En medio de una atmósfera relajada, propia de una isla, en un ambiente tropical, lleno de vegetación y a la vera de una playa blanca e inmensa que sirve de preludio a las aguas color esmeralda del Golfo de México, se encuentra el Bilmar Beach Resort, en Treasure Island, St Pete, Florida.
El Bilmar constituye un hallazgo para la vacación familiar. Las habitaciones están equipadas para poder cocinar a microondas, con vajilla completa y heladera grande con freezer. Son grandes y las que dan a la playa tienen una vista espectacular del Golfo y de la rambla, desde el balcón. Las camas son cómodas y los baños amplios.
El hotel tiene dos piscinas cada una en sus dos edificios principales. Una de ellas está en medio de una vegetación tropical densa y directamente enfrente del salón para desayunar que, por el otro costado, da al boardwalk y a la playa, con lo que desayunar al aire libre es también una posibilidad.
Allí también se pueden comprar artículos de playa y recuerdos del hotel y de Treasure Island como remeras, caps, mugs, etcétera.
Más cerca del otro edificio principal hay un bar típico isleño, cuya parte posterior da sobre la playa y en el que también se pueden comprar souveniers.
El hotel está excelentemente ubicado, en medio de la zona comercial de Treasure Island con Walgreens enfrente y Publix a una cuadra. Teniendo la posibilidad de comer en la suite -con el consiguiente ahorro de dinero- se pueden comprar en el supermercado comidas congeladas por un promedio de U$S 3 la caja y disfrutarlas sin salir del hotel.
No obstante a la hora de pasear, la ubicación del Bilmar también permite disfrutar de una avenida principal llena de actividad comercial, buenos restaurantes y excelente ambiente a tan solo una cuadra de distancia.
Frente al hotel, en la otra esquina opuesta a Walgreens hay un bar bien isleño, con buena música, para tomar una cerveza al atardecer. Muy buen ambiente y excelente atención.
La noche es un momento especial en la habitación. De nuevo, las que dan sobre la playa, permiten disfrutar de un cielo lleno de estrellas mientras se disfruta un trago en el balcón mientras se respira esa atmósfera marina que traen las brisas del Golfo.
El hotel cuenta con un muy bien equipado gym, para mantenerse en forma aun en vacaciones y con una lavandería que permite viajar con poca ropa, manteniendo limpia la que se lleve.
El café de la playa -donde se desayuna- también tiene un bar donde disfrutar un buen trago por la noche allí mismo o mientras se disfruta de una caminata por la rambla.
La playa es inmensa. De arena blanca, tiene una amplitud asombrosa. Desde el boardwalk hasta la orilla, debe haber no menos de 200 metros ideales para tomar sol, practicar deportes, correr y desarrollar el tren inferior. Y el agua del mar es tranquila y cálida, ideal para los chicos.
En la zona se puede practicar snorkel e incluso nadar cerca de delfines, hacer excursiones en helicóptero por sobre el puente Skyway, hacer cruceros al atardecer (el sol se pone justamente sobre el horizonte del Golfo) o alquilar un yate por el día y salir de pesca o simplemente de paseo.
El Bilmar tiene estacionamiento propio (selfparking) y su staff es muy cálido y servicial, siempre dispuesto a ayudar.