
Por Alberto Cantore para La Nación
El calendario de la Fórmula 1 se detiene, después de un inicio de temporada agitado. El Gran Circo se paseó por los circuitos de Melbourne, Shanghái, Suzuka, Sakhir y Yedá, pero ensayará un descanso antes de emprender la primera visita, de las tres pactadas, a los Estados Unidos. El Gran Premio de Miami, en el estado de Florida, abre el fuego en el único país que firma tres fechas en el año. El trazado callejero ofrece una vuelta que incluye transitar por el Hard Rock Stadium, el Biscayne Boulevard y el Kaseya Center; después de dos victorias que firmó Max Verstappen, con Red Bull Racing, en 2022 y 2023, Lando Norris se estrenó en la lista de ganadores el año pasado. El sexto episodio del programa está marcado a fuego y acelera desde hace un tiempo el corazón de los argentinos, a partir de una supuesta cláusula en el contrato de Jack Doohan con Alpine.
El australiano es el segundo piloto de la escudería, por detrás de Pierre Gasly, y los resultados, que son la vara examinadora, no lo favorecen: las estadísticas son contundentes y detrás, como una sombra, se agiganta la figura de Franco Colapinto, que en enero pasado fue contratado por el equipo con sede en Enstone para ensayar el rol de piloto de reserva y de pruebas. Desde Alpine las reuniones están a la orden del día, pero algo es claro: el pilarense seguirá trabajando con el simulador en Enstone, durante el Gran Premio de Miami, previsto para el 4 de mayo próximo. En la cita de la Florida volverá a estar Paul Aron como piloto de reserva. Por lo tanto, de confirmarse, el regreso a la grilla se produciría en el circuito de Imola, dos semana después y nueve días antes de cumplir 22 años.

El triunvirato que lidera Alpine, compuesto por el asesor ejecutivo Flavio Briatore, el team principal Oliver Oakes y el CEO de Renault, Luca de Meo, destapó sus naipes y solo el jefe del garaje sostiene a Doohan. La presión que carga el piloto se instaló desde el mismo momento en que Colapinto se incorporó al equipo: la experiencia de nueve grandes premios con Williams en 2024 y el impactó que provocó su irrupción en el paddock son dos aristas que pesaron sobre el australiano –hijo de Mike, multicampeón de motociclismo– cuando comenzó la temporada. El círculo se empezó a cerrar, porque no hay una proyección ascendente de Doohan en el rendimiento: es uno de los cuatro pilotos que no sumó puntos, el que ofrece una mayor brecha con su compañero de garaje entre los rookies y si se trazara un paralelismo con las actuaciones de Colapinto desde el debut en Monza, el análisis respalda al argentino.

“Tenemos un buen período para desconectar, reiniciar y pasar un par de días en el simulador. Debemos concentrarnos mucho en los neumáticos, creo que estamos ahí o cerca del ritmo de clasificación. Miami tiene carrera Sprint, pero el objetivo es empezar con buen pie, estar entre los diez primeros en la clasificación, y luego hacer todo lo posible para mantenernos en esos puestos en la carrera”, apuntó Doohan al portal RacingNews365.
El plan es ambicioso, aunque con escaso sustento. En los cinco grandes premios que desarrolló la F.1 en el año, su mejor posición de largada fue el 11er. puesto en Bahréin. En el ritmo de carrera siempre estuvo muy por debajo de Gasly, demostró una irregular gestión de los neumáticos y enseña un pronunciado bajón en las prestaciones en el último stint de carrera. Factores negativos a los que se agrega que es el piloto con mayor cantidad de kilómetros en pruebas privadas y sesiones de entrenamientos, alrededor de 2100 kilómetros, respecto de los debutantes Gabriel Bortoleto (Sauber) e Isack Hadjar (RB), quienes completaron alrededor de 400 km antes de el GP de Australia. Ese número es el que aproximadamente también cumplió Colapinto antes del debut en Monza en 2024.
Con ese débil escenario, Oakes, que dirigió al australiano en el equipo Hitech, sostiene su mano; Briatore entregó un ultimátum y De Meo acompaña al italiano. “Flavio es una persona sin apegos y siempre que sea posible pondrá a los mejores en el auto”, deslizó Johnny Herbert, expiloto de Benetton en los tiempos en que Briatore dirigía el equipo con el que se consagró por primera vez Michael Schumacher.
Colapinto comenzó la temporada en el garaje como piloto de reserva, pero desde el tercer gran premio, en Japón, no volvió a asistir a los circuitos. Ryo Hirakawa, que ahora se mudó a Haas, y Paul Aron tomaron el lugar y el pilarense trabajó desde Enstone. La tarea en el simulador, complementado por Gasly desde el box, posibilitó al francés ejecutar una clasificación sorprendente en Bahréin y sumar los seis puntos que cosechó Alpine. La escudería todavía no anunció quién viajará a Miami, y si las fichas coronan al argentino se trataría de una estrategia de marketing: un puñado de las empresas que lo apoyan tienen sedes en esa ciudad, Mercado Libre, Globant, BigBox y Ripio.

El escenario mediático y de negocios en Miami se presentaría favorable para que Alpine ejecutara el ascenso a la grilla, aunque deportivamente no es la mejor opción. El fin de semana tiene formato con Sprint Racing y el programa se reduce a una práctica, dos clasificaciones y dos carreras.
Colapinto demostró una rápida adaptación a los circuitos, porque el año pasado solo conocía Monza cuando se estrenó con Williams. En el Templo de la Velocidad debutó y recibió elogios; los antecedentes señalan que ahí ganó en la Fórmula 3 en 2022 y 2023. Con Imola se presenta una situación parecida. El primer éxito en la F.3 lo celebró en el circuito Enzo y Dino Ferrari –el miércoles se cumplieron tres años de aquella fantástica victoria– y el único triunfo en la F.2 lo firmó en el mismo autódromo, después de ejecutar una sensacional maniobra de sobrepaso en el último giro sobre Aron, que ahora es su compañero en Alpine.