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La muerte del Papa

Imposible eludir en este espacio la referencia a la muerte del Papa. Nos guste a no, ocupó un lugar que concita la atención mundial y su influencia no puede negarse cuando de opiniones de peso se trata.

Precisamente en ese campo es donde Bergoglio decidió jugar un rol como mínimo muy discutible para los argentinos.

Si pensamos que los resortes concretos que cualquier Papa (no solo Francisco) puede manejar para torcer en los hechos una situación determinada son muy pocos, es su palabra y su postura lo que pasa a tener un valor que, no por ser en el fondo simplemente simbólico, podemos dejar pasar por alto.

En ese terreno -en el de las palabras y en el de las posturas- el Papa decidió asumir un rol en defensa de causas muy espinosas. Recibió a personajes de dudosa calaña, difundió posiciones que lo ponían claramente de un lado de la grieta argentina y, en lugar de cumplir su rol de puente de unión (de allí deriva la etimología de la palabra “pontífice”) entre los ciudadanos prefirió tomar partido por la delincuencia.

Sus fotografías con ladrones y corruptos sonriendo como quien disfruta de la compañía de aquellos a los que luego se le probaron delitos gravísimos contra los intereses de quien Bergoglio decía defender -esto es, los pobres- no pueden caer bajo la justificación de decir que que su deber espiritual lo obligaba a recibir a todo el mundo.

El Papa tuvo simpatías. Y las mostró públicamente. No disimuló el desagrado que le causaban ciertas personas y, en el terreno de las ideas, siempre defendió lo equivocado, lo que probadamente fracasó y lo que condenó a millones a vivir en la miseria.

El Papa tenia una concepción confusa de la pobreza. Creía en la superioridad moral de los pobres lo cual, ademas de falso, produce la intangible tentación de creer que es mejor ser pobre que dejar de serlo.

Nunca se le escuchó decir que la mejor manera de estar con los pobres era dejar de hablar de ellos y reemplazar la palabra por acciones que promovieran la salida de los pobres de la pobreza.

Al contrario, Francisco predicó contra la riqueza. La calificó como “el estiércol del diablo” con lo que uno tenía todo el derecho de preguntarle por qué despotricaba contra la pobreza si también lo hacía contra la riqueza: si su queja hubiera sido oída y los pobres hubieran abandonado su condición lo habrían hecho para viajar hacia la riqueza… Entonces, una vez instalados allí ¿ya no sería él su pastor?

Una imagen con la que comienza la película que cuenta su vida quizás pueda definir el modelo de sociedad que Bergoglio anhelaba. Allí aparece él (protagonizado por el actor inglés Jonathan Pryce) cuando aun era arzobispo de Buenos Aires, instalado en lo alto de una tarima armada en una villa miseria de la ciudad. Con un enorme cucharón saca una especie de guiso de una olla común y lo reparte, a sonrisa batiente, a una larga fila de necesitados que van pasando uno a uno con su plato delante de él.

Esa idea de la asistencia es la que desvelaba al Papa. Nunca se planteó la idea de que un sistema abundante hiciera innecesaria (o definitivamente marginal) la asistencia. Al contrario, detestaba los sistemas económicos que han demostrado largamente que son capaces de producir abundancia.

El corazón de su papado coincidió con el gobierno de Mauricio Macri en la Argentina. Sus desplantes al presidente y su coqueteo abierto con Cristina Fernández de Kirchner y toda la runfla peronista fueron la insignia visible de esos años: fue el climax de la recepción en Roma de todo tipo de malandras.

Nunca parecieron importarle el peso de sus dichos. Como si ignorara el lugar de predicamento que ocupaba, lanzaba proclamas como las de “hacer lío” sin medir las consecuencias que esas palabras inflamadas podían causar.

Se abrazó con Bonafini, con Milagro Sala, con Moyano en repetidas ocasiones pero solo en 2022, casi 10 años después de llegar a la silla de Pedro, aceptó recibir a familiares de las víctimas de los guerrilleros.

Ayer no faltaron menciones a la idea de que los argentinos están tan divididos que ni siquiera fueron capaces de dejar a Francisco fuera de la grieta y lo involucraron en ella. Nada más lejos de la verdad: fue Bergoglio el que decidió tomar un claro partido por uno de los bandos. Fue él el responsable de que muchos católicos que tenían sus esperanzas puestas en su palabra cuando asumió, se desencantaran al verlo tan alejado del justo medio y tan próximo a las estrellas de un saqueo que fundió al país.

En doce años de papado nunca encontró el momento para ir a la Argentina. Siempre, directa o indirectamente, dejó entrever que no lo hacía porque el país estaba muy dividido.

De nuevo: si hubiera estado dispuesto a cumplir su verdadero rol de ser un puente de unión entre hermanos tenía la oportunidad de un protagonismo trascendente. Lo rechazó.

Nunca participé de la idea de que la muerte redime a las personas. Desde estas columnas fui un acérrimo crítico de Bergoglio (solo a modo de ejemplo: https://thepostarg.com/editoriales/la-enfermedad-argentina/) y creo que su papado fue muy negativo, especialmente para la Argentina. 

Solo Dios tendrá la sabiduría necesaria para emitir un juicio final.

Por Carlos Mira

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7 thoughts on “La muerte del Papa

  1. Rubén Pedro Pessina

    Ésta, más que una respuesta, es una pregunta: ¿Cuáles son: “… los sistemas económicos que *han demostrado largamente* que son capaces de *producir abundancia*”. Por favor cítame economistas, gobiernos, países, etc , que los han aplicado y beneficiado con ellos a sus poblaciones.

  2. Jorge José Bacigalupo

    Excelente lo suyo Sr. Periodista, es ud. el unico que pone las cosas en su lugar, blanco sobre negro y da al “cesar lo que es del cesar”, desprecio por la actitud con la cual vivió su vida, la vida que el eligio vivir. Digamos, de su juventud cuando fue parte del entorno peronista/terrorista de Puerta de Hierro, junto a Pajarito Grabois y otros “ilustres”, fragoteaban, alentando el retorno de Juan. D. Perón al país y al Poder. En su relato, ud. muy bien describe las “andanzas” de quien en vida fuera Jorge Mario Bergoglio, de quien una vez instalado en el Trono de San Pedro, supo mostrar la hilacha de que era y quien era, y cuales eran sus intenciones para con el país que lo vió nacer, al que tan poco honro con sus actitudes, de manera muy especial, desde el momento que fue eligido como Jefe del Estado Vaticano y lider espiritual de la comunidad Católica Apostolica Romana.- Pues bien o mal, lo suyo en este mundo termino, la muerte no se celebra, pero tampoco la muerte dignifica o convierte en buena persona a quien estuvo lejos de serlo.- Muchas gracias Sr. Carlos Mira, por ser el unico periodista, que mostro los sucesesos tan cual fueron…..¡al pan, pan y al vino, vino!.-

  3. Emilio

    Perdón, pero no conozco al señor Carlos Mira, quien emite un comentario muy serio y contundente contra nuestro Papa. Tiene en cuenta únicamente su calidad de “peronista” que puede afectar a una parte de nuestro país. No soy peronista. La obra del Papa será valorizada en un tiempo no muy lejano, donde las actitudes del ser humano -que también Francisco lo era- pueden pasar a un segundo plano. Lo importante ahora es pensar en todo lo bueno que hizo fuera de nuestro país y para el mundo, a quienes muy poco le pueden interesar nuestras “pequeñas” rivalidades políticas. Dejémonos de embromar ahora, agrediendo a quien no puede defenderse y recemos por él.

  4. Guillermo

    Felicitaciones por la coherencia. Me habría decepcionado un giro en el sentido de estas columnas respecto de la actitud del Papa para con la situación de política interna de la Argentina. Сreo que el rol de puente innegable que personificó en las diferencias inter-religiosas, no fue replicado en conflictos geopolíticos (Venezuela, Cuba, Palestina, Rusia) , donde claramente adopto posturas a favor de un bando, ya sea de manera explicita o, en algunos casos, implícita. Y concuerdo en que fue la única persona que tuvo la oportunidad de terminar de una vez por todas con las históricas diferencias entre argentinos. Oportunidad irrepetible y lamentablemente desaprovechada. Saludos.

  5. Anónimo

    Magnífico verdadero de acuerdo

  6. Churrinche

    Gracias Sr Carlos Mira por exponer tan claramente la personalidad y el papado de Bergoglio, q no solo dividió en vez de unir, también puso duda los fundamentos de nuestra iglesia pregonando la pobreza y la delincuencia como en gran mérito. Que es eso de q es más fácil q un camello pase por el agujero de una aguja q un rico en los reinos del Señor . Y gracias también al Sr Basigalupo y al Señor Guillermo por clarificar también mi sentimiento

  7. Juan

    Recomiendo 2 films Casta invencible
    C paul newman 1971 x youtube
    Y Dr Zhivago ambas para tener las ideas
    Claras
    Lo oi decir a Ud.como se hace las cosas
    ? Respuesta haciendolas
    Gran verdad siempre q no existan fuerzas q x la fuerza se lo impidan…..

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