mirada fija en el agua y los sentidos abiertos a todo lo que sucede alrededor. En tiempos de hiperconexión y velocidad, la pesca emerge como uno de los rituales más refinados del slow travel: una práctica que permite sumergirse en paisajes imponentes, conectar con el pulso natural del entorno y, sobre todo, volver a uno mismo.

Aquí encontrarás cuatro propiedades que ofrecen experiencias de pesca memorables, inmersas en algunos de los escenarios más bellos y vitales del planeta. En cada una de ellas, la pesca no es solo una actividad: es el centro de una vivencia más profunda, estética y emocional.

Belice – Turtle Inn

En la costa sur de Belice, Turtle Inn,la joya caribeña de la familia Coppola, ofrece un entorno inmejorable para quienes buscan combinar pesca con belleza tropical, arquitectura inspirada en Bali y una hospitalidad artesanal y encantadora.

Aquí, la pesca se convierte en una aventura sensorial. Desde el fly fishing en flats de agua turquesa hasta el trolling en los alrededores del arrecife, cada salida al mar está guiada por expertos locales que conocen los secretos de la costa como nadie. Las jornadas comienzan al amanecer y se deslizan sin apuro entre redes, veleros y cielos despejados. De regreso, esperan ceviches frescos, masajes con vista al mar y noches bajo las estrellas.

Turtle Inn es ideal para quienes desean vivir la pesca como un arte tranquilo, en sintonía con los ritmos de la naturaleza y con los placeres simples pero intensos del Caribe más auténtico.

Patagonia – Las Balsas

Sobre la costa del Lago Nahuel Huapi, en la privilegiada Villa La Angostura, Las Balsas ofrece una de las experiencias de pesca más puras del hemisferio sur. Aquí, la Patagonia se despliega en todo su esplendor: aguas cristalinas, cielos infinitos, silencio absoluto y una conexión profunda con la naturaleza virgen.

La temporada de pesca deportiva, que va de noviembre a abril, permite vivir el fly fishing como un verdadero ritual: lanzar, esperar, observar, respirar. En los alrededores del hotel, se abren múltiples circuitos accesibles a pie, en bote o con guía especializado, donde es posible atrapar truchas marrones, arcoíris y fontinalis en su hábitat natural.

Después de un día en el agua, el regreso a Las Balsas es también parte de la experiencia: un lodge con diseño cálido, gastronomía de autor basada en productos patagónicos y un spa inmerso en el bosque. Una pesca que se transforma en retiro, en contemplación, en celebración del tiempo bien vivido.

Panama – La Carolina Island House

En Bocas del Toro, sobre la costa caribeña de Panamá, La Coralina Island House ha sabido construir un nuevo lenguaje del viaje. Aquí, la pesca se entrelaza con el bienestar, la espiritualidad y el poder regenerador del paisaje tropical. No se trata de conquistar el mar: se trata de escucharlo.

Rodeada por un entorno exuberante de playas vírgenes, manglares y arrecifes, esta propiedad boutique invita a explorar la pesca artesanal como una actividad meditativa, que se integra a los programas de retiro y sanación que ofrece el hotel. Las salidas en bote permiten navegar por canales escondidos donde los peces se mueven al ritmo de las mareas, mientras el cuerpo y la mente se abren al equilibrio natural del entorno.

La Coralina propone una experiencia que combina mar, fuego y alma: terapias ancestrales, alimentación saludable, prácticas de yoga y contacto directo con una naturaleza vibrante que transforma desde adentro.

Por Carlos Mira

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(*) El Grupo FMGN Press es dueño de The Post y SunnyNews

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