En una presentación en donde tenía a su mujer al lado, el ministro-candidato Massa se quejó de los empresarios del transporte a los que señaló como los responsables del paro que afecta a las líneas de colectivos del área metropolitana. En ese acto Massa se quejó de los “empresarios parásitos del Estado”.

Parece mentira que en esas cuatro palabras se encuentre escondido gran parte del drama argentino. Por eso este comentario va a ser más breve que lo habitual: al fin y al cabo solo hay que meterse en lo que quieren decir esas cuatro palabras, para contribuir, aunque sea desde un lugar mínimo, a que en la Argentina se deje de tomar como normal lo anormal, como verdad la mentira y como realidad la fantasía

En primer lugar Massa, seguramente olvidó que los colectivos están parados porque fueron los gremios los que llamaron a un paro, no porque las empresas no quieran prestar el servicio. Primera mentira.

En segundo lugar, Massa debe entender de una vez por todas que lo único que puede ser parasitado es lo que produce algo: la garrapata parasita al perro porque es el perro el que produce sangre, no al revés.

En la actividad económica, el Estado no produce nada, cero, ni un centavo de valor agregado, ni un gramo de riqueza. Nada. El Estado sólo aparece en la actividad económica para crear impuestos y con ello meterse en los bolsillos de los ciudadanos sacándole parte del fruto de su trabajo. En la actividad económica, los ciudadanos son el perro y el Estado la garrapata. Por eso es absolutamente inconcebible que la garrapata acuse de parásito al perro.

En tercer lugar, si a Massa no le gusta este inverosímil sistema de transporte (en donde el 85% del costo de un ticket lo paga la sociedad a través de los impuestos que coactivamente la garrapata Estado le impone para pagar ese subsidio) debe recordar que es un sistema que inventó el peronismo (del cual él es candidato a presidente) y que fue llevado al paroxismo por aquel a quien los peronistas tienen como su último genio: Néstor Kirchner. Por lo tanto Massa no podría quejarse del monstruo que ellos mismos crearon.

Si a Massa los empresarios prebendarios del transporte (que existen, pero son la consecuencia de la parasitosis y no la causa) no le gustan, lo que debería hacer es organizar un sistema económico en donde, no solo esta actividad, sino TODAS, funcionen con empresarios de verdad que produzcan bienes y servicios de acuerdo a las normas naturales del mercado y, por supuesto, abstenerse de parasitar esas actividades con impuestos confiscatorios para mantener la inútil burocracia a la que, entre otros, pertenece él.

Pero es inútil: Massa es peronista. Y como buen peronista es un inescrupuloso. Y como buen inescrupuloso no tiene inconvenientes, ni se le cae la cara de vergüenza, no solo de decir mentiras a la luz del día y a la vista de todo el mundo, sino dar vueltas las cosas de pies a cabeza y pretender convencer a la gente de que la garrapata es el perro y que el perro es la garrapata.

A ver si te queda claro, Massita: vos sos el parásito, no la gente que trabaja. Vos y los que, como vos, nunca laburaron en su vida y desde ese lugar soberbio le quieren dar lecciones de moral a los que se levantan cada día a trabajar.

Si TU sistema ha sido tan vil como para también terminar corrompiendo con plata a la gente que trabaja, ese es otro problema adicional también tuyo, pero no de la gente que, a punta de pistola, tuvo que aceptar las reglas de juego que impuso el peronismo y que, en las últimas dos décadas, esa anomalía de la naturaleza llamada kirchnerismo, profundizó.

Entonces, Massa, deshacé el monstruo que el peronismo creó -si es que no te gusta- pero no ensucies a la gente que te mantiene a vos, a tu familia y a la manga de verdaderos parásitos que viven de chuparle la sangre a la gente de trabajo.

Por Carlos Mira