
Los demócratas han recibido una mala noticia: la intención -en estudio todavía- de que el demócrata “light” Howard Schultz, ex CEO de Starbucks, se presente como candidato independiente a las elecciones de 2020.
Y la razón de la preocupación está justificada: la aparición de un tercer candidato en la contienda hace que el escenario más probable sea la reelección de Donald Trump. ¿Por qué? Muy simple: por cómo funciona la Constitución de los EEUU.
Como muchos saben, la elección a presidente en EEUU es indirecta, es decir no gana allí quien obtenga más votos en la elección popular, sino quien obtenga más electores en el Colegio Electoral.
La cantidad de electores es igual a la cantidad de miembros del Congreso (Representantes y Senadores -435 y 100 respectivamente- más 3 representantes del Distrito de Columbia). Para ser elegido presidente se necesitan 270 electores es decir una mayoría simple de 538.
Hasta allí la cosa parece sencilla. Un puede estar o no de acuerdo con el sistema, le puede gustar o no, pero es fácil de entender cómo se elige al presidente.
La cuestión se complica cuando ninguno de los contendientes obtiene los 270 votos electorales. En ese caso la Constitución establece que es la Cámara de Representantes la que elige al presidente. Pero con una peculiar característica: no por el voto individual de cada uno de los representantes (equivalentes a nuestros diputados) sino por el voto de los estados considerados como bloque. Es decir, por ejemplo, el voto de California, que tiene 53 representantes en la Cámara, vale lo mismo (1 voto) que el voto de Alaska que tiene un diputado.
Y si bien la actual composición es de mayoría demócrata, el desagregado por Estado favorece a los republicanos: hay 26 estados representados con mayoría republicana contra 22 de mayoría demócrata, mientras que los otros 2 están parejos. No hay que olvidar que los EEUU son un país federal en serio y allí el peso de los Estados es mayor que el del voto popular.
De modo que si la actual Cámara tuviera que elegir al presidente, los republicanos ganarían. Por eso los demócratas están preocupados.
La otra razón es la del efecto succión que Schultz pudiera ejercer respecto del candidato demócrata. Es obvio que Schultz va a ir a pescar votos al “acuario” demócrata y eso puede hacerle perder votos populares que luego se traduzcan también en una perdida en el Colegio Electoral.
Es lo que pasó con el candidato del Partido Verde Ralph Nader en 2000 cuando le absorbió votos en Florida a Gore (Nader obtuvo allí 97488 votos) que a la postre le hicieron perder los electores del estado (29) por una diferencia de 537 votos populares, dándole la victoria en el Colegio Electoral a George W Bush.
Ocurrió lo mismo en 2016 cuando la candidata del Partido Verde Jill Stein tomó votos decisivos de Clinton en Wisconsin, Michigan Y Pennsylvania. Esos votos le hicieron perder a Hillary los electores de esos estados y eso contribuyó a que Trump le ganara en el Colegio Electoral.
Falta mucho todavía, pero los análisis deberán empezarle a prestar atención a partir de ahora a qué termina decidiendo este ex empresario exitoso, que impuso una nueva manera de tomar café y que puede ser de una invalorable ayuda a una hipotética reelección de Trump.