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El destino turístico número uno del mundo: Londres

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Londres es, según la revista Conde Nast Traveler, el destino número uno del turismo mundial, superando a París, a New York y otros destinos no urbanos que todos los años son revelados por la publicación.

Aquí estoy, para sumergirme en la historia de esta ciudad, rica como pocas, multifacética, única, con refinamiento, con clase y categoría.

Este ha sido el centro del mundo por casi un siglo, la capital de un pueblo signado por su singularidad, diferente al resto, que ha conquistado los mares y llevado la civilización y la democracia a millones que hoy disfrutan de un nivel de vida superior.

Si uno hiciera una lista de los inventos y las creaciones del pueblo inglés quedaría con la boca abierta. Esta es la tierra en donde nacieron el fútbol, Oscar Wilde, el golf, Shakespeare, los Beatles, el rugby, David Bowie, el tenis, David Hume, el backgammon, los Rolling Stones, la teoría de la división del trabajo, John Stuart Mill, la Revolución Industrial, la división de poderes y el Estado de Derecho… De sus entrañas han salido los Estados Unidos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, países líderes y que reúnen las ciudades más elegidas del mundo para vivir, por su calidad de vida, por su infraestructura y por su desarrollo humano.

Pero esta es una visita para descubrir los hitos turísticos de la ciudad así que lo primero que hago, en el aeropuerto de Gatwick, es comprar una Oyster y una London Pass. La Oyster es una tarjeta electrónica con circuito integrado a la que le cargas crédito por adelantado. Te permite pagar por viajes en autobús, metro, DLR, tranvía, Thames Clippers, la mayoría de los servicios ferroviarios de National Rail y hasta en Emirates Airlines a un precio muy acomodado. Simplemente pasas la tarjeta por el lector amarillo y ¡listo! atravesás los molinetes del metro o subís a otros servicios de transporte público de Londres sin pensar en dinero físico. Podes hacer tantos viajes como quieras en un periodo de 24h horas (que comienza a las 4:30 de la madrugada y termina a las 4:30 de la madrugada siguiente) y pagas menos que el precio de un billete sencillo de metro.

La London Pass es, como su nombre lo indica, un pase turístico con el que uno puede entrar gratis a más de 60 de las principales atracciones.

Me voy al London Eye para poder ver todo Londres desde lo alto. La vuelta dura 30 minutos y uno disfruta de espectaculares vistas de la ciudad a 135 metros de altura. Es la noria más alta del mundo, con 32 cápsulas, que pesan cada una 10 toneladas y en las que caben hasta 25 personas. Es una manera estupenda de orientarte para luego seguir recorriendo la ciudad. Se pueden sacar fotos de los cuatro puntos cardinales porque la velocidad es muy lenta y no necesitas una cámara superprofesional, mi teléfono lo hace muy bien.

Al salir subo a un recorrido en autobús descubierto por el centro de Londres con la empresa Big Bus Tours. La ventaja de este tour es que uno puede bajarse donde quiera para visitar cualquiera de las atracciones por donde pasa el bus. Pero en este caso mi intención es tener una impresión general de la ciudad así que no me bajo. Mi agenda va registrando los lugares a los que luego vendré con más tiempo.

Como algo a la ribera del Támesis cerca del Tower Bridge en un lugar llamado All Bar One, con una vista impresionante del Puente de la Torre.

Hacia él me dirijo después de comer. Se trata de una construcción histórica, uno de los edificios más famosos del mundo, una marca registrada de la ciudad. Visito la exposición del Tower Bridge, donde uno accede  a la historia de este lugar. Aquí hay 900 años de historia en que el edificio fue usado como palacio real, prisión y lugar de ejecuciones, arsenal, sala de joyas y hasta zoológico! Voy a la Torre Blanca, y me cuelo en la habitación de un rey medieval hasta que llego a las famosas joyas de la Corona. Este es también el lugar de los Yeomen Warders of Her Majesty’s Royal Palace and Fortress the Tower of London, and Members of the Sovereign’s Body Guard of the Yeoman Guard Extraordinary, popularmente conocidos como “Beefeaters”. Ellos son los guardianes ceremoniales de la Torre de Londres. En principio eran responsables de cuidar a los presos y los custodios  de las joyas de la corona británica, pero en la práctica actúan hoy como guías turísticos y son una atracción por derecho propio.

Por la noche reserve entradas para ver el musical del Rey León. Realmente una maravilla de espectáculo por la puesta en escena, por la historia, por la banda de sonido y por la realización.

Ceno en Covent Garden, en Rules, el restaurante más antiguo de Londres, que sirve comida inglesa tradicional.

