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Los glaciares se derriten: el deshielo que enfría la economía global

El retroceso glaciar impacta en sectores clave como el abastecimiento de agua, la agricultura, la generación de energía y el turismo en Argentina

La acelerada pérdida de glaciares a nivel global, impulsada por el cambio climático, está generando consecuencias alarmantes no solo para el equilibrio ambiental, sino también para la economía. La alteración en los flujos de agua provenientes del deshielo está afectando directamente a sectores esenciales como la agricultura, la producción de energía hidroeléctrica, el turismo y el acceso al agua potable.

Según estudios recientes, los glaciares andinos argentinos han perdido cerca del 30% de su superficie en las últimas décadas, afectando la disponibilidad de agua en provincias como Mendoza, San Juan y Río Negro, donde el riego agrícola depende en gran medida del deshielo. Esto pone en riesgo la producción vitivinícola y frutihortícola, dos sectores clave para la economía del país.

La disminución del caudal de los ríos también está impactando en la generación de energía hidroeléctrica. En Argentina, cerca del 30% de la electricidad proviene de fuentes hidroeléctricas, y la reducción en la disponibilidad de agua glaciar podría encarecer los costos energéticos y afectar la estabilidad del suministro.

El sector turístico, que tiene en los glaciares un atractivo emblemático, también enfrenta desafíos. El Parque Nacional Los Glaciares, que alberga el icónico Perito Moreno, recibe más de 700.000 visitantes al año, generando ingresos significativos para la economía local. Sin embargo, el retroceso de los glaciares podría reducir la afluencia de turistas y afectar las comunidades que dependen de esta actividad.

Ante este panorama, expertos y organizaciones instan a tomar medidas urgentes para mitigar el impacto del derretimiento glaciar en la economía argentina. La inversión en soluciones basadas en la naturaleza, la gestión eficiente del agua y la transición hacia fuentes energéticas sostenibles son algunas de las estrategias clave para afrontar esta crisis.

En este contexto, Agua Segura trabaja en la implementación de soluciones basadas en la naturaleza que contribuyen a la resiliencia hídrica de las comunidades afectadas en Argentina y el mundo. A través de la restauración de ecosistemas, la optimización de sistemas de captación de agua y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles, busca garantizar el acceso al agua y mitigar los efectos de la crisis hídrica. 

Desde 2015 hemos impactado positivamente a más de 1.5 millones de personas, entregamos 270 mil millones de litros de agua segura implementando tecnologías de filtrado según cada necesidad, y hemos devuelto al planeta cerca de 2.5 millones de metros cúbicos de agua a través de proyectos de conservación, riego eficiente, reforestación, restauración de suelos y más. 

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