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El problema del beneficiado abstracto


Hoy termina el periodo de un año durante el cual el Congreso le había permitido al presidente utilizar facultades legislativas delegadas.

Antes de entrar particularmente en tema destaquemos algún que otro punto de color para esta época en la que suelen utilizarse los altos discursos republicanos para contrastar la a veces chabacana manera que el presidente utiliza en algunas expresiones.

En primer lugar, digamos que el presidente no ha solicitado ni va a solicitar la prórroga de la concesión que hoy termina. Esta, que era la costumbre que poco menos se daba por descontada en el comportamiento de los gobiernos perokirchneristas, no se está verificando ahora. No sé si algún súbito republicano lo notó, pero lo quería recordar solo a los efectos de que lo tengamos en cuenta desde el punto de vista institucional que tanto se le echa en cara a Milei.

Como dato adicional sobre la grosería peronista, no olvidemos que el impresentable Alberto Fernández, la última vez, se auto-extendió la duración de las facultades delegadas por medio de un decreto, es decir, ni siquiera se tomó el trabajo de solicitarlo a un Congreso que igual se lo habría concedido aplaudiendo como focas.

Por el mero ejercicio divertido de la comparación, imaginemos lo que habría ocurrido si el presidente Milei hubiera hecho lo mismo: poco menos que le habrían tirado un busto de Juan Bautista Alberdi por la cabeza.

Muy bien. En segundo lugar, digamos que el Congreso aprobó una muy acotada delegación, cumpliendo justamente con lo que pide la Constitución  como requisito para que las facultades se concedan.

En efecto, pese a que la guasada peronista hizo que tal vez nos olvidáramos de ese detalle, la Constitución no permite la delegación de facultades alegremente sino que impone condiciones estrictas: que la delegación sea por un tiempo corto y específicamente determinado y que las facultades delegadas se utilicen para un fin específico que debe estar detallado en la ley que las otorga.

El gobierno del presidente Milei -al que los principales violadores de la Constitución lo quieren hacer presentar poco menos que como una dictadura- es el único que ha cumplido con esos extremos (aquí digamos también que Macri gobernó sin facultades delegadas): todos los Congresos peronistas le otorgaron a los presidentes peronistas amplias facultades, sin áreas específicas de afectación y cuya extensión fue prorrogada sistemáticamente cuando se cumplían sus períodos (llegando al grotesco de Fernández que se las prorrogó él mismo, como recordábamos recién).

Dicho esto, pasemos a lo que se hizo durante este año con el ejercicio de esas facultades. 

El gobierno designó un ministro especifico (Federico Sturzenegger) con la tarea de eliminar de la administración organismos superpuestos, estructuras políticas que funcionaban como cajas de recaudación y como agencias de colocación de militantes, cuevas burocráticas inventadas al solo efecto de aspirar dinero de los contribuyentes para darle un buen nivel de vida a acomodados de la política, etcétera.

Se calcula que con lo hecho en este año el Estado nacional (que no es otra cosa que la otra cara de los bolsillos de los argentinos) se habrá ahorrado más de 1000 millones de dólares (entre paréntesis: fíjense todo lo que hubo que hacer para empatar lo que Cristina Fernández de Kirchner se robó en uno solo de los casos de corrupción investigados)

Presentada así la noticia uno diría “¡che mirá que bueno, la cantidad de guita que nos ahorramos y que estos hdp nos estaban afanando!

Sin embargo, no. Ya se están preparando fuertes protestas de todos los sectores por el “ajuste” de Milei. Y uno dice “¿Ajuste de Milei? ¡Pero si te están devolviendo 1000 palos que antes se escurrían en los bolsillos de los ladrones!”

El tema es que no hay que olvidar que detrás de cada organismo creado, detrás de cada dependencia, de cada secretaria, dirección general o instituto de no se qué carancho había gente que embolsaba la plata que el “genérico” ponía.

El problema que tiene el programa de Milei es que el beneficiado es un “genérico” sin nombre y apellido llamado “pueblo argentino” en general, pero cuyo beneficio esta neutralizado por el perjuicio que reciben o van a recibir argentinos con nombre y apellido que eran los beneficiarios del curro.

Que al beneficiario del curro se le escaparan las dulzuras del curro por el otro bolsillo con el que tenía que pagar (con impuestos, con inflación, con desorden económico) los “beneficios” que recibían otros “curradores” iguales que él pero que se desempeñaban en otras cuevas mantenidas por el “genérico” argentino, no le importaba: lo importante para él era que “su curro” aparentemente funcionaba.

El análisis de que él, como argentino, era parte del genérico al que se le extraían recursos para sostener a otros “vivos” parecidos a él, le quedaba grande: ni siquiera se tomaba el trabajo de pensar en esos términos sofisticados.

Entonces, el problema comunicacional que tiene hoy el gobierno de Milei es que los resultados benéficos de sus medidas desregulatorias benefician a un genérico sin nombre y apellido pero ataca intereses contantes y sonantes de personas de carne y hueso que, a pesar de que solo recibían una parte infinitesimal del dinero robado y despilfarrado, a ellos en tanto personas de carne y hueso le significaba un ingreso que ahora pasó a estar en peligro.

