Uno de los aspectos más importantes de la Farmacoeconomía es el análisis de costos de los productos farmacéuticos que se emplean en el sistema sanitario. Aunque su campo de acción es amplio, básicamente se trata una aplicación de la economía de la salud, focalizada en el campo de la
evaluación económica de los medicamentos.
Debe ser analizada desde una perspectiva basada en la economía positiva, es decir, con la utilización de datos y hechos verificables, enfocándose en describir la realidad económica. Es partir de ella, desde dónde se deberían fijar las estrategias de acceso a los medicamentos, ya que se trata de un
componente fundamental para la plena realización del derecho a la salud.
Otros factores que condicionan el acceso a los medicamentos, son la falta de financiamiento, problemas de suministro, insuficiente capacidad de producción local, inadecuada legislación farmacéutica, influencia de los acuerdos comerciales, etc.
Todo lo anteriormente expresado, debiera estar enmarcado dentro de una política sanitaria integral y universal, diseñada a partir de datos objetivos y con una visión desde la perspectiva de la economía normativa, es decir a partir de la sugerencia de mejoras basadas en criterios muchas veces subjetivos, implicando juicios de valor y opiniones.
En los últimos días surgieron diversas opiniones públicas y acciones que están relacionadas a los conceptos vertidos inicialmente, desde la iniciativa por parte de alguna provincia de importar medicamentos, con la intención de adquirirlos a valores por debajo de los precios locales.
No obstante, aparecieron también las advertencias sobre aspectos de seguridad sanitaria e incumplimientos de normas locales para la importación, con los consecuentes niveles de responsabilidades. El
cuestionamiento concreto es hacia los medicamentos provenientes de India, ya que el ANMAT no reconoce la actuación de las agencias regulatorias locales que deben evaluar el cumplimiento de las normas exigidas a nivel internacional de buenas prácticas de Manufactura (Decreto 150/90). No sucede de igual modo con los medicamentos producidos en EEUU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia, España, Reino Unido, etc. ya que ingresan a nuestro país automáticamente debido que se reconoce la evidencia de comercialización de origen.
No obstante esta situación en nuestro país, donde seguramente nadie pretende poner en riego a la población ante el consumo de medicamentos que no garanticen seguridad, calidad y eficacia, también es cierto que el sector farmacéutico indio abastece más del 50% de la demanda mundial de diversas vacunas, el 40% de la demanda de genéricos de EEUU y el 25% de todos los medicamentos del Reino Unido.
En la semana también pudimos ver la convocatoria promovida por el Ministerio de Salud de la Nación, a las Obras Sociales Nacionales y Provinciales con el propósito de avanzar en el desarrollo de
mecanismos conjuntos para el financiamiento de tratamientos con medicamentos de alto costo, contemplando la evidencia científica y el seguimiento de resultados.
Sin dudas significa una iniciativa positiva y esperamos se amplíe a los financiadores privados del sistema de salud, ya que la problemática es abarcativa a todos los subsectores y la experiencia nos indica que en otras oportunidades las mejoras logradas en los precios de las compras de medicamentos por parte del Estado o PAMI por ejemplo, se transforma automáticamente en mayores costos a la medicina privada.
Surgió también un importante estudio impulsado por el Centro de Estudios para la Salud Argentina – CESA, en donde se comparan los precios de 13 medicamentos de uso frecuente, entre nuestro país y España. Los datos indican que comparativamente los precios en nuestro país son sustancialmente más altos, tal son los casos de la Metformina que en Argentina cuesta $ 34.517 y en España es de 2,90 euros, es decir unos $ 4.350, o el Diclofenac 75 que en Argentina cuesta $ 20.455 y en España 2,50
euros, es decir, $ 3.750.
En este mismo sentido, es importante destacar que la industria farmacéutica en España es un factor clave y estratégico de la economía, existiendo unas 174 plantas industriales. Mientras Argentina también posee un posicionamiento muy importante, contando con unas 190 plantas, de las cuales 160 son de capitales nacionales.
Precisamente nuestro país se caracteriza por un desarrollo muy importante de la industria farmacéutica, de gran seguridad y calidad, no obstante, sus estrategias corporativas y de relativa competencia, determinan que a pesar de la oferta de cantidad, esto no se traduce en menores precios en el mercado nacional y la comparación con España así lo demuestra, produciéndose cada vez más barreras de accesibilidad y asequibilidad por parte de la población.
En los últimos días también se comenzó a instalar que los valores de los medicamentos estaban incrementándose por debajo de la inflación y de las actualizaciones de las cuotas de salud. Esto tiene una relativa veracidad ya que solamente podemos medirlo en medicamentos ambulatorios y un breve
lapso de tiempo, tal lo demuestra el gráfico siguiente:
IPC Medicamentos-IPC Salud-IPC Prepagas y General. Período enero 2024 a septiembre 2024.
No obstante, a los fines de obtener datos más confiables, es necesario establecerlos a través de un proceso estadístico más amplio de tiempo y conjunto de etapas que posibiliten una investigación basada en información cuantitativa y obtener de esta manera, resultados más precisos que nos ayuden a comprender la verdadera situación, en este caso, de la variable medicamentos. Sobre estos conceptos, seguidamente comparto datos del período 2023.
IPC Medicamentos-IPC Salud-IPC Prepagas y General. Período Enero 2023 a Diciembre 2023
Es decir, si tomamos solamente lo sucedido durante el corriente año, podremos comprobar que el promedio de las actualizaciones de la medicina prepaga recuperó algo más de 100 puntos en relación al promedio de aumentos de los medicamentos y equipos de salud. Pero cuando extendemos el plazo de medición, sumando el 2023, podemos comprobar que a pesar de lo sucedido en estos meses del año 2024, las actualizaciones de las cuotas de salud siguen casi 50 puntos por debajo de los
incrementos en los valores de los medicamentos.
Más aún, si tomamos un período desde enero del 2017 a septiembre del 2024 como vemos en la tabla de más abajo, podemos comprobar que el acumulado a partir de 100 es el siguiente: productos medicinales, artefactos y equipos para la salud 9.904,1 %. Prepagas 6.425,2% e IPC 7076%
Evidentemente en economía de la salud se debe trabajar sobre datos objetivos y medidos sobre períodos que permitan comparaciones reales y evitar de esta manera, relatos confusos que en definitiva terminan desinformando a la población.
También es importante decir que esta realidad en los valores de los medicamentos, sumadas a pautas sociales como una creciente medicalización y en muchas oportunidades con excesos prescriptivos,
además con una sobreoferta comercial desde la industria, muchas veces con escasa evidencia científica y relativa relación costo efectividad, fueron generando que en la actualidad del total de recursos financieros que recauda el sistema de salud privado, el gasto en medicamentos representa casi el 40% de esa totalidad, siendo que hace de 10 años, no superaba el 20%.
Evidentemente se deberán tomar medidas desde las políticas públicas para revertir esta situación, con las herramientas y poder de rectoría que se dispongan, pero rápidamente antes que se siga deteriorando el sistema de salud con la consecuente pérdida de calidad y afectación en la accesibilidad
por parte de las personas. Mientras, desde el sector privado seguramente se deberán construir nuevas lógicas de vínculos, acuerdos que garanticen sostenibilidad entre prestadores institucionales, profesionales de la salud y financiadores, poniendo siempre a las personas en el centro del sistema
sanitario.