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El “Efecto Streisand” y la comunicación del gobierno

En marzo de 2003 el proyecto California Coastal Records subió a Internet imágenes de la costa californiana para probar su punto de que la línea costera del estado se estaba erosionando de manera preocupante.

En esas imágenes, completamente de casualidad, aparecía la imagen aérea de la casa de Barbra Streisand.

Hasta ese momento el footage solo circulaba alrededor de un pequeño grupo de personas especialistas o interesadas en las cuestiones ambientales. Pero la actriz y cantante norteamericana tuvo la brillantísima idea de denunciar al fotógrafo Kenneth Adelman y a la página Pictopia.com bajo el argumento de que las imágenes invadían su privacidad, exigiendo una indemnización de 50 millones de dólares. Estrépito mundial: las imágenes se viralizaron y lo que era una circulación limitada a un pequeño grupo de personas se convirtieron en una bola de nieve que alcanzaron a varios millones de internautas e, incluso, de televidentes.

Streisand encima perdió el juicio porque su demanda fue desestimada y tuvo que pagar costas por casi 180 mil dólares.

Desde ese entonces quedó acuñado en la prensa y en el mundo de las comunicaciones el término “Efecto Streisand” según el cual intentar una maniobra de silenciamiento o de censura sobre una determinada pieza informativa termina produciendo el efecto contrario al buscado porque todo el mundo se agolpa para ver o intentar ver de qué se trata lo que se quiere ocultar.

Resulta obvio que el gobierno o su equipo de comunicación no estaban anoticiados del efecto Streisand cuando decidió recurrir a la Justicia para tratar de evitar que se conozca el contenido de supuestos audios atribuidos a la secretaria general de la presidencia, Karina Milei.

Que la Administración deberá tomar con mucha atención lo que ocurrió entre las aparentemente seguras paredes de la casa de los presidentes, no cabe ninguna duda: no es posible que topos infiltrados en el gobierno tengan acceso a información sensible que puede desestabilizar no ya a un gobierno sino, en general, la tranquilidad pública.

Pero intentar callar a quienes dicen tener una determinada información no hace más que multiplicar el interés por escucharla o, incluso, la posibilidad de que la gente, sin escucharla, asuma un contenido comprometedor y lo de por cierto, insisto, INCLUSO SIN ESCUCHAR NADA.

En 1633 un comité de la Inquisición italiana obligó a Galileo Galilei a retractarse públicamente de su afirmación acerca de que la Tierra giraba alrededor del Sol. Sin que pueda verificarse se dice que luego de que Galilei cumplió con la orden, por lo bajo susurró “E pur si muove”, esto es, “sin embargo se mueve”, dando a entender que, más allá de los esfuerzos por acallarlo, la realidad astronómica le daba la razón.

Ambas historias demuestran que la movida del gobierno (encima con la sospecha de haber practicado el “fórum shopping” yendo a buscar a un juez muy cuestionado para detener la divulgación del canal de Toviggino) ha sido torpe y muy poco inteligente porque multi8plica el interés por conocer los audios y las sospechas de que efectivamente, puedan contener afirmaciones que lo comprometan.

Esto quizás esté siendo festejado con champán en las filas kirchneristas comandadas desde San José 1111 y en las trincheras mercenarias de Toviggino y Rial: realmente es, para ellos, un regalo de las fuerzas del cielo.

Es más, apresuradamente -como Galileo- demostraron su voluntad de someterse a la prohibición dispuesta por la Justicia, como si se tratara de caballeros civilizados que ponen el valor de las instituciones por encima de todo. ¡Justo ellos que no han hecho otras cosa que pisotearlas desde que existen!

El gobierno debe, rápidamente, dejar de cometer errores no forzados y concentrarse en aclarar las oscuridades que lo acechan. Ya se sabe que pretender tapar el sol con la mano es imposible. Entonces la cuestión es sencilla: ¿corrían coimas en la contratación de medicamentos para la Agencia Nacional de Discapacidad? Si corrían coimas ¿quiénes las pedían y quiénes las pagaban? ¿Cuál era el recorrido de esas coimas y quienes eran sus destinatarios finales? ¿Es cierto o es falso que la hermana del presidente participaba de los hechos? ¿Se trató de una operación de inteligencia con topos infiltrados en las filas más íntimas del gobierno sin que nada de lo que se dijo sea cierto? Aun siendo una operación ilegal de inteligencia, ¿lo que reflejan los audios es verdad o se trata de piezas “armadas” para involucrar a inocentes y dañar el activo más importante que el gobierno debe preservar, esto es, su intachabilidad ética para tener suficiente autoridad moral para pedir el esfuerzo que debe pedir para completar la ciclópea tarea que tiene por delante?

Es en esto en donde debe estar centrada toda la energía actual del gobierno de Javier Milei. Cualquier fuga de esfuerzos que busque controlar los daños a través de imponer un silencio decretado por un juez dudoso no hará otra cosa más que multiplicar las dudas, el perjuicio, el caos y el riesgo cierto de que la Banda de Ali Babá vuelva a salirse con la suya.

Por Carlos Mira

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One thought on “El “Efecto Streisand” y la comunicación del gobierno

  1. Fulanito

    O podría ser que se haya efectuado a propósito para que el “ruido” que genera la supuesta censura previa, TAPE el tema de los audios de la ANDIS… Traduciendo: en lugar de hablar de los audios de Spagnolo, ahora se está hablando de “otro” tema, se cambió levemente el foco hacia otra “lugar”….

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