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Alegría por la pobreza

En el gobierno había ayer un clima de algarabía porque, según mediciones del INDEC la pobreza había bajado a 37.4% ubicando el número de argentinos en esa condición en 17.4 millones.

Se trata de una imagen muy descriptiva de lo que es la concepción que el peronismo pretende para la Argentina y, a la vez, una cosmovisión de cómo ven el mundo.

Más allá de que los datos conocidos ayer constituyen una foto vieja que responde a la retroactiva época del plan platita del segundo semestre del año pasado y que pasó a ser historia con el repunte avasallador de la inflación en lo que va de 2022 (que arrojó a la pobreza a 230000 argentinos extra por cada punto de incremento) el hecho de que el gobierno esté contento porque el país “solo” tiene 127.4 millones de pobres explica a las claras el modelo de país y de sociedad que tienen en mente.

Ellos necesitan de esa masa de gente que no puede valerse por sí misma. La han creado, la han generado durante décadas de populismo y de pobrismo explícito para que en la mente de esa gente solo exista el escenario de la ayuda y la asistencia estatal.

Personas independientes que pueden resolver su vida y sus necesidades por el ingreso que les produce su trabajo formal y digno no les convienen. Esos son seres libres que piensan por sí mismos y que no están ensimismados en una lucha por conservar la simple subsistencia. Son, en definitiva, personas, ciudadanos en toda la extensión del concepto.

Y ellos no precisan ni personas ni ciudadanos: al contrario, las personas libres, los ciudadanos individuales pensantes y autónomos, son sus enemigos; ellos precisan un rebaño. Un rebaño que se dé por conforme con comer y no morir de hambre pero que no tenga muchas más aspiraciones que esas.

Hoy la mitad de la fuerza de trabajo en la Argentina está desempleada o vive de changas esporádicas. Solo uno de cada tres trabajadores tiene un empleo formal; los otros dos están en plena selva, a la intemperie. Esto es lo que logró el sistema que supuestamente buscaba buenamente la “Justicia Social”. El resultado ha sido el perfecto opuesto, como no podía ser de otra manera, por supuesto.

En la Argentina peronista el 33% de los trabajadores formales (es decir de los que tienen un trabajo registrado) son pobres: así como lo escuchan, las personas son pobres a pesar de tener un trabajo formal.

Esta es la gran hazaña del socialismo peronista en defensa de los trabajadores: sindicalistas ultramillonarios y trabajadores que no llegan a fin de mes. ¿Cuándo van a advertir la estafa y dejar de votar a este conjunto de delincuentes que han arruinado a un país completo?

En el último año más de 7% de personas que en el año anterior eran de clase media pasaron a ser pobres, bajo la administración del dúo Fernández.

Mientras el presidente habla del oxígeno, y de reclamarle al mundo ser “acreedores ambientales”, la gente no tiene para comer. ¿Cuándo van a hacerse cargo de haber transformado un país que prometía ser una potencia desarrollada en una inmensa villa miseria?

Desde el segundo semestre de 2017, la cantidad de personas en situación de pobreza subió en 5.8 millones, a razón de un promedio de 1.4 millones de nuevos pobres por año o 120000 por mes.

En porcentaje de la población, si comparamos con solo 4 años atrás, la pobreza pasó de afectar al 25.7% de la población al 37.4% una suba de 11.7 puntos porcentuales.

Lo peor del asunto es que estos resultados no son el efecto desgraciado de algo que salió mal en un plan en principio bien intencionado y con altas chances de salir bien. No: este es la consecuencia lógica de un conjunto de medidas que fueron implementadas a propósito para lograr esto que está ocurriendo: que la sociedad argentina, completamente sodomizada, este a expensas de una casta privilegiada que, encima, se cuelga la cucarda de solidaria y de preocupada por “los que menos tienen”, cuando fueron ellos los que hicieron que esa gente “tuviera menos”.

Hugo Chávez solía repetirle a los pusilánimes colaboradores que creían en la buena fe de la “revolución” y que veían que las cosas iban mal porque los pobres no se reducían sino que aumentaban, que no habían entendido los reales fundamentos de la “revolución bolivariana”: “nosotros necesitamos que esa gente siga siendo pobre, y si hay más mejor. Porque son ellos los que votan por nosotros. Entonces hay que mantenerlos así: pobres. Lo que hay que darles es ilusión y esperanza de que con nosotros estarán mejor en un futuro”.

Así de cínico y malvado es el populismo pobrista. Este es su plan. Un plan que les ha funcionado de maravillas: ellos son todos millonarios y la gente cae en la pobreza de andanadas.

Mientras,  el mundo que abraza otras ideas y otros sistemas sigue creando trabajo e igualdad real. En pleno corazón del capitalismo salvaje no paran de aparecer carteles en los comercios, en las tiendas y en las grandes empresas, pidiendo personal para trabajar. Y eso produce, por el imperio del crédito y de la confianza, una igualdad real por la cual ningún “extraterrestre” que llegara a esos países podría distinguir a simple vista a un supermillonario de un trabajador que trabaja de 9 a 17hs como jefe de RRHH de una empresa.

Ese mundo es posible. De hecho existe y millones de ciudadanos lo disfrutan. El resentimiento peronista hizo germinar en el cerebro argentino la idea de que ellos pueden hacerlo “porque tienen plata”. ¡No! Ellos pueden hacerlo porque tienen un sistema que genera riqueza y nosotros mordemos el polvo porque tenemos un sistema que genera pobreza. Es el sistema lo que está antes que la “plata”. Es más, son los sistemas los que generan (o no) la “plata”.

Mientras el conjunto de zombies en que se han convertido muchos argentinos (que solo llevan el título de ciudadanos porque tienen un DNI que les permite votar) sigan eligiendo lo que eligen, el país no tendrá solución. Para que un gobierno deje de estar feliz porque hay 17.4 millones de pobres, hay que votar otro gobierno. Solo desterrando de raíz hasta el último resabio peronista, la Argentina, con muchísimo trabajo y sacrificio, tendrá un futuro mejor.

Por Carlos Mira

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3 thoughts on “Alegría por la pobreza

  1. Carlos

    Con Bancos q dan.40% a Plazo.fijo.x
    Nada nadie arriesga a proyecto nuevo
    Con riesgo solo se queda a un proyecto
    De sub sistencia a comer y dormir
    Mientras no se combata eficazmente la
    Inflacion para ello hay q reducir la Burocracia a una minima expresion
    Bueno Saludos !!!

  2. Carlos

    Q puede pasar yo era chico pero recuerdo q en el año 1975 le sacaron
    2 ceros a la Moneda para q cotice algo
    En los Paises limitrofes puede q pase
    Sin + Dr Mira Saludos !!!

  3. Carlos

    Sobre los ceros Ud ve q.en cambios en
    ROU cotiza el peso arg a 0,37 mientras el Dolar esta a uno 40 $ uruguayos aprox
    Hasta cuando creer q cualquier pelagatos es Millonario cuando es pobre en realidad basta de espejismos irreales

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