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“Sí a fabricar acá”

Ya nos hemos referido en estas columnas a este tema, pero ahora vuelve a plantearse la posibilidad de volver sobre él a propósito de un ejemplo concreto que pone de manifiesto las increíbles ignorancias que encierran varios de los postulados que encarna el gobierno y a los cuales defiende como si fueran verdades reveladas, incluso acusando a quienes osen controvertirlos de anti-argentinos o de estar al servicio de intereses inconfesables.

Me refiero al caso del spot publicitario de campaña del FDT en donde simplemente se han ocupado de identificar distintas aspiraciones colectivas y ponerles la palabra “sí” adelante como dando por sentado que son ellos los que encarnan la vía y la herramienta política más adecuada para que los argentinos concreten finalmente esos sueños.

Muchos de esos postulados, como ya lo dijimos, no son más que una enorme tomadura de pelo viniendo de gente que ha encarnado exactamente lo contrario de lo que esos deseos significan.

Allí aparecen apelaciones a “vivir más seguro”, “a bajar la inflación”, “a defender la educación”, “a bajar los impuestos”, “a que los políticos no se peleen”, “a la casa propia”, etcétera, etcétera.

La sola insinuación de que esas aspiraciones puedan tener algo que ver con el FDT causa risa: ¿seguridad?, ¿bajar la inflación?, ¿defender la educación?, ¿bajar los impuestos?, ¿no pelearse?, ¿ilusión de la casa propia? Ya sabemos lo que ha hecho el gobierno peronista con todos esos sueños: liberó delincuentes, cerró las escuelas, disparó la inflación, terminó con el crédito, subió los impuestos, en fin, todo lo contrario de aquellos sueños de los que ahora quieren apoderarse en una publicidad. Más estafa. Más estafadores.

Pero hay un “si” especial dentro de ese listado marketinero que demuestra, además de la demagogia y el populismo siempre implícito en su accionar, una ignorancia alarmante, no solo de lo que son las más elementales señales del sentido común económico sino también de lo que está pasando en la realidad del mundo del trabajo, de las empresas, de la economía real.

En un momento de ese impresentable spot, aparece un señor diciendo “si a fabricar acá”, transmitiendo el indirecto mensaje de que lo bueno y de que lo que el gobierno persigue es que el país no importe nada y que lo ideal consiste en cerrar la Argentina a las importaciones y hacer del país prácticamente una isla ermitaña que desconoce cualquier vínculo con el mundo, porque así va a haber más trabajo.

La afirmación es de tal ignorancia técnica que un estudiante inicial de cualquier carrera económica podría darles unas lecciones acerca de qué ocurre cuando un país aspira a semejante estupidez.

Pero además de esa ineptitud, el gobierno demuestra que no sale a la calle, que desconoce lo que está pasando en la realidad de las empresas y que, de insistir en su tozudez, solo logrará agravar el problema del empleo y no mejorarlo (aunque a esta altura uno no sabe si lo que hacen no lo hacen a propósito para confeccionar una sociedad cada vez más pobre y cada vez más dependiente de la dádiva)

Para dar un solo ejemplo, voy a transcribir aquí el comunicado hecho público ayer por la Cámara de Empresarios del Repuesto Automotor de Córdoba (CERAC), donde se haya radicado el corazón de esa industria argentina:  “La Cámara Empresarios Repuesto Automotor y Afines de Córdoba – CERAC expresa su fuerte preocupación por los síntomas que comienzan a advertirse en el mercado repuestero local, manifestados a través de la ralentización o el faltante de distintas partes y piezas para automotor de origen importado.

Las últimas medidas anunciadas por la autoridad monetaria, con vigencia hasta el 31 de octubre, que restringen aún más el acceso a las divisas necesarias para pagar importaciones, afectan no sólo la provisión de repuestos importados, sino también el acceso a los insumos necesarios para aquellos que son de origen nacional”.

Esta es la previa a que todas estas empresas empiecen a suspender y, eventualmente a despedir, personal, por falta de materiales para trabajar.

Es la gran “ranada” del nazionalismo económico que, demagógicamente resume en un spot de campaña “si a fabricar acá” (como si los partidarios de la apertura y del libre comercio fueran apátridas que persiguen que la gente se quede sin trabajo) pero que en la realidad de los hechos no hace otra cosa más que crear las condiciones para que el trabajo se reduzca y termine perdiéndose.

Que la Argentina del siglo XXI esté aún en manos de estos dinosaurios, a quienes parece que el paso del tiempo y las pruebas empíricas que entrega el mundo no le hacen mella, es realmente increíble.

Y aún más increíble es que haya argentinos que viven y experimentan en carne propia las consecuencias de estas políticas que le sigan prestando el oído a estas propuestas de la prehistoria que no hacen otra cosa más que empeorar y, en muchos casos, directamente denigrar la dignidad del pueblo.

El mundo ya probó largamente dónde acaban los países que aspiran a “vivir con lo suyo”, una pelotudez que solo en un país en guerra con la realidad -como es la Argentina- puede seguir defendiendo.

Por Carlos Mira

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One thought on ““Sí a fabricar acá”

  1. hector

    Fabriquemos aca ? creo que el Manual de zonceras Argentinas de Jaureche se quedo corto estos ya son parte de La Historia de la Estupidez Humana de ,Paul Tabori,Y no venda Sr,Fernandez que si no arregla con el FMI es por que no se arrodillo ( Ud, lo arrodillaron cuando acepto la candidatura ) si no hay arreglo es algo simple,no pueden presentar un programa creible por que no lo tienen,estan flojisimos de papeles con Uds, en el gobierno la Argentina no es creible ante los inversores internacionales,si un inversor ve las actitudes patoteriles del sistema mafioso gremial y la de sus acolitos e ignorantes seguidores es la muestra como crecieron en inversiones Paraguay,y el Uruguay ,es por que les ofrecen seguridad juridica y en esos paises no existe la mafia sindical como en argentina

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