“Set-jetting” es un tipo de turismo que consiste en recorrer lugares donde se filmaron escenas de célebres películas o series. El reciente éxito de Netflix, “Bloodline”, ha contribuido a aumentar el interés turístico por los cayos de la Florida, ese formidable ecosistema donde se combina una naturaleza increíble en las puertas norteamericanas del Caribe, con un estilo de vida muy particular.
Los Cayos
Geográficamente, los cayos son una seguidilla de islas tropicales que se extienden por casi 200 km desde el punto más al sur de la península de la Florida hasta el punto más cercano a Cuba (solo 120km) en Key West, entrando ya al Golfo de México.
El primer cayo es Key Largo que es, como su nombre lo indica, la isla más grande de las que componen el archipiélago. Los cayos están unidos por una ruta que corre sobre el océano, con un simple doble sentido de la circulación y que, además, se va convirtiendo en la avenida principal de cada pueblo que se atraviesa, con lo que la marcha se hace muy lenta.
Islamorada es un cayo que se encuentra aproximadamente a la mitad de camino entre Miami y Key West y es allí donde se desarrolla la trama de la serie: en los restaurantes de mariscos y frutos de mar, bares abiertos al aire libre con música country, negocios de pesca y lugares para alquilar botes y equipos para deportes náuticos.
Muchos hoteles reproducen, en efecto, el estilo que muestra la Reyburn House en Bloodline: atendidos por sus dueños, con un estilo muy cálido y muy marino, siempre con referencias a la playa, al mar y a la vida plácida, en esta especie de paraíso.
The Inn
La posada protagonista de la serie, The Rauburn House, no es otra que The Moorings Village and Spa ubicada en el 123 de Beach Rd. El lugar ofrece una variedad de cuartos, alguno de los cuales se observan en la serie también. El lugar no es barato, pero, para los fanáticos de la tira, se puede tomar algo en The Beach Café que también aparece en el show o comer en “Pierre” el restaurante que el problemático Danny aspira a conducir para encubrir uno de sus sucios negocios.
La playa es rastrillada todos los días, (algo que también se ve en Bloodline, a cargo del infaltable Danny) y es un lugar increíble, con una vista espectacular, ideal para sacar fotografías memorables y con una fauna y flora riquísima. Es un lugar ideal para pensar y reflexionar. Es un refugio perfecto para evadirse de las preocupaciones de la vida.
La cerveza
Si hay otro protagonista en Bloodline además de los personajes, es la cerveza. Todos empiezan y terminan cada diálogo con una cerveza. El cayo tiene un lugar ideal para tomar unas buenas cervezas y pasar un buen rato. Se trata del Islamorada Beer Company. Se puede comer pizza y hablar con la bartender Stefanie, tal como los personajes hacen en el show. Steffi es además maestra cervecera y no solo conoce todo sobre las cervezas sino que lo explica con pasión y glamour.
Los paseos
Por supuesto, los cayos invitan a pasear, siempre teniendo el tiempo que lleva ir de uno a otro. El “7-mile-bridge” es una maravilla arquitectónica que corre literalmente sobre el Atlántico por casi 11 km. Marathon el próximo cayo importante hacia el sur luego de Islamorada, tiene un buen distrito de compras y de gastronomía y, finalmente, claro está, Key West, no puede estar ausente.