El sincericida Fernando “Chino” Navarro admitió que la apuesta de ellos es “al conflicto en la calle”; a que todos los días bombos y más bombos (no explicó si el plan contempla reemplazar en algún momento los bombos por las bombas) le hagan la vida imposible al gobierno de Cambiemos. Es lo que saben, es a lo que se dedican, lo único que han hecho toda la vida: quilombo. De aportar una idea de buena fe, limpia y de trabajar, ni hablemos.
La confesión brutal de este impresentable, confirma la idea de un plan que comenzó a armarse con Cristina Elisabet Fernández en la presidencia cuando se comenzó a tomar seria conciencia de que podían perder las elecciones.
Desde el dólar futuro a la inundación de la administración pública con agentes innecesarios; desde la destrucción física de documentos a la inutilización de archivos electrónicos y bases de datos; desde la represión de la inflación artera y artificialmente a la destrucción del sistema de precios; desde la emisión descontrolada de billetes al colapso del sistema de servicios; desde el enfrentamiento inútil y hecho a propósito con los acreedores hasta la suspensión de los pagos a proveedores de toda índole, todo, todo fue preparado e intensificado para que estallara a los pocos meses de que otro que no fueran ellos asumiera el gobierno.
Y ahora los “navarros” juegan a revolucionarios desestabilizadores “apostando al conflicto en la calle”. ¿Pero a qué calaña pertenece esta gente? ¿de qué material putrefacto están hechos?
Han hundido en la miseria a más de un tercio de la población, los han pauperizado, los han sodomizado, mientras se enriquecían obscenamente a sus espaldas gracias a su inocencia -y muchas veces a su ignorancia y resentimiento- y ahora se disponen a usarlos de nuevo como carne de cañón, apostando seguramente a que ocurra algo grave para endilgarle la responsabilidad a Macri.
No tienen escrúpulos. Ni vergüenza. Desde que perdieron no piensan en otra cosa que no sea el plan helicóptero. Quieren que le vaya mal al gobierno, como abiertamente lo confesó otro burro solemne como Forster. Apuestan a eso para que no se termine de demostrar de una vez por todas que se llenan la boca con la palabra “Estado” para robar; para robarnos. Apuestan a que todo se destruya para volver a esquilmar lo que queda.
Se han robado hasta la propina de los cafés, han truchado facturas de los viajes presidenciales para robar con los viáticos; han pagado por los derechos de transmisión de la Copa América 2015 y los JJOO 2012 casi 20 millones de dólares, cuando el gobierno actual acaba de pagar dos; Y de allí a los miles de millones de la sociedad Kirchner-Baez-Lopez-Sala-De Vido-Jaime-Grondona-y siguen las firmas, según sea el ramo de actividad en la que el bendito Estado les daba la posibilidad de saquear. ¡Cómo no van a ser estatistas! ¡Si desde allí se han convertido en millonarios a costa del hundimiento de la gente!
Si la Argentina fuera un país serio cualquier fiscal debería estar planteando la aplicación de la Ley de Defensa de la Democracia cuando Navarro dice que su apuesta es al conflicto en la calle. Si esa es su apuesta y de repente no funciona, ¿estará dispuesto a forzarla generando el conflicto? ¿Quién podría asegurar que no?
No hay dudas de que como buen vago que vivió siempre del Estado (es decir de los impuestos que pagamos nosotros) y que no conoció otro arte que no fuera el del quilombo, Navarro abreva en el decálogo de Lenin:
1. El propagandista debe usar el desempleo para explicar la naturaleza de la crisis capitalista ; el agitador debe mostrar la muerte de un desempleado
2. El capitalismo refleja la falta de sensibilidad ante la contradicción entre el crecimiento de la riqueza y el incremento de la pobreza
3. Debemos apoyar con las luchas callejeras demandas que no tienen ninguna posibilidad de resultados.
4. La cosa principal es la propaganda y la agitación en todos los estratos sociales.
5. Nuestra tarea es utilizar cualquier manifestación de descontento, no importa cuan pequeña sea.
6. La exposición económica es la declaración de guerra contra los propietarios de las empresas
7. Nuestro negocio como publicistas de la Social Democracia es profundizar y expandir la lucha política y la agitación política.
8. Hay que estar en contra de la libertad de crítica.
9. No se negocian los principios ni se hacen concesiones teóricas
10. Se debe usar la acción policial para darle a la lucha económica carácter político.
A este decálogo adhiere también Fernández que desde su bastión de millonaria en Calafate instruye a sus amanuenses para profundizar el odio, la desestabilización y el golpe.
Cualquier abogado en un juicio, luego de la frontalidad de Navarro y de las chapucerías de la ex presidente, diría, “no más preguntas;, la defensa de la democracia descansa”.
“la defensa de la democracia descansa”… y los fiscales duermen…