Es obvio que los jerarcas que armaban esas estructuras -la mayoría con nombres no solo simpáticos sino que hacían referencia a fines nobles- (de las que resultaban secundariamente beneficiados argentinos concretos que habían llegado allí por cumplir alguna tarea en el engranaje militante del mantenimiento del poder) eran los que se llevaban la parte del león con un robo descarado que sumergió en la miseria a gran parte del pueblo luego de 80 años de ejercicio sistemático de esta práctica corrupta.

Pero, de nuevo, eso al militante de carne y hueso que tenía su curro asegurado y su sobre a fin de mes no le importaba y no le importa. Por eso hay y habrá miles de protestas.

Lamentablemente el gobierno no tiene un “Secretario General” del “Sindicato de Ciudadanos Argentinos Anónimos Pagadores de Impuestos”. Por eso el principal beneficiario de las medidas del gobierno es un beneficiario abstracto, mientras que los perjudicados son perjudicados concretos.

El presidente Milei tendría todo el derecho, incluso, de estar invadido por un sentimiento de ingratitud que podría resumirse en esta pregunta: ¿Pero cómo? ¿Yo les estoy devolviendo 1000 millones de dólares por año y ustedes me hacen todo este quilombo?

El problema es que la devolución de los 1000 millones va a a una masa innominada que, además, no tiene la posibilidad de expresase como colectivo único, mientras que lo que hay que hacer para devolver esos 1000 millones de dólares a un genérico anónimo sí afecta a personas especificas y que, además, en general, responden a intereses políticos que fueron los mismos que les permitieron disfrutar de los curros que gozaban. 

Cuando el pagador de los beneficios a personas especificas es un genérico abstracto, cuando se quiere reparar la injusticia que se está cometiendo contra ese genérico abstracto (en este caso, el pueblo argentino) necesariamente deberá  hacérselo a costa de cortar los privilegios de los que gozaban argentinos concretos que, obviamente, pondrán el grito en el cielo. Más aun cuando todos (o casi todos ellos) son militantes politicos a sueldo.

Es decir, el engranaje corrupto construido por el peronismo durante 80 años (y profundizado notoriamente por el kirchnerismo en los últimos 25) consiste en una trama extendida de “cómplices” que resulta muy difícil extirpar aun cundo uno cuente con el aparentemente contundente argumento de “te estoy devolviendo 1000 millones por año”.

Incluso los que reciban la devolución van a tardar años en percibir los beneficios de la mejora, mientras los que tengan los perjuicios del recorte lo van a sufrir de inmediato.

Se trata de una realidad muy compleja de explicar que, ademas, cuenta (a favor de los que quieren ver que todo este proceso de reformas fracase) con el hecho de que las protestas sectoriales parecerían ser protestas de TODOS dando la apariencia visual de que los perjudicados son todos y los beneficiados nadie.

Ninguno va a decir: “Efectivamente en mi carácter de argentino puntual al que se le terminó el curro que tenía me siento afectado, pero esa afectación está largamente compensada por el beneficio que voy a tener como argentino genérico porque ya no voy que tener que pagar con impuestos y con inflación toda esta estructura burocrática y corrupta”. Nadie va a decir eso. Máxime cuando los que tendrían que decirlo son cómplices (o actuaron como tales) del sistema que el gobierno del presidente Milei quiere reformar y reemplazar.

Entonces, desde una tribuna aséptica de análisis será muy interesante ver qué ocurre de ahora en más y cómo esto puede repercutir electoralmente. Pero desde el barro de la realidad en que, con mayor o menor asiduidad, nos tenemos que mover todos serán tiempos complicados los que se avecinan. Nunca fue fácil desarmar un monstruo una vez que el monstruo fue creado. Y mucho menos cuando el monstruo tiene a su favor millones de “laboratoristas” que formaron parte de su creación, de su vida y de sus crímenes.

Por Carlos Mira

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2 thoughts on “El problema del beneficiado abstracto

  1. Fulanito

    El dato “positivo” es que faltan menos de 120 días para el “fin”, esto es, cuando finalice el mes de Octubre, finalmente vamos a saber si esto va lentamente para mejor o si por el contrario, el 1° de Noviembre si el Gobierno “perdió” ambas elecciones legislativas, todo vuela por los aires (sin comillas). Porque eso es lo que va a suceder y nadie quiere hablar, todo se TERMINA si se pierden las próximas elecciones, finalmente vamos a tener de una vez por todas una “guerra civil”, ya que el dólar, el índice que mide el riesgo país, las acciones de empresas, etc., todo se va a ir a la mierda….

  2. José Luis

    Hoy un benemérito amigo, me envió unos memes atacando al presidente por cipayo y otras cosas por no hacer el desfile militar el 9 de julio. Discurso del odio que le dicen. Durante que gobiernos hubieron desfiles en este siglo? Creo que en 2016 donde no era gobierno el partido del latrocinio de la condenada. Pero el responsable de no hacer el desfile es el gobierno actual, aunque los kukas no sé si hicieron alguno

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