Por Profesor Julio Cirino
The farther back you can look, the farther forward you will likely see…
Winston Churchill
Es muy difícil negar que estamos viviendo un tiempo de transiciones aceleradas (la famosa aceleración del tiempo histórico de la que ya hablaba Ortega y Gasset). Lo que Ortega no podía prever es que en 2023 se mezclaría la aceleración del tiempo histórico con las nuevas tecnologías, lo que genera realidades impensables no muchos años atrás.
Posiblemente uno de los más sorprendentes cambios es la velocidad con que se producen los llamados “cambios culturales” procesos que podía tomas décadas en épocas no muy lejanas. La tradicional idea de “ganar una guerra” ha mutado ahora en los modos, estrategias y tecnologías necesarias para gestionar “conflictos”, y “manejar” la violencia urbana, hasta el significado de “ganar” queda abierto a interpretaciones enprocesos que se presentan con finales abiertos en la geografía de nuestro hemisferio.
Es en este contexto que la denominada “Batalla Cultural” está ocupando un lugar tan significativo como los conflictos armados. A esto se suman las alianzas circunstanciales o no entre el terrorismo y el crimen organizado que se extienden por el hemisferio.
A esto se suma que las facetas violentas a las que nos referimos son ahora
eminentemente urbanas, el “viejo” campo de batalla, pierde relevancia como tal y serían los ámbitos urbanos donde la violencia tiene lugar.
En nuestro hemisferio, desde finales del siglo pasado y comenzando el actual, salvo contadas excepciones, no hemos sido afectos a considerar los factores históricos en nuestras evaluaciones de las perspectivas políticas, ni económicas, ni de violencia; en otras palabras, ignoramos olímpicamente la historia –esa cosa del pasado – y esta ignorancia implica un costo.
De hecho, la “feliz” ignorancia histórica de adolescentes y jóvenes particularmente, es lo que permite que, en países como Argentina, Chile, o Brasil, por mencionar algunos ejemplos, estemos, en términos de conocimiento del pasado, en medio de un proceso aberrante.
Sectores de la política impulsan activamente el reemplazo de la historia por la “memoria”, y esta memoria plasmada en lo que hoy se denomina, la narrativa o el “relato”. Según este planteo, quien “domina” el relato establece una superioridad política y escapa a toda crítica.
Dicho de otra forma, volvemos a la época de la “mitología” solo que con tecnología digital. A esto va a sumarse la llamada “civilización del espectáculo”, que implica un profundo cambio en el significado de la palabra “cultura” en general, y cultura política en un contexto, en un mundo, donde el primer lugar en la nueva lista de valores estará la palabra “entretenimiento”, y para ser más específicos, entretenimiento visual, y ahora, de ser posible “portátil”, lo llevo conmigo en todo momento.
EL RETORNO DE LAS IDEAS ZOMBIES (1)
Es en este mundo donde profesionales de la información acuñaron la palabra “infotainment” (que malamente traducida, no es sino “información entretenida”) para reemplazar a lo que por décadas llamamos “noticias”, noticias que van perdiendo la intención primordial de informar, para mezclarla con la de “entretener”, en otras palabras las noticias dejan de ser sólida información para pasar a ser una especie de “entretenimiento informativo”. Estos planteos están diseñados para apuntar a lo emocional, al slogan, a la consigna, en definitiva a la irracionalidad propia de muchos
jóvenes; y es importante destacar que la “realidad” en medio de la cual se mueven es una construida artificialmente por las redes que los bombardean permanentemente.
Para ellos quedar fuera de los grupos de pertenencia en “la red” es como el exilio para los antiguos griegos, quedar fuera de la “polis”.
En este marco es donde la “ilusión populista” encuentra un ámbito propicio para crecer y muestra su habilidad para adaptarse a las condiciones político-económicas de cada país de la región, apoyado por los dineros que Hugo Chávez distribuía a manos llenas y los cuantiosos “negocios” que proponía a los líderes regionales.
No hay nada de espontáneo en este fenómeno, desde La Habana, a Santa Cruz, desde Quito a Managua y desde Caracas a Brasilia y Buenos Aires, los “nodos” informativos se van armando.
ESTRATEGIAS Y TACTICAS EN LA BATALLA CULTURAL
La batalla cultural en el hemisferio puede caracterizarse por la mezcla de cinco componentes principales: Baja visibilidad, diplomacia, atracción captación, violencia de baja intensidad y el más nuevo y relevante, la organización en redes (“network organization”, razón por la que lo trataremos separadamente y con mayor profundidad).
Puede ser que los componentes suenen contradictorios, pero no es así, son partes de una estrategia que opera en diferentes niveles.
Baja visibilidad. La idea es no detonar alarmas, ni en los países individualmente ni en forma regional. Baja visibilidad implica ondear la bandera de la democracia, y utilizar “democrático” como una cobertura para lentamente ir limitando las libertades individuales al tiempo que se impone la noción que cuanto más grande es el estado, mejor será el nivel de vida de sus ciudadanos.
Diplomacia. Es el activismo hemisférico operado en dos líneas de acción: Por una parte, disminuir tanto como sea posible la influencia y relaciones de los países con los Estados Unidos, particularmente en aquellas áreas vinculadas con la defensa y la seguridad regionales. Complementariamente en los foros internacionales procurar aislar a USA apoyando en forma más o menos abierta a quienes se le oponen no importa el tópico de que se trate. Ciertamente muchas veces sucede que es la misma diplomacia de los Estados Unidos la que contribuye a hacer esto posible. Segundo, apoyar la consolidación de alianzas regionales y subregionales en todos los tópicos posibles, siempre y cuando excluyan específicamente a los Estados Unidos. En los últimos años, China viene liderando esta tendencia, atento al volumen de su inversiones regionales, así la diplomacia se convierte en una herramienta adecuada para facilitar la acción regional de Irán, Rusia, Cuba y los propios chinos.
