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Despudrir el núcleo podrido

En la era de los prisiones Airbnb, otra que se destaca en este tren de seguir cacareándose de risa en la cara de la gente es la de Jose Alperovich, el violador serial de su propia sobrina que ha regresado, por permiso judicial, a la escena de uno de los lugares de sus multiplies crímenes, el Edificio Zen de Puerto Madero.

Habiendo aducido problemas con su respiración, logró que el juez kirchnerista Ramos Padilla le otorgara la prisión domiciliaria en este lugar que le pertenece y del que seguramente también tendría que dar cuentas sobre cómo accedió a su compra legítima. Pero dejemos eso por ahora para otro momento.

El violador con problemas respiratorios, apareció ayer asoleándose en su balcón, mientras fumaba tranquilamente un cigarrillo. 

¿Fumando? Un señor que adujo tener problemas para respirar en la unidad penitenciaria en la que estaba detenido… Raro.

Pero parecería que este es el concepto que la Justicia tiene respecto de cuáles son las consecuencias reales que debe soportar una persona que ha defraudado a la sociedad y a sus semejantes.

Ya lo hemos comentado hasta el hartazgo en el caso de la condenada ex vicepresidente, que sigue jugando a la revolucionaria proscrita desde sus redes sociales a las que el juez Gorini le sigue permitiendo tener acceso.

Alperovich que ha producido un daño físico, psicológico y moral nada menos que a su propia sobrina, es premiado con el disfrute de un all inclusive en el barrio más caro de la ciudad más cara de América.

¿Hasta cuando los argentinos van a seguir permitiéndoles estos privilegios a los delincuentes peronistas?

El Sr Ramos Padilla, ¿en qué esta pensando cuando da luz verde para que este inmoral disfrute de estos privilegios? El juez Gorini, ¿hasta cuándo va a permitir que la corrupta jefa hereditaria de la banda fundada por su marido se siga mofando de todos nosotros y complicando la vida de los argentinos con bandos incendiarios?

Es algo conocido por las ciencias sociales -y hasta por la aplicación del simple sentido común- que las personas actúan por estímulos, por ejemplos y por motivaciones.

¿Qué estimulo a cumplir la ley puede tener un ciudadano que ve que quien lo estafó o quien violó a su propia sobrina goza de unos privilegios que ni él, que está libre porque es un ciudadano honesto, puede disfrutar?

¿Qué ejemplo puede tomar para su vida un joven que ve que alguien que le robó a los argentinos (en uno solo de los casos investigados) 1000 millones de dólares sigue de lo más campante en su Airbnb de Constitución jugando a ser quien arenga desde la clandestinidad a las fuerzas callejeras del golpismo?

¿Qué motivación para cumplir la ley puede tener un ciudadano que ve que quien violó a su sobrina, elude la cárcel con excusas burdas y vuelve al mismo lugar adonde cometió sus crímenes para tomar sol?

Estas son especies de “cargadas” a la sociedad que no pueden continuar. Alguien con más tacto que Ramos Padilla y que Gorini debería estar observando estos desvaríos e intervenir para restaurar el orden del sentido común.

Sería interesante que los abogados defensores de otros reos presos en diferentes cárceles del país empiecen a interponer recursos que invoquen la violación al principio de igualdad ante la ley para con sus defendidos a ver qué que responden los jueces.

Yo sé que muchos de ustedes podrían decirme “¡No des ideas, por favor!” Pero, repito, sería un experimento interesante porque la violación que se esta produciendo a ese principio elemental del Derecho es tan burda, que puestos a tener que decidir un pedido formal en ese sentido, quiero ver qué van a decir los jueces que tienen a su cargo vigilar el cumplimiento de las sentencias de otros reos, tan reos como Alperovich o Kirchner.

Me imagino, por ejemplo, al abogado del capo de Los Monos solicitando la inmediata reposición del teléfono a su cliente para que pueda seguir dirigiendo sus operativos narco desde las cárcel. O al letrado del portero violador Mangeri, aduciendo que su cliente tiene tos, y que debe volver a su casa a cumplir la pena.

En fin, mientras la Argentina siga decidiendo todos los días (en una especie de elección de tracto sucesivo) ser un país en donde te podes afanar mil palos y, a lo sumo, tendrás que pasar una temporada en un Airbnb (encima haciéndote la víctima por estas “proscrita”) o donde podes violar a tu sobrina y terminar tomado sol y saboreando un tabaco en Puerto Madero, las eventuales correcciones económicas no significarán nada.

Porque esa pudrición profunda de los valores permanentes seguramente va a torcer el eventual arreglo económico de aquí a un tiempo. Es solo cuestión de esperar a que la merda que ha invadido los rincones mas íntimos de nuestros espíritus vuelva a hacer de las suyas.

Mientras nadie se encargue de limpiar ese fango, la inflación podrá estar un poquito más acá o más allá, el dólar un poquito más alto o más bajo, la exportaciones e importaciones más equilibradas o más desfasadas. Pero el núcleo central de convicciones que hace que los países vivan mejor seguirá estando podrido. Y si eso no se arreglara, nada del resto lo hará.

Por Carlos Mira

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One thought on “Despudrir el núcleo podrido

  1. Juan

    Voy a ver si veo CIENTIFICOS INDUSTRIA ARGENTINA ja ja

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