Por Jorge Kersman, especial para The Post
Otra vez las tribus. Como somos liberales, de derecha, libertarios, antiperonistas, aborrecemos el fascismo kirchnerista. Entonces…
Parece que tenemos que estar contra cualquier tipo de cuarentena.
Uno vé el típico yanki redneck (el blanco bruto) manifestando contra las cuarentenas, lee a nuestros liberales estrella. Los economistas, los liberalotes. Enfatizan, claro, el costo, la penuria económica, la pobreza que todo esto traerá acarreado. Y claro que así será. Preconizan “terminar con la cuarentena”.
Nadie razonable dice que esto sea “una gripecita” a lo Bolsonaro (por quien tengo gran simpatía, pero esta vez…), o que “se cura con hidroxicloroquina, a lo Trump” (idem: es de los míos, pero no le confiaría mi salud). No es razonable deplorar la cuarentena como un error absoluto solamente porque los progres asustados la adoptaron con fervor.
Los Fernández (hombre y mujer) que tocaron en suerte son ignorantes, primitivos, ridículo el uno, detestable la otra.
Pero eso no nos habilita a dejar de lado la razón. No caigamos en la pereza intelectual, en el tribalismo.
Lo que se necesita es una salida inteligente de la cuarentena. Esto es lo que se está ensayando en los países… inteligentes. Sucede que esa es la solución “difícil”: implica testeos, segmentación de la población, cabeza… Y eso, digamos no es el fuerte del peronismo (o el macrismo). Entonces, se opta por el escopetazo: cuarentena total y ya veremos.
Esa solución es mala.
Pero la actitud de los que nos consideramos “conducidos por la razón” no puede ni debe ser “apoyamos a nuestra tribu derechosa” cualquiera sea la situación.