Atracción-Captación. Proceso opuesto a la baja visibilidad que mencionábamos arriba pero en un plano diferente, ya que este proceso opera en el plano mediático y lo hace oscilando desde lo más sutil a lo altamente visible. Nodos interconectados de internet, radios y TV regionales que por una parte mantienen constante la crítica a sus opositores a la vez que subrayan los logros reales o imaginarios del Socialismo para el Siglo XXI y la crisis terminal del capitalismo. Los argumentos van cambiando según la coyuntura táctica, hoy el feminismo radical es uno de los que más se instrumenta como factor de disrupción social, y es un ejemplo de operaciones absolutamente emocionales, por lo que resultan atrayentes sin demasiada reflexión. El blanco central de estas operaciones serán los jóvenes.
Uso de la violencia. O instrumentación de la misma. En el esquema de operaciones del populismo de izquierda/socialismo para el siglo XXI siempre existe algún tipo de justificación/explicación para todo tipo de violencia que afecte a la sociedad, particularmente en aquellos países donde los gobiernos no se muestran amigables. Se va a justificar tanto la violencia pasiva en la protesta callejera, lo que se conoce como “ganar la calle” (eufemismo utilizado para coartar abiertamente la libertad de tránsito) como así también las acciones puramente criminales, a las que no se condona abiertamente pero se “explican” mediante una falsa racionalización que va en el sentido
de la “responsabilidad social”.
En otras palabras la sociedad capitalista genera desigualdades, pobreza e
insatisfacción, y esto a su vez provoca las acciones delictivas, que no son por entero responsabilidad de quien las comete, sino también de la sociedad que genera las condiciones. Esto implica que desórdenes, saqueos y marchas son solo formas de protesta social y no deben ser limitadas de ninguna forma, si un gobierno utiliza la fuerza policial para controlar estas acciones será inmediatamente caracterizado como “represor”. A lo largo de las últimas décadas estas posiciones ganaron adeptos en las universidades, particularmente en las escuelas de Derecho, así se estableció lo que se conoce como el “garantismo”, una fuerza pseudojurídica que ignora a las víctimas de los crímenes mientras procura encontrar argumentos que favorezcan al perpetrador.
En este sentido la izquierda regional no dudó nunca en brindar apoyo más o menos abiertos a grupos como FARC o Sendero Luminoso, aun cuando sus actividades superaban en mucho la “protesta” para convertirse en terrorismo sistemático y organizado. Simultáneamente se produce un ataque constante contra las fuerzas armadas y de seguridad a las que se acusa siempre que intervienen en crímenes (reales o supuestos) con el objetivo de generar la impresión que la población en general repudia cualquier intervención de las fuerzas de seguridad, de esta forma se
busca colocar a los gobiernos democráticos en una situación tal que les resulte imposible obtener reducciones significativas en los índices de criminalidad, cosa que repercute negativamente en la imagen que esos gobiernos presentan ante sus ciudadanos.
Un aspecto que no puede obviarse es la complementación de estos grupos con las organizaciones vinculadas al narcotráfico. Un ejemplo muy actual es la cooperación entre las FARC residuales con el grupo Primeiro Comando de Brasil. El intercambio continúa siendo armas por cocaína e involucra geográficamente el área que rodea a la zona de la localidad conocida como Pedro Juan Caballero, en territorio paraguayo.
OPERACIONES EN RED: LA SUPREMACÍA DE LAS IZQUIERDAS
No es necesario explicar hoy la “invasión” de las redes, basta con palpar muestro bolsillo y lo más probable es que la conexión con las redes esté ahí en la forma de un teléfono inteligente (o más o menos inteligente si se me tolera la ironía, en momentos en que ya estamos hablando corrientemente de “Artificial Intelligence” (AI). Es absolutamente cierto, que las redes (entendidas como operación técnica) no tienen ideología, pero no menos cierto es que en términos de planificación y organización las izquierdas y el terrorismo, no importa el nombre que adopten, saben utilizarlas con
creciente habilidad, al tiempo que las combinan con actividades que incluyen la histórica y clásica “militancia callejera”.
Sirve como ejemplo de lo dicho, el esquema de, una de las redes que hace su aparición en forma casi instantánea e inesperada, y hasta el día de hoy no fue posible desmantelarla por completo es la que se conoce como la RED DE AL QUAEDA.
Sin embargo aun cuando le quepa la calificación de red, la de Al Qaeda es una de las primeras y muy peculiar en tanto que, si bien es una red, tuvo al menos por un tiempo, una cabeza visible.
La otra particularidad es que nos introduce en el tema de las redes del terrorismo fundamentalista islámico, que no es el objetivo de este trabajo, aun cuando está muy clara una significativa presencia de Hezbollah en nuestra región.
La cantidad de redes vinculadas directa o indirectamente con la izquierda
marxista/anarquista en el mundo de habla hispana en todas sus formas y nombres supera las 1.000, obviamente no todas ellas tienen el mismo volumen de actividad, penetración y alcance. Un dato a tomar en cuenta es que casi todas ellas están relacionadas con redes existentes en Europa, mayoritariamente en España.
(1) La expresión no es mia, se la escuche en reiteradas oportunidades a mi querido y recordado amigo Carlos Alberto Montaner quien en una conversación me dijo algo así como.. “son ideas que parecen los zombis en las películas…no importa cuantas veces los pongas en la tumba, al rato reaparecen…” ¡Cuánta razón tenía…!
Por Carlos Mira