
Algunos análisis de la situación en la provincia de Buenos Aires parecerían venir envueltos en una suerte de inocencia llamativa.
Quienes ven la pelea entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof se entusiasman con la idea de que a la condenada delincuente le haya surgido un oponente que encarne una renovación a su anticuado repertorio socioeconómico que fue el responsable (más el robo de órdago que llevó miles de millones de dólares a los bolsillos de su familia) de la caída del país en una miseria sin igual.
Nada de eso. Es más, no sé si Kicillof no encarna concepciones sociales y económicas aún peores que las de Kirchner.
Lo que estamos presenciando en la jurisdicción más poblada de la Argentina y la que entrega el 40% de los votos totales al padrón electoral, es una pelea por poder no de ideas o convicciones.
Kirchner y Kicillof representan ambos lo peor de una tendencia que no ha hecho otra cosa más que provocar dramas en el mundo.
Es tan malvado ese conjunto de “ideas” (vamos a utilizar esa palabra solo figurativamente) que no se conforma con enviar a los países que las practican a una ruina severa de su economía, de su aparato productivo y de sus finanzas sino que agrega a ese cúmulo de males cuestiones muy jorobadas que se entroncan con el odio, la división, la envidia y el resentimiento de unos contra otros.
A tal grado ese otro costado maligno de estas concepciones es importante para ellas que no falta quien directamente considere que esos costados son aquellos en los que se apoya todo el andamiaje de saqueo y ruina económica que, para este análisis, es sólo una añadidura de aquella otra pudrición más profunda.
En ese terreno la Argentina quizás pueda ser una especie de leading case porque, efectivamente, se trata de una tierra absolutamente bendecida por una riqueza natural incomparable (de la que la mayoría de los países carece) pero que ha terminado mordiendo el polvo de la miseria porque el pertinaz mantenimiento de aquellas concepciones la ha roto de tal modo en su profundidad que ningún arreglo económico parece ser suficiente al lado de la restauración que requeriría su alma.
Y en la obstinación de seguir ese modelo de servidumbre Kirchner y Kicillof no tienen ningún desacuerdo. Su pelea no es el resultado de una diferente concepción del mundo o que opinan distinto sobre la relación entre el ciudadano, la economía y el Estado o entre la libertad y la autoridad del gobierno. En eso ambos adhieren a la misma idea (seguimos con el uso figurativo de la palabra “idea”) o, incluso, uno puede llegar a ser hasta peor que el otro.
Todo el mundo conoce el apodo de “soviético” que tiene el gobernador y que, secretamente, él debe escuchar con orgullo. No hay que profundizar mucho para explicar esa gracia: se trata de la palabra que resume un sistema que mató a millones de personas (muchas asesinadas otras muertas de hambre), que produjo una antigüedad crónica en todos los países que tuvieron la malísima idea de probarla y que ha transformado paraísos terrenales como Cuba en gigantescas villas miseria. Eso encarna Kicillof que, aún hoy, sigue insistiendo en que el colectivismo marxista falló porque en su momento no existía el Excel, dando a entender que solo hace falta esa herramienta para que, desde un escritorio estatal, se puedan descular al mismo tiempo las millones de micro-decisiones que toma el ser humano por segundo y, en base a eso, planificar una vida feliz para todos.
Kirchner no difiere de esos delirios. En su caso solo le agrega la parte de conveniencia personal que a algunos les hace pensar que (quizás) en el fondo de su ser descrea de todo ese embuste y solo lo vocifere para conquistar incautos con cuyo voto resentido pueda alcanzar los sillones del poder desde los cuales pueda robar a pata ancha.
Como sea, entre ambos no hay diferencias sustanciales. Solo pelean por el poder. Solo quieren imponer a los suyos para asegurarse el reinado sobre un feudo que les sirva como trampolín para intentar regresar al poder nacional ya sea para seguir profundizando el enfrentamiento entre argentinos, para robar o para las dos cosas al mismo tiempo.
Este es el encuadre que debería dársele a los aparentes chispazos entre la condenada ex vicepresidente y el soviético gobernador de Buenos Aires. Si la balanza termina inclinándose para un lado u otro eso no cambiará la suerte de la provincia y de los bonaerenses que, de continuar bajo el influjo de las ideas que son el denominador común de Kirchner y Kicillof, seguirán chapoteando el barro que “adorna” el lugar en el que viven y careciendo de los más simples enseres que hacen la vida más confortable.
La terminología de los nuevos géneros instaló en los últimos años el término “deconstrucción” como una forma de dar a entender que algunas personas necesitaban demoler todo el edificio cultural que los había “construido” para pasar a admitir y aceptar un nuevo edificio que habría que construir desde los escombros del anterior.
Bueno, muy bien: los ciudadanos de la provincia de Buenos Aires necesitan “deconstruir” la cultura peronista que los arruinó: la cultura de la dádiva, del asistencialismo, de la concepción que los llevó a creer que sus problemas no solo los va a resolver otro sino que LOS TIENE que resolver otro, la cultura del estatismo, del miedo a las diferencias y de la envidia por lo que logra el otro.
Si logran esa “deconstrucción”, en su horizonte no habrá lugar ni para los Kirchner ni para los Kicillof, porque ambos, en sostener todo lo que habría que tirar abajo, no tienen la más mínima diferencia.
NdR: Los editoriales de Carlos Mira regresarán el 20/5. Las demas secciones del diario se actualizarán regularmente.
El alcoholismo o el tabaquismo el juego etc son “los vicios”
Si Ud. Toma 1 damajuana d vodka o fuma 1 carton de cigarrillos sin parar no se va a sentir muy bien el 1ro puede ocurrirle un coma alcoholico el 2do los
Pulmones no van a quedar muy bien
Luego de fumar sin parar . El alcoholismo tiene infinidad de propaganda x tv. Xq la cerveza tiene alcohol. No deberia fomentarse esa propaganda q atrapa incautos. No es
Bueno para la sociedad. Asi un monton
De cosas…..
Bueno saludos Dr !!!
Vi reportaje al Empresario y Periodista
Haddad y decia q habia q pensar a lo
Grande. Y es lo q hizo el Narco q queria
460 kgs de cocaina x pto Vicentin.
Aca se persigue al q vende 4 cabezas de
Ajo en cruce ferroviario x $ 1000
Seguro q este ultimo va preso el narco
Seguro q no…..