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Lo increíble del peronismo

El kirchnerismo es una máquina de generar sorpresas que no dejan de asombrar. En alguna medida resulta bueno para confirmar que uno no ha perdido, justamente, la capacidad de asombro.

Ahora un grupo de senadoras cercanas a la Sra Fernández ha presentado un proyecto para que todo imputado por un hecho de corrupción quede inmediatamente liberado si el caso es publicado en los medios. Sí, sí, como escucharon: si un caso abierto en la Justicia por corrupción aparece publicado en un medio, cualquiera sea, el imputado queda automáticamente liberado de la carga de la prisión preventiva.

Solo falta un agregado, que no se si estará en estudio incluir más adelante, según el cual, al contrario, se disponga la inmediata detención del o los periodistas que publiquen la noticia.

Si hacía falta algo para terminar de confirmar que esta gente es una banda de delincuentes en el ejercicio del poder y que utilizan los resortes de ese poder -entre ellos el poder de hacer la ley- para protegerse y seguir perfeccionando la constitución de una casta de privilegiados que se pone por encima de la ley y, por supuesto, del resto de los ciudadanos, era esto.

La verdad es que uno no sabe muy bien como es el mecanismo de pensamiento de esta gente (si es que tiene alguno que no sea el de delinquir) o si tienen el consabido objetivo de tomarnos a todos por idiotas, pero llegar al punto de proponer lo que no es otra cosa que la impunidad por el mero hecho de que un caso de corrupción aparezca publicado en un medio periodístico, resulta tan grosero y obsceno que es, al mismo tiempo, una medida útil para darnos cuenta a quién tenemos en frente.

Por supuesto otro capítulo de la misma cuestión es el ataque a los medios periodísticos y la continuación de la cantinela de la “hegemonía”, la “concentración”, la “persecución mediática” y la confabulación de los periodistas, los jueces y las empresas (que no están en connivencia con ellos) para perseguir a los que “defienden al pueblo”.

Llevan dos meses en el gobierno. La verdad es que proyectar cuatro años de esta misma porquería resulta muy difícil para la gente honesta, que trabaja, que paga impuestos y que mantiene vivo, pese a todo, a este país.

Por otro lado el presidente lanzó por Twitter que en “los últimos años el lawfare se instaló en la Argentina”. Que él cuestiona “la complacencia (todo el mundo entendió “connivencia”) judicial y mediática con el poder político para posibilitar la persecución y detención arbitraria de opositores… Nunca más a una Justicia que decide y persigue según los vientos políticos”

El peronismo tiene una enorme capacidad para acusar a otros de lo que hace él mismo o para disfrazar con trajes blancos lo que es un perfecto traje negro. Cambiemos (o más específicamente el PRO) se jactaba de tener expertos en “comunicaciones” para trasmitir un mensaje, pero no hay dudas que, en ese terreno, nada supera al peronismo.

Primero materializó un impuestazo histórico con un ajuste fenomenal del sector privado al que vendió como “ley de solidaridad”. Después le recortó las jubilaciones a más de 5 millones de jubilados en todo el país pero presentó la movida como “un aumento a los que menos tienen” (aumento que fue de $ 193 para los jubilados de la mínima).

Resulta espeluznantemente repugnante la repetición de esa práctica. Y ahora, no conforme con ese conjunto de embustes, vuelve a decir que son los demás los que manejan la justicia de acuerdo a los “vientos políticos” cuando han sido toda la vida ellos (y en especial, claro está, ese engendro político conocido como “kirchnerismo”) los que han manipulado la justicia usándola para perseguir, para proteger, para dictar fallos convenientes a sus intereses, y un millón de etcéteras que le siguen.

¡La verdad es que hay que tener cara para usar una máscara de amianto delante de todos como si lo que dijeran fuera cierto!  Se han robado la riqueza de todo un país, el producido del trabajo de argentinos honrados, han corrompido hasta las últimas fronteras de lo conocido el patrimonio público para luego llevárselo a sus casas, ¡y resulta que, ahora, los que quieren investigarlos para probar sus crímenes practican el lawfare! Es increíble el peronismo.

Y no hay dudas que el presidente ha mostrado la hilacha y ha terminado de confirmar que es solo una marioneta de Cristina Fernández: alguien puesto allí para gestionar la impunidad y lograr que la familia Kirchner se salga con la suya.

Las fechorías de ese clan innombrable están probadas por toneladas de evidencias que han sido producidas ante diferentes tribunales. Muchos de quienes fueron sus propios acólitos de aquella época de atracos en serie -como su propio contador, Víctor Manzanares, por ejemplo,- han contado en detalle cómo sacaban la plata, en qué la trasportaban, adonde la llevaban (a las propiedades particulares de los Kirchner) y en qué medida ellos mismos se involucraron en el robo. ¡Pero resulta que ahora todo es un invento del lawfare!

Imaginen ustedes cuatro años de esta ignominia, de este calvario. Es urgente que la oposición tome dimensión del papel que debe jugar para defender la libertad, el patrimonio y hasta la vida de los argentinos honrados. Si esa fuerza cae en la estupidez de la división, del personalismo idiota y de la egolatría irracional, la suerte de la Argentina habrá terminado definitivamente.

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