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El gobierno del pro…de los pro-delincuentes

¿Qué señal recibe la sociedad cuando un gobierno deroga un decreto de otro gobierno que prohibía el ingreso al país de extranjero con antecedentes criminales? Obviamente que el gobierno que emitió el decreto quería cuidar a los argentinos de los delitos contra sus personas, contra su propiedad y contra su vida y que el gobierno que lo derogó o bien no le importa la suerte que los argentinos corran en esos rubros o directamente busca el ingreso de criminales al país para que cometan delitos contra los argentinos.

Ustedes recuerdan en los últimos años del gobierno de Cristina Fernández que había una gran cantidad de bandas delincuentes integradas mayormente por extranjeros que se especializaban en determinados delitos. Tuvimos colombianos especialistas en entraderas con llaves duplicadas de edificios, paraguayos liderando bandas de narcomenudeo en la villa 1-11-14, bolivianos que regenteaban equipos de motochorros desplegados por las ciudades.

Recordemos también las toneladas de efedrina que el país importó durante el anterior gobierno kirchnerista. Bajo la firma autorizada de Anibal Fernández, la Argentina permitió el ingreso al país de 40 veces la cantidad histórica de importación de esa droga que es un precursor en la elaboración de metanfetaminas y otras drogas que luego caían en los bunkers rosarinos y de la provincia de Buenos Aires, muchos de ellos gerenciados por extranjeros.

El presidente Macri emitió un decreto en 2017 según el cual las personas no residentes que registraran antecedentes penales en la Argentina o en el extranjero no podrían ingresar al país. El presidente-lacayo acaba de derogar ese decreto.

La inclinación o sesgo del gobierno cristinista por el delito ya es abierta y desembozada, llevada adelante en la cara de todos. No hay ni siquiera la intención de decorar la preferencia: directamente se la consuma.

Si se pudiera desagregar, en el anterior jubileo kirchnerista, cuántos argentinos pagaron quizás con su vida o con la amargura de un mal momento o con el inicio de un ser querido en el drama de la droga, estos dislates que consideran “cool” coquetear con el submundo criminal, quizás se tendría una idea más acabada del disparate que el gobierno de la Sra. de Kirchner acaba de aprobar.

Uno de los principales medios del aparato de propaganda estatal, el órgano interno con formato de diario llamado “Página 12” tituló al día siguiente de la derogación “Para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino” reproduciendo uno de los renglones finales del Preámbulo de la Constitución Argentina y acompañando la frase con una ilustración de aquellos argentinos de trabajo que, con las esperanzas que descendían de los barcos, llegaban a nuestra tierra a trabajar y a someterse a las leyes que los llamaban con la tentación de la libertad y la igualdad.

Intentar un sinónimo de aquella gesta poblacional de la Constitución con esta estimulación a que criminales extranjeros lleguen a la Argentina, es, además de una ofensa, un intento de engaño y de subversión de los valores del bien que anidan tanto en el Preámbulo con en el texto de la Constitución.

Además, que los violadores sistemáticos de la Constitución y los que participan de una hinchada cada vez más desembozada que propugna el cambio de ese texto de lujo por otro que instaure un “nuevo orden, se acuerden ahora (cuando amañadamente les “conviene”) de la Constitución, resulta cómico por no decir trágico.

Si bien la información salió a la luz pública -incluida la desfachatada tapa del pasquín referido más arriba- la cuestión pasó más bien inadvertida, sepultada tras la avalancha de sandeces de la Sra. Fernández ante los jueces de la Cámara Federal, el endoso presidencial a la increíble represión fascista de Insfrán en Formosa y el enésimo capítulo del ataque del gobierno a la Justicia, a la oposición y a los medios.

Ese desdén informativo también es un indicio de cómo la máquina oficial no se detiene y de cómo avanza sobre la libertad y la seguridad de los argentinos. Bajo la nueva normativa, ya sin el obstáculo que había interpuesto Macri, Ibar Pérez Corradi, por ejemplo, podría ingresar al país sin inconvenientes. Pérez Corradi está preso en el pabellón 7 de la unidad residencial II de Marcos Paz, porque allí lo pusieron las persecuciones de Patricia Bullrich, pero de no ser ese el caso y estar hipotéticamente aún en Paraguay, bajo la actual legislación promovida por Fernández, podría ingresar sin inconvenientes. Por citar solo un ejemplo de un narco que podría verse multiplicado a partir de ahora gracias al decreto progresista del kirchnerismo pro-delincuencia. Es más, no sería extraño que el gobierno apañara próximamente la salida en libertad de Corradi bajo el argumento de que se trata de un empresario exitoso.

La naturalización y el anesteciamiento ético que está sufriendo la sociedad argentina (o mejor dicho el suero de adormecimiento que todos los días le aplica el kirchnerismo) quizás sea el capítulo más grave de todo lo que está pasando en el país. La Argentina se va quedando sin resortes de alarma y sin diques de contención para el avance del nacional-socialismo y los que surgen son aplastados ferozmente cómo se verificó en los gravísimos hechos de Formosa.

¿Qué habrán hecho los argentinos para quedar sometidos al avance de esta banda que ha venido a quedarse con todo por la vía de envilecer y corroer todos los valores del bien al sólo efecto de salvar a una corona de ladrones?No hay dudas que algo muy turbio debe haber en el fondo de este país para que la Providencia lo haya condenado a semejante castigo. Quizás alguien que estudie esas vinculaciones pueda darle una pista para que le permita comenzar a arreglar algo que parece no tener solución.

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