Aruba

El “orgullo de la Argentina”

El “orgullo de la Argentina” celebró la voladura de las Torres Gemelas en New York en septiembre de 2001. 

El “orgullo de la Argentina” se puso contenta por la muerte de más de 3000 inocentes que simplemente estaban en su lugar de trabajo  (algo que ella no hizo nunca), o que simplemente estaban caminando por allí.

El “orgullo de la Argentina” sugirió que las pistolas Taser fueran probadas en el cuerpo de Antonia, la hija de Macri.

El “orgullo de la Argentina” mandó a cortar silobolsas donde se guardaba el producto del trabajo, el esfuerzo y la confianza de miles de argentinos que, pudiendo vivir de rentas, se dedican a producir para que el país tenga dólares.

El “orgullo de la Argentina” arengó a tomar por asalto la Corte Suprema de Justicia para “sacar del culo a estos jueces de mierda”.

El “orgullo de la Argentina” se escapó en una camioneta que circulaba por las veredas del barrio de Congreso en Buenos Aires, para no cumplir con su deber de declarar ante un juez de la Constitución.

El “orgullo de la Argentina” llamó a una pueblada; una pueblada que había “que pensar bien” para hacer el mayor quilombo y daño posible.

El “orgullo de la Argentina” propuso colgar en la Plaza de Mayo a un presidente elegido por el pueblo en elecciones libres.

El “orgullo de la Argentina” propuso ir a tomar los campos de los agricultores para quedarse con sus tierras.

El “orgullo de la Argentina” se quedó con el dinero y las esperanzas de los más pobres del país, al estafarlos (junto al parricida Schoklander) con el programa Sueños Compartidos.

El “orgullo de la Argentina” destilaba una ponzoña verde y resentida cada vez que abría la boca para lanzar llamaradas de odio clasista contra todo lo que en el resto del mundo significa progreso, orden y paz.

El “orgullo de la Argentina” -según fue definida Hebe de Bonafini por Cristina Fernández de Kirchner- murió ayer a los 93 años. 

Esa definición habla más de Kirchner que de Bonafini. 

Allí, en ese rápido y condensado recuerdo de lo que fue la vida de la presidente de las Madres de Plaza de Mayo se hayan encerrados también los valores de la vicepresidente: dime a quien elogias y te diré quien eres.

Toda esa bilis atragantada por un odio inexplicado en una mujer millonaria que llegó a lo más alto de la cúspide del poder, se materializaba en la explosión de admiración por otra mujer que fracasó como madre y que perdió a sus hijos (como muchos aseguran que ocurrió) por haber mutilado su juventud criándolos, seguramente, en un caldo de furia y rencor que los terminó matando.

En el tweet de despedida que Cristina Fernández de Kirchner escribió con motivo de la muerte de Bonafini se hallaba resumido un catálogo de valores antidemocráticos, contrarios a la paz y a la sana convivencia entre argentinos. Porque si hay algo que fue Bonafini fue, justamente, un canto a la discordia, a la división y al conflicto.

Ese es el diseño mental que Cristina Fernández de Kirchner tiene en la cabeza para la Argentina: un diseño de enemigos enfrentados; unos que según ella (y Bonafini, claro está) son “el pueblo” y otros que son el “anti pueblo”; unos que son la pureza y otros que son la “oligarquía”; unos que deben ser los “elegidos” y otros que son la “anti patria”.

En eso se cuela también el pensamiento de quien desvergozadamente recibió varias veces a Bonafini en Roma, el papa Bergoglio, que endosó con sus rosarios y sus bendiciones las venenosas palabras de una víbora.

Ese concepto demagógico del “pobre bueno” le hizo un enorme daño a generaciones enteras de argentinos que, enceguecidos por la envidia y el rencor que propiciaba Hebe, salieron a matar sin ton ni son, a sangre fría y por su sola decisión como si fueran dioses investidos con el poder de decidir quién vivía y quien moría.

La muerte de esta señora es también la muerte de una época. Lamentablemente la profundidad del daño que ese incansable repiqueteo produjo, arruinó para siempre la mente de millones.

Desgraciadamente el legado de violencia, furia y discordia que personajes como Bonafini sembraron y que otros como Kirchner ensalzaron, destruyeron para siempre la vida en armonía.

Es difícil que la presidente de las Madres descanse en paz porque ella misma jamás la tuvo ni la quiso tener en vida. Siempre le deseo el daño a otros; siempre abogó por la violencia; siempre reivindicó la fuerza, la patota y la violencia poner encima del acuerdo, la convivencia y el imperio de la razón.

Si existe un Dios que todo lo ve y que nos juzga por nuestros actos y pensamientos, él sabrá qué hacer con el alma de quien encontró en una causa noble el motor de odio con el que vivió la mayor parte de su vida.

Por Carlos Mira
Si querés apoyar a The Post Argentina, podés hacerlo desde aquí
o podés comprarnos un Cafecito.
>Aruba

6 thoughts on “El “orgullo de la Argentina”

  1. Oscar Correa

    Irrefutables reflexiones Carlos. Para no perder de vista y la memoria de hechos que se suceden vertiginosamente en nuestro país.

  2. Dario Wurtz

    Perfecta pintura de lo que fue Hebe Pastor de Bonafini, sería innecesario agregar una sola frase más. A lo que me voy a referir entonces es a la insólita, increíble y peligrosa adhesión, que generaba esta mujer y sus ideas.
    Nunca más cierta la historia de la grieta y de las 2 Argentinas, el odio, la aceptación al insulto y a la provocación, fueron tomados como banderas de lucha, por aquellos moradores del borde de enfrente de dicha grieta, y ya no de los idiotas útiles que nunca faltan, si no también desde la política y el poder por parte de personajes que uno los cree o espera de ellos sentido común y ecuanimidad.
    Sin ninguna duda nuestro país esta partido en 2, ya no se habla de política en los hogares para evitar malos momentos familiares, ni en reuniones de amigos.
    A partir de hoy la parte buena de la sociedad no será bombardeada con consignas y amenazas de terror por parte de esta mujer, muchos nunca la recordaremos como se recuerdan a los que ya no están y aunque muchos seguirán su impronta, la potencia de esos ataques perderán efectividad. Saludos

  3. Andrés

    Buenas noches Charly;
    Estaba esperando ansiosamente tu editorial de hoy. Has superado todas mis expectativas. No hay posibilidad de describir mejor a este “0rgullo Argentino “
    Gracias

  4. Liliana Couto

    Totalmente de acuerdo. Una mujer malvada y resentida social. Ella se fue pero el daño está hecho.

  5. Jorge harispe

    No es la que también arengaba para que sus partidarios vayan a quemar cosechas ?

  6. Guillermo

    Hebe. Una lamentable e irreparable pérdida para el esparcimiento del odio desde las barricadas del resentimiento. El desatino, la ignorancia y los apologistas de la división y la violencia han perdido un valuarte irremplazable. Lástima que (como varios personajes de los últimos tiempos) dejó este mundo sin recibir aunque sea un poco del merecido castigo de la Ley por sus comportamientos. Excelente editorial, como siempre. Saludos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.