
La caricatura es dramática para la Argentina. En el primer cuadro aparece un señor apenas sosteniendo a otro de las manos cuando está por caer al abismo de la miseria. El que está por caer grita por ayuda desesperadamente. Quien lo sostiene dice “Yo te ayudo, pero admití que votaste como la mierda”. En el cuadro siguiente quien pedía ayuda se suelta de las manos y cae al vacío gritando “Viva Peroooooón…”.
El gobierno va a anunciar un “aumento” para las jubilaciones de entre un 10 y un 11% de los haberes. Eso llevaría la jubilación mínima a $32000, bien por debajo de la línea de mantenimiento de la Tercera Edad que está en $75.000.
Mientras tanto, la Reina de los pobres, la que se llena la boca con una particular mueca de odio cuando pronuncia las palabras “los que tienen plata”, la ex presidente Cristina Fernández cobrará más de 3.2 millones de pesos por mes, independientemente de los retroactivos que también reclama.
Desde abril de 2021, la vicepresidente cobra dos pensiones honoríficas: una por sus dos períodos como mandataria y otra como viuda del también ex presidente Néstor Kirchner. Además, a esa cifra mensual deben sumarse unos 120 millones de pesos en concepto de retroactivos que se encuentran exentos del Impuesto a las Ganancias.
La situación es completamente irregular. La ley que regula las jubilaciones de privilegio de funcionarios públicos es muy clara en el sentido que los beneficios no pueden duplicarse. Sin embargo la Justicia avaló la presentación de Fernández y la ANSES (que se cansa de apelar decisiones favorables a jubilados comunes hasta llevarlas hasta la Corte Suprema para especular que los tiempos de la Corte termine matando a esos viejos) por una decisión de Fernanda Raverta comenzó a liquidarle los abres a la actual vicepresidente.
También es irregular el hecho de que en cualquier caso de jubilados rasos, la ANSES no liquida lo que corresponde -aunque haya fallos favorables de la Justicia- hasta que la sentencia no esté firme, entendiendo por eso una decisión final de la Corte. En el caso de Kirchner se habilitó el cobro de inmediato.
Con este último aumento Cristina Fernández de Kirchner cobrará por mes el equivalente a mil jubilaciones mínimas, sin contar los retroactivos exentos de impuestos que reclama y a los que se niega a renunciar.
El contraste entre lo que es su propia conveniencia y la de aquellos a los que esta señora dice representar y defender es de tal magnitud que repugna. Generaciones enteras de argentinos que trabajaron honradamente toda su vida, condenados a la miseria o a la dependencia de sus familias (si es que están en condiciones de mantenerlos) ven como una mujer que cometió delitos de toda clase contra la administración pública, que se enriqueció de modo evidente (más allá de toda duda razonable), que ostenta un patrimonio que no tenía antes de su paso por la función pública y que pavonea su riqueza en cuanta presentación pública la tiene como protagonista, goza de un privilegio inadmisible por haber sido colocada en donde está por la voluntad electoral de millones que hoy están colgados del precipicio de la miseria, tal como contaba la caricatura.
Uno se pregunta cómo es posible que ante tanta desfachatez, ante tanta impudicia, ante tanta desigualdad (desigualdad no conseguida porque la señora Kirchner haya descubierto una necesidad insatisfecha de la sociedad y con su trabajo, ingenio e inventiva la haya satisfecho, sino que simplemente consiguió instalarse en el poder y, desde allí, explotando sus privilegios, robo en cantidades industriales de riqueza pública), no hay una rebelión, no hay un punto final, no hay, al menos, un pedido de explicaciones y un reclamo de terminar con tanta inequidad.
Pero, increíblemente los argentinos –o una parte electoralmente decisiva de ellos- sigue permitiendo estas cosas, sigue haciendo la vista gorda, sigue dejándose robar y sigue permitiéndole a ciertos personajes lo que les niega a otros, especialmente cuando esos otros sí hicieron su riqueza porque crearon algo, porque satisficieron demandas lícitas de la sociedad, porque trabajaron duramente durante muchos años, y, fundamentalmente, no vivieron de las cobranzas del erario público.
Ese distingo entre lo que se le permite a unos y se les niega a otros solo puede ser explicado por el fanatismo alimentado por la envidia y el rencor. Solo los fanáticos, odiosos y resentidos, pueden alcanzar tal grado de ceguera como para no ver la propia miseria a la que los condenaron quienes dicen defenderlos y que viven como reyes, disfrutando de condiciones muy diferentes a las suyas.
Cuando una parte importante de la población de cualquier país cae en este tipo negación, es muy difícil reconstituir el camino de lo correcto y de lo que está bien.
Si varios millones de personas están dispuestas a desbarrancarse por los riscos de la miseria, la pobreza y la escasez y no alcanzan a ver la conexión que hay entre su propia condición y la de los privilegiados que les robaron de sus propios bolsillos, es poco lo que pueden hacer las explicaciones racionales.
Por eso las soluciones de la Argentina hace rato que pasaron el escalón de la simple entendedera. Hoy, eses soluciones, si aún las hay, deben plantearse en el terreno psiquiátrico, porque solo alguien que esté muy mal de la cabeza puede seguir defendiendo (y votando) a una delincuente que cobra mil veces más que ellos por mes, que fuerza las interpretaciones de la ley para lograrlo y que se resiste a abandonar su compulsión a robarle la comida de la boca a los pobres.


Muy bueno, como siempre!!!
También hay que recordar que el ANSES no apeló el juicio de la mamá de la señora cuando ella era presidente.
Le pagó todo al contado y le actualizaron la jubilación mientras mi mamá se murió esperando.
Un abrazo.
Marcelo
Que sarta de delincuentes ellos y de pelotudos los que los defienden y votan. Me cansan! esta republiqueta me cansa! que asco que les tengo!!!
Ahora, yo me pregunto: ¿Donde estan los popes del republicanismo, de la oposición frente a semejante delirio? ¿Nadie de los que podrían hacer algo lo está haciendo?
Porque mas que azuzar un poco el tema por parte de algunos periodistas como vos, no veo otro avance.
En definitiva, son todos socios. Esa es la verdad. Macri y sus esbirros, asi como los impresentables de los Radicales (que no existen por inacción, omisión o simplemente por nabos, tarados o vendidos) no hacen nada al respecto. Porque seguramente ellos también tienen el culo sucio entre sus secuaces.
Que ganas de que explote todo. TODO. Y que sea lo que dios quiera… pero así no se puede seguir. Es enfermizo.
Estimado Carlos:
Te sigo desde hace tiempo, y al final pude ubicarte.-
Por favor, en que frecuencia (radio) y hora puedo escucharte y si estás en el exterior a que hora puedo hacerlo.-
Un abrazo, GRAN ABOGADO Y PERIODISTA, pero fundamentalmente UN HOMBRE DE BIEN…!!!
Guillermo García Araya.-
guillermogarciaaraya@hotmail.com