El viernes el gobierno entre bombos y platillos dio a conocer el nuevo mínimo no imponible para no ser alcanzado por el impuesto a las ganancias.
Más allá de la discusión acerca de que la retribución por el trabajo no debería ser considerada “ganancia” porque técnicamente no lo es y el espíritu del salario es contraprestar un servicio recibido, lo que quiero poner de relieve aquí es que la administración peronista no emitió una sola palabra respecto de los trabajadores autónomos.
El único foco de atención de esta malformación política que tiene la Argentina son los asalariados: a los demás que los parta un rayo.
Para el peronismo -y por añadidura para la sociedad argentina, partiendo de la base que supone la insuperable influencia que ese movimiento ha tenido en la psiquis colectiva- lo único que existe son los trabajadores en relación de dependencia, los que reciben un salario de otros; los que pagan esos salarios son un anatema casi anti argentino para el peronismo.
El personaje central de esa película, aquel que se abre paso en la vida solo, aquel que enfrenta los obstáculos (que, en la Argentina muchas veces provienen, justamente, de la tara ideológica del peronismo), aquel que no pide nada y que arriesga su propio capital, es una paria en la Argentina peronista; es una mácula más que un héroe; es un sacrilegio más que un benefactor; es un ser al que hay que perseguir más que estimular; es una especie de vergüenza más que una fuente de orgullo; es un enemigo más que el motor del crecimiento social.
¿Qué perfil de país puede surgir de un escenario así? ¿Qué otra cosa más que un país gris, quedado, que privilegia a los dependientes por sobre los corajudos emprendedores individuales? ¿Qué esperanza puede haber en que los argentinos se vean incentivados a emprender una aventura propia basada en sueños que los propulsen a ir por más?
El peronismo cree que de ese modo protege su “rebaño”, ese corral donde espera ir a cosechar sus votos.
El problema es que destratando a quienes dan trabajo cada vez habrá menos trabajo y, por lo tanto, menos trabajadores: menos corral para el propio peronismo.
¡Pero claro, qué puede esperarse de un esperpento solo extasiado por el fogonazo espontáneo del corto plazo?
De todas maneras el peronismo no está solo en el aquelarre colectivista argentino.
La UCR, esa especie de peronismo culposo que sigue viendo en el Estado el maná de todas las soluciones, está desarrollando su Convención en La Plata.
Allí, con todo haspaviento, como si con la declaración estuvieran salvando a la Argentina del demonio, dijeron que “su límite” es Javier Milei.
Independientemente de lo poco importante que pueda ser lo que para los radicales son “sus límites” -porque después de todo a quién le importa cuáles son los “límites” que los radicales quieran darse a sí mismos- sería interesante que aclarasen (porque eso sí es importante para los electores) si su problema es con Milei en términos personales (lo que podría tener, comparado con los problemas que el país enfrenta, el peso de una hormiga y que si a alguien beneficia es a Javier Milei) o es con la libertad económica en términos conceptuales.
Aunque en alguna declaración perdida -emitida dentro de la misma Convención- en el sentido de que el objetivo del partido es oponerse “al liberalismo” parecería encontrarse ya una respuesta, no estaría mal una declaración formal y definitiva del partido sobre su posición frente a la liberalización de los principales ejes de la política económica en la Argentina.
Porque si en esa declaración formal el partido efectivamente ratifica su oposición a que se destraben todas las regulaciones que en el orden laboral, fiscal, previsional, comercial, financiero, bancario, cambiario y de comercio exterior asfixian al aparato productivo argentino, entonces los electores, hartos ya de la prisión en la que viven, sabrán qué tienen que hacer con los candidatos radicales.
La verdad resulta bastante repugnante que un partido que dice defender la libertad respalde un sistema por el cual los popes que se sientan en los sillones del gobierno son los que maniatan las energías de los ciudadanos y, en los hechos, suprimen las libertades que ellos mismos dicen defender.
Si hay algún fiel de la balanza por el se pueda cortar (o empezar a definir) las verdaderas posturas de Juntos por el Cambio frente a lo que estará en juego en las próximas elecciones, es justamente este: qué se hará en materia económica en este país.
Y allí el escenario es (debe ser) muy claro: o se va a un desmantelamiento del Estado atrofiado e inoperante que construyó el peronismo, o se insiste en alguna forma de mantenimiento de esa estructura bajo el argumento de que el problema no es la estructura sino que la estructura sea manejada por el peronismo.
El peronismo, con toda la inconmensurable culpa que carga por haber sido quien destruyó el orden liberal de la Constitución y lo reemplazó por el fascismo dictatorial que perdura hasta hoy, no será el único responsable de la definitiva desaparición de la Argentina si aquellos que, teniendo la oportunidad de eliminar las malformaciones que produjeron la miseria, las mantienen.
Los radicales, más que declaraciones rimbombantes subidas a un caballo circunstancial, deberían, por una vez en la vida al menos, ser definitivos y claros en este punto: señores ¿están ustedes dispuestos a desarmar el Leviatan de regulaciones, prohibiciones y obligatoriedades (porque en la Argentina de perfil peronista lo que no es obligatorio está prohibido) que la mentalidad peronista tejió durante más de 7 décadas en la Argentina? ¿Si o no?
Es tan simple como eso. No se vayan por las ramas marketineras de atacar a Milei. Digan, de una vez, si van a desarmar el corset legal que oprime y asfixia a los argentinos. Todo lo demás es fulbito para la tribuna. ¿Y saben qué? Estamos hartos del fulbito para la tribuna.
COMO NOS DEFENDEMOS DEL ESTADO PUNGUISTA, NO HAY DEFENSA me parece q me voy a pescar x ahi aparece un Funcionario del Estado q me venga a
Prohibir ese hobby en ese caso tiraria toda mi pesca de vuelta no se blando con la corrupcion Estatal elefantiasica
Muy bueno Mira: te quisiera obsequiar mi ultimo libro “El Drama de la Argentina: El Estado, la Politica fiscal y La Deuda publica. Si queres nos podemos encontyra a tomar un cafe o algubn sitio para mandartelo. afmo y felicitaciones. Guillermo Sandler, tel. 4771 2901.
Genial Carlos como siempre! Esta gente te quita el oxígeno para respirar!
Es hartazgo TOTAL!!
Hoy me disponia a ver en Youtube a Vinciguerra pesca pero uno de Prefectura le nego el permiso a Vinciguerra me hizo acordar la situacion
Al film el Dr Zhivago mi posicion es clara
Yo deseo un Pais como Costa Rica de
Fuerzas Armadas….