El ministro Guzmán insiste en que el producto argentino caerá 6.5% este año debido a la cuarentena y a la paralización de actividades impuesta por el presidente debido al coronavirus.
El número suena raro. Argentina es uno de los países del mundo que más a fondo ha llevado el encierro. Casi ningún país impuso un lockdown tan duro como el de Fernández. Hubo algunos, incluso arriesgando consecuencias sanitarias, que se mantuvieron relativamente abiertos durante esta crisis.
El Reino Unido ha sido uno de ellos. Es más, durante una primera etapa, el gobierno del premier Boris Johnson se jugó a proteger a la gente perteneciente a los grupos de riesgo pero permitir la libre circulación del resto, apostando a un contagio controlado que al mismo tiempo inmunizara a la sociedad.
El crecimiento de casos -incluso el mismo Johnson contrajo la enfermedad- obligó a un posterior cambio de estrategia aunque ésta nunca llegó a los extremos argentinos.
En UK el sistema financiero funciona, los bancos están abiertos, se estableció un esquema de distanciamiento social y de suspensión de actividades masivas, pero muchas otras actividades productivas funcionan.
Sin embargo, aun en ese escenario el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey (que dicho sea de paso le tocó bailar con la más fea porque ni bien asumió a las pocas semanas estalló la crisis) acaba de anunciar que la economía del reino probablemente se contraiga un 14% en 2020 en la peor caída en 300 años.
El mismo informe indica que rebotará fuertemente en 2021 -alrededor de un 15%- y que el Banco mantendrá su política actual de tasas de interés bajísimas.
La contracción será bien fuerte en el segundo trimestre (un 25%) viniendo de una caída del 3% en el primer trimestre. De allí las proyecciones anuales del 14% de retroceso en el producto, suponiendo que el lockdown se flexibilice y el producto crezca en los dos últimos cuartos del año.
El desempleo, a su vez, que venía antes de todo esto en niveles muy buenos para la economía –por lo bajos, obviamente, alrededor del 4%- se espera que crezca a cerca del 9% en el segundo trimestre, más alto que en el comienzo de la crisis financiera de 2008-2009. Se cree que los niveles no van a bajar del 7% aun el año que viene.
Cerca de 2 millones de personas pueden perder su empleo este año, de acuerdo al Banco y cerca de 6 millones se estima que estarán bajo el sistema de subsidios del gobierno.
¿Puede ser que la economía argentina caiga solo 6.5%? El país bordea el default; entró a esta crisis mundial completamente escuálido, cortando lazos con el mundo, lleno de impuestos a las actividades productivas, inundado de regulaciones que impiden el impulso de la innovación y de la creatividad, amenazado por un gobierno claramente contrario a la transparencia de las instituciones democráticas… ¿y en ese escenario yo me tengo que creer que vamos a caer 6.5% cuando las potencias del mundo que se mantuvieron más libres y más abiertas van a caer 14?
Me parece que estamos ante la evidencia del comienzo del funcionamiento de un “nuevo INDEC”, dicho esto en sentido figurado y abarcativo para dar a entender el arranque de un nuevo y fenomenal relato.
En efecto, creo que estamos de nuevo frente a la construcción de una realidad paralela, completamente ficticia pero que seguirá el modelo del primer relato kirchnerista: la repetición hasta el cansancio de la mentira para que la gente lo crea.
Hace unas semanas en estas mismas columnas y parafraseando a Walter Graziano, nos preguntábamos si nadie había visto Matrix, esa genialidad cinematográfica que ensaya la idea de vivir bajo un somnífero permanente (conseguido por la ingestión de pastillas azules) y que controvierte la verdad (a la que todos accederían si decidieran tomar pastillas rojas)
El kirchnerismo está por construir nuevamente un reino de pastillas azules. Ya lo ha hecho aun antes de que la pandemia comenzara con una serie de mentiras repetidas como loros respecto del estado del país bajo la administración del presidente Macri. Cuando el virus comenzó a circular llegó a decir -por boca del presidente- que hospitales que, en realidad, habían sido abandonados por Cristina Fernández, se habían paralizado durante la gestión de Cambiemos y que ahora eso empeoraba la posición del país respecto del coronavirus.
La Argentina caerá estrepitosamente este año. Una salvajada de empleos va a perderse. Cientos de negocios no van a poder volver a abrir. Miles de Pymes tendrán enormes dificultades para subsistir. Todo el sector privado quedará raquítico como aquel que se salva de la muerte solo porque Dios existe.
Contrapuesto a eso veremos una casta de funcionarios todos integrantes del sector público que habrán pasado este momento como uno más, casi de vacaciones, embuchando sueldos (pagados por los impuestos de la sociedad) de más de $ 300 mil mensuales en el más mínimo de los casos y sin haber dado durante toda la crisis una sola muestra de responsabilidad, aunque más no fuera simbólica, con el país.
Guzmán podría dedicarse a gestionar la economía o a volver a Columbia, cuando las restricciones aéreas se levanten. Su peso en el gobierno es nulo. Presentó una oferta a los bonistas penosa, incluso hasta desde su costado estético. Ahora dice que caeremos solamente el 6.5%…. Andaaaaa…!!!