Al día siguiente vuelvo a Covent Garden para explorar las tiendas y ver a los artistas callejeros en la plaza. Paseo por esas calles imborrables para la memoria: Floral Street, Monmouth Street, St Martin’s Courtyard, Shorts Gardens, Seven Dials y Neal’s Yard  donde un absorbe la esencia de la zona comercial más característica de Londres.

Subo a bordo del crucero “Bateaux London” para remontar el Támesis y degustar un menú de tres platos muy generosos y riquísimos, para tomar: cerveza por supuesto.

Bajo en el Tate Modern, el museo nacional de Gran Bretaña de arte moderno y contemporáneo. Tiene un aspecto tan singular porque previamente era una central eléctrica. En su interior, hay  exposiciones temporales de importantes artistas desde Damien Hirst a Gauguin. Casi sin querer descubro que desde los restaurantes de la galería se aprecian unas fabulosas vistas panorámicas de la ciudad.

Muy cerquita está el teatro Globe de Shakespeare, una reconstrucción fidedigna del teatro al aire libre construido en 1559, donde trabajó William Shakespeare y se interpretaron sus obras.

Ya está cayendo la noche así que me corro hasta Brick Lane, simpre moviéndome con mi Oyster Card.

Esta zona se ha transformado en un distrito de arte vibrante y de estudiantes de la moda, con un considerable espacio de exposición. Cada año la mayor parte de los cursos de arte y de moda finos exhiben su trabajo cerca de Brick Lane.

Desde finales de 1990 , Brick Lane ha sido el escenario de varios de los más conocidos clubes nocturnos de la ciudad, en especial 93 Feet East y el bar Vibe , ambos construidos en el sitio de The Old Truman Brewery, alguna vez el centro industrial de la zona, y hoy un complejo de oficinas y el entretenimiento. Como finalmente en Bengal Village que ofrece una buena relación calidad-precio, realmente.

El internacionalmente famoso British Museum  es uno de los museos más importantes y visitados del mundo. Sus colecciones abarcan campos diversos del saber humano, como la historia, la arqueología, la etnografía y el arte.

El museo fue una de las primeras instituciones de este tipo en Europa. Custodia más de siete millones de objetos de todos los continentes, muchos de los cuales se encuentran almacenados para su estudio y restauración, o guardados por falta de espacio para exhibirlos. Cuenta con la mayor sala de lectura de la Biblioteca Británica, que, aunque ahora tiene sede propia, hasta el año 1973 también formaba parte del museo, al igual que el Museo de Historia Natural de Londres, que cambió a sede propia en el año 1963.

La sección del Antiguo Egipto es la más importante del mundo después de la del Museo Egipcio de El Cairo. La entrada al museo y a muchos de los servicios que ofrece —como el de la sala de lectura— es libre y gratuita, a excepción de algunas exposiciones temporales. También se destacan la piedra Rosetta, las esculturas del Partenón y las momias de la colección del Antiguo Egipto.

Tomo el “tube” (como aquí se llama coloquialmente al metro o subte) y me voy hasta Camden Town a explorar el Mercado Camden Lock. Allí hay ropa, joyería, arte y artesanías, así como los personajes más fascinantes de Londres. El mercado es el lugar ideal para comer, ya que hay puestos y tiendas en los que se cocinan platos de todo el mundo.

Camino desde Camden hasta Primrose Hill y descubro vistas hermosas de Londres. Es el lugar perfecto para hacer un picnic o para tomarse unas cervezas en alguno de los bares cercanos. Cosa que hago de inmediato. ¡Qué tipos éstos ingleses!, me sorprendo pensando eso por lo que veo a mi alrededor aquí en Camden y recuerdo que el filósofo y periodista español José Ortega y Gasset contaba que cada mañana media España se levantaba escuchando algunas de las ocurrencias de los que vivían al otro lado del Canal de la Mancha y “rascándose la cabeza, exclamaba ‘éstos ingleses…’”

Vuelvo al hotel un rato y como estoy parando en el Hampton de Waterloo ya había echado un vistazo a los numerosos y típicos pubs por allí cerca. Me voy a Anchor & Hope en The Cut. Realmente fue una experiencia muy agradable. No es un pub “turístico” en absoluto, es realmente un lugar adonde va la gente de Londres. Muy buen ambiente, un servicio atento, y a un precio razonable. Está en un barrio maravilloso, así que después de cenar paseé un rato por la Corte, tiendas, lugares de comidas, algunos teatros… todo a metros de la Waterloo Station.

Todo el mundo conoce las historias de Harry Potter y también que Universal Studios en Orlando, Florida y ahora en Los Angeles, California, han servido para aumentar la propia difusión de los libros. Pero lo cierto es que las aventuras de Harry y sus amigos transcurren en las afueras de Londres, no en Estados Unidos.

Por eso la Warner Bros. London, tiene un Studio Tour que nos proporciona una magnífica oportunidad de explorar la magia de las películas de Harry, una de las sagas más exitosas de todos los tiempos.

Se trata de un recorrido a pie, que nos lleva por los entresijos de las películas, exhibiendo una enorme variedad de fantásticos escenarios, vestuarios y decorados. Además, revela algunos de los secretos mejor guardados, como anécdotas sobre los efectos especiales y la animatrónica que hizo a estas películas tan populares en todo el mundo.

En el recorrido se aprecian el Gran Comedor del colegio (y se puede entrar); se puede subir a bordo de la máquina de vapor original del Expreso de Hogwarts y hacerte una foto en la réplica del andén 9 ¾; explorar el despacho de Dumbledore y descubrir sus tesoros; caminar sobre los famosos adoquines del Diagon Alley, donde se encuentran la tienda de varitas de Ollivander, Flourish y Blotts, Sortilegios Weasley, el banco de los magos Gringotts y el Emporio de la Lechuza; ver el decorado que se utilizó en las películas, como la Nimbus 2000 de Harry y la moto de Hagrid; se puede descubrir cómo cobraron vida las criaturas gracias a los efectos especiales de los “croma”, la animatrónica y los modelos de tamaño natural; deleitarse con otros escenarios memorables de la saga, como la sala común de la casa Gryffindor, el dormitorio de los chicos, la cabaña de Hagrid, el aula de Pociones y el despacho de la profesora Umbridge en el Ministerio de Magiaencia.

Fue una experiencia realmente diferente. Tenía el dato y quise corroborar si era tan bueno como me lo habían pintado. Creo que se quedaron cortos. En especial si leíste los libros o viste las películas.

Pero para un futbolero incurable como yo Wembley es una especie de mito soñado. Así que hacia allí voy. El tour es muy divertido y realmente está hecho para los que amamos el fútbol. Echo un vistazo entre bambalinas, entro al vestuario que usa la selección inglesa cuando juega aquí y escucho la narración sobre las leyendas del fútbol. Luego salimos por el túnel de los jugadores hasta el césped sagrado. También te podés sacar una foto alzando la copa delante del Palco Real.

Hoy decido una recorrida cultural que incluyan varias visitas típicas. En Trafalgar Square, la joya es la Galería Nacional de Londres, un edificio grande, repleto de pinturas europeas de los siglos XII a XIX. En esta galería emblemática te encontrás con obras de maestros como Van Gogh, da Vinci, Botticelli, Constable, Renoir, Titian y Stubbs. Una verdadera obligación para todos los que visiten Londres.

De allí voy al Museo de Historia Natural. Además de la exposición permanente de dinosaurios, el lugar alberga una colección de los animales más grandes, más altos y más curiosos del mundo. Se puede ver una ballena de tamaño natural, una araña de 40 millones de años y, palabras aparte, el maravilloso vestíbulo central.

El Museo de Victoria y Alberto celebra 3000 años de arte y diseño con impresionantes artefactos de todo el mundo. Un verdadero tesoro oculto; nunca sabés con qué te podés encontrar: muebles, pinturas, esculturas, orfebrería y artículos textiles, la lista sigue y sigue.

En el Madame Tussauds London, tenés las reproducciones en cera de algunas de las personas más famosas del mundo. Desde Shakespeare hasta Lady Gaga, podés sacarte fotos con los personajes más influyentes del espectáculo, los deportes, la política e incluso la realeza. De repente me encuentro al lado de Usain Bolt, o Brad Pitt o teniendo una audiencia irrepetible con Su Majestad la Reina.

Por la noche voy al East End, el “top, top” en lo que se refiere a locales nocturnos en Londres. Doy una vuelta por Vice, The Old Blue Last, Great Eastern Street, y por los bares de Kingsland Road, alrededor de Hoxton Square. En Rivington Street, hay lugares ultramodernos, como el bar inspirado en el mundo de Lewis Carroll, Callooh Callay. Finalmente termino tomado algo en Dalston Superstore.

Esta ciudad es inacabable pero no quiero irme sin pasar por tres lugares icónicos que, a propósito dejé para el final: Picadilly Circus, Bond St y Hyde Park.

Picadilly Circus (la palabra “circus” se refiere a un “espacio circular abierto en una intersección de calles”) fue construido en 1819 para conectar Regent Street con la principal calle de compras, Piccadilly. Hoy enlaza directamente con los teatros en Shaftesbury Avenue así como con The Haymarket,  Coventry Street (en dirección a Leicester Square) y Glasshouse Street. Su proximidad a las principales zonas de compras y entretenimiento, su situación céntrica en el corazón del West End, y el hecho de ser la mayor intersección de tráfico, han hecho de Piccadilly Circus un importante punto de encuentro y una atracción turística en sí misma.

Hay enormes pantallas de video y carteles publicitarios de neón montados en los edificios, también están la fuente en memoria de Shaftesbury y la estatua conocida como Eros.

Picadilly está rodeado por gran cantidad de edificios destacables, incluyendo el London Pavilion y el Criterion Theatre. Bajo la plaza se encuentra la estación de Piccadilly Circus del metro de Londres.

Entro aunque sea unos minutos a Lillywhites, una tienda de ropa y artículos deportivos sobre una de las esquinas del “Circus”. Este lugar tiene precios de no creer. Desde camisetas oficiales de clubes de fútbol a precios ridículos (por ej. 10 U$S una camiseta de Liverpool de adulto) hasta merchandise de todos los equipos de la premier ligue. Zapatillas cinco veces más baratas que en Argentina, pelotas de tenis a precios ridículos, remeras a 3 euros, etc, etc. SI andan por Picadilly, y tienen ganas de ampliar el placard, Lillys es el sitio ideal. Está abierto de lunes a sábado de 9 a 22h. Domingos de 12h a 18h. Consta de 6 plantas y dispone de muchas disciplinas especializadas: fútbol, ​​golf, tenis, rugby… La tienda existe desde 1925 y fue vendida en 2002 a la cadena internacional del deporte Dirigir.

Muy cerca, caminando, está Bond Street. La calle, que consta de dos secciones, ha sido una popular zona comercial desde el siglo XVIII y es el hogar de muchas tiendas de moda que venden artículos prestigiosos y caros. La sección sur se llama Old Bond Street y la zona norte ya se llama New Bond Street,  esta distinción, sin embargo, no se hace por lo general en el uso cotidiano.

La calle era originalmente un campo en los alrededores de Clarendon House en Piccadilly, que fueron desarrollados por Sir Thomas Bond. Su historia, como calle de verdad, empieza en 1720, y para el final del siglo XVIII se había convertido en un lugar popular para los residentes de la clase alta de Mayfair que la utilizaban para socializar. Esto llevó a tiendas prestigiosas y caras a establecerse a lo largo de la calle. Bond St se redujo como centro de la actividad social en el siglo IXX, pero ha mantenido su reputación como un lugar de moda para el sector minorista, y es el hogar de las casas de subastas de Sotheby y Bonhams y de las grandes marcas Fenwick y Tiffany. Hoy se ha convertido en unos de los “strips” de bienes raíces  más caros y codiciados en Europa.

El día está esplendido en la capital inglesa, ideal para terminar este recorrido en el pulmón de la ciudad: Hyde Park.

Se trata de uno los parques más grandes de Londres. Es, además un parque Real. Hyde es el más grande de los cuatro que forman una cadena desde la entrada del Palacio de Kensington a través de Kensington Gardens  y Green Park hasta la entrada principal al Palacio de Buckingham y luego a través de St James Park hasta Horse Guards Parade, en Whitehall. El parque está dividido en dos por la Serpentine y la Long Water.

Hyde es contiguo a los jardines de Kensington.  Aunque a menudo se supone que es parte de Hyde Park, Kensington Gardens ha sido técnicamente separado en 1728, cuando la reina Carolina hizo una división entre los dos.

Hyde Park abarca 142 hectáreas y los jardines de Kensington cubren 111 hectáreas lo que da una superficie total de 253 hectáreas haciendo que el área combinada sea más grande que el Principado de Mónaco que tiene 196 hectáreas. Aunque menor que el Bois de Boulogne en París (845 hectáreas), el Central Park de Nueva York (341 hectáreas) y el Phoenix Park de Dublín (707 hectáreas) este espacio verde es un enorme respiro para Londres.

El parque fue el escenario de la Gran Exposición de 1851, para la que Joseph Paxton diseñó el Crystal Palace. Hyde Park se ha convertido en un lugar tradicional para las manifestaciones masivas. En su esquina noreste se encuentra el original y más famoso “Corner Speaker”.

El Corner Speaker es un área donde cualquiera puede decir lo que quiere, criticar al gobierno, a la realeza o a quien a cada uno se le ocurra. La gente puede subirse a un banquito y usar altavoces para dirigir su discurso.

Si bien no hay inmunidad de ley, la policía es tolerante con los manifestantes y solo interviene cuando hay una denuncia puntual o cuando se entiende que el contenido es blasfemo.

Hay otros “Corner Speakers” en otros parques en Londres (por ejemplo, Inn Fields Finsbury Park de Lincoln, Clapham Common , Kennington Park y Victoria Park) pero no hay dudas que este es el más famoso.

Final del recorrido. Vuelvo al Hampton para resumir todo lo que vi y recorrí en mi cuaderno de notas. Soy consciente de que accedí a solo un pantallazo de ésta que fue alguna vez la capital del mundo, la New York del siglo IXX. Pero si para algo sirvió la visita es, antes que nada, para alimentar los deseos del retorno